Please, don't leave me (Namjoon & TN)

Capitulo 14

NO ME ODIEN JAJAJA
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Éramos solo nosotros dos en toda la playa. La cena estaba servida en una bandeja al lado de nuestra mesa. La música provenía de un pequeño parlante.
   La luna llena nos acompañaba, el sonido de las olas y la brisa que provenía del mar nos envolvía.
   Namjoon se sentó frente a mí. Destapó otra botella de champagne y la sirvió en las copas.
   – ¿Otro brindis? –preguntó.
   – ¿Por qué será esta vez?
   – ¡Por nosotros!
   – ¿Por nosotros?
   –Claro. ¿Por qué no? Ha salido bien esta semana. Hemos conseguido convencer al señor Jeon sobre nuestro matrimonio y mañana nos dará el dinero anual.
   –Tienes razón –baje la mirada.
   – ¿Te sientes mal?
   –No –mentí–. Brindemos por nosotros.
Quisiera que realmente fuera por un nosotros y no por un matrimonio falso, por una maldita mentira.
   Terminamos de cenar. Namjoon había abierto otra botella de champagne la cual iba por la mitad. Sus mejillas estaban enrojecidas y no dejaba de sonreír.
   – ¿Quieres bailar?
   –Estas borracho, Nam.
   –Te aseguro que no lo estoy –estiró su mano.
Él se puso de pie esperando que yo también lo hiciera y lo siguiera. Supongo que no nos haría mal bailar un poco.
   Sostuvo mi cintura y me pegó a su cuerpo.
   – ¿Cuánto hace que no bailamos?
   –Nam...
   –12 años, tal vez. No lo recuerdo bien.
Apoyó su mentón sobre mi cabeza. Bailamos al compás de la música que sonaba. Un jazz, relajante, seductor, intimo.
   Levanté la mirada y me encontré con la suya. Aquella sonrisa tonta que mantuvo toda la noche desapareció. Su semblante era serio. Su mirada recorría mis ojos y bajaba hacia mis labios.
   –Será mejor que vayamos a dormir.
   –No quiero dormir. Quiero bailar contigo.
   –Nam, has bebido mucho.
   –Tú has bebido lo mismo que yo.
   –No quiero arruinar mi relación contigo.
   –Nadie arruinará nada –se acercó más a mi rostro.
   –Nam, por favor –susurré.
   –No podemos evitarlo, ambos lo sabemos.
   –Nos hará mal.
   –No volveré a dejarte, no lo haré, ______(tn) –sus palabras fueron casi un suspiro. Cerré mis ojos al sentir su respiración cerca y finalmente sentí sus labios chocar con los míos.
   No sabía que necesitaba tanto ese beso, ese roce, su sabor, hasta sentirlo. Sujetó mi rostro con una mano, mientras que con la otra sostenía mi cuerpo pegado contra el suyo. Rodee su cuello con mis manos y jugueteé con su cabello.
   Su respiración se hacía más agitada con cada beso. Me levantó de un salto y coloqué mis piernas alrededor de su cintura. Caminó de esa forma hasta el hotel.
   No nos importó si en el ascensor las cámaras nos miraban. No podíamos dejar de besarnos. Tampoco si había gente en el pasillo. Nuestras risas y jugueteos eran típicos de unos jóvenes que concluirían su noche con besos y algo más.
   Abrí la puerta, entré primera y Nam cerró detrás de sí. Jaló de mi brazo acorralándome contra la pared y él.
   Me besó con pasión, bajo hacía mi cuello y desabrochó los botones de mi camisa. Ahogué un gemido mordiéndome el labio superior. Él continuó bajando hasta desabrochar el short y bajarlo. Pero se detuvo, volvió a subir y comenzó a acariciar mi intimidad mientras me besaba.
   Mis gemidos comenzaron a aparecer, una vez que me llevo a la cama y comenzó a besar mis pechos, mordiéndolos, jugando con su lengua.
   –No puedo hacerlo –susurró.
   – ¿Qué?
   –No está bien. No puedo hacerlo.
   – ¿De qué hablas?
   –Lo lamento, _____(tn). De verdad, lo lamento. No debemos hacer esto.
Se subió la cremallera de su pantalón y salió de la habitación. Me quedé mirando hacia la nada. Desnuda, avergonzada y sin entender que había sucedido.

   La mañana llegó. Nam había dormido en el sofá de la pequeña sala de la habitación. Desperté dispuesta a borrar por completa esta semana y la noche de anoche. Dispuesta a olvidarme de sus miradas, sus besos, de cada detalle que tuvo conmigo.
   Comenzaré una nueva vida al llegar a Seúl.