Capitulo 4

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Abrí mis ojos y la claridad que entraba por la ventana me impedía ver. Miré hacia los lados y me encontré sola en aquella inmensa habitación.
   Me levante, tomé mi bolso y baje las escaleras de mármol que llevaban a la sala. Busqué por el living y el comedor, también por la cocina, incluso toqué las puertas de los baños, pero no había rastro de Namjoon.
   A lo lejos vi el jardín, lleno de plantas y árboles. Era un lugar precioso y enorme. Deslicé la puerta y al salir noté una sombra a mi izquierda. Giré y lo vi sentado, con su notebook, una taza de café y concentrado en escribir algo.
   –Veo que ya despertaste –habló sin dejar de escribir.
   –Si. Lamento haberme quedado dormida.
   –No te preocupes, creo que yo te pedí que no te vayas. No estaba muy cuerdo, lo siento –caminó hacia mí.
   –No hay problema. Creo que ya debería irme, si necesitas algún medicamento o unos días, avísame –volteé para poder irme pero nuevamente me frenó tomándome de la muñeca.
   –Espera... –sentía una tensión. Algo que había enterrado hace años, un sentimiento olvidado, quería volver a despertar al sentir su tacto con mi piel. Lo miré con atención. No había cambiado, seguía igual de atractivo, incluso más. Sus hoyuelos, su sonrisa conquistadora, sus ojos, todo de él era magnético y misterioso. Pero ese sentimiento que estaba a punto de florecer se volvió a apagar cuando noté lo que estaba diciendo–. ¿Me escuchas? Necesito que firmes estos papeles, aún no te puedes ir –levantó dichos papeles en la otra mano.
   – ¿Eh?
   – ¿Acaso tienes problemas para oír? ¿Has pensado en visitar al doctor...?
   –No –interrumpí–. Estoy bien. Dame los papeles, los firmaré.
   Firme aquellos malditos papeles y me marché. Subí al auto y deje caer mis hombros. Toda aquella tensión que contuvo mi cuerpo. Me sentí algo avergonzada al sentir aquello solo porque Namjoon tocó mi piel. Acababa de divorciarme, he estado casada con Yoongi por mucho tiempo, aun la herida era reciente, no podía permitirme sentir atracción por alguien, era todo muy reciente.

   Otro día llego. Namjoon no había llegado a la oficina, tampoco había llamado, supuse que aún se sentía mal y no vendría.
   Me quedé en la oficina casi toda la mañana. Decidí ordenar y cambiar algunos muebles, quitar los cuadros favoritos de Yoongi. El despacho aún tiene su perfume y todo me recordaba a él.
   Me serví una taza de café y recorrí todo el lugar para confirmar que todo lo que quería quitar, lo había hecho ya. Me detuve frente a una foto colgada casi cubierta por una pila de carpetas y archivos. Limpié el polvo que tenía y la miré, era una foto de nosotros dos cuando inauguramos la empresa.
   La tome en mis manos y la observé con más atención. Yoongi sonreía feliz, sus ojos casi estaban entrecerrados, escondidos detrás de sus mejillas. Me tenía abrazada con ambos brazos. Su rostro estaba apoyado sobre mi frente. Ambos nos veíamos tan felices, llenos de sueños y esperanzas. ¿Quién diría que un par de años después todo eso se rompería poco a poco? Dejó de sonreír cuando me veía, dejó de abrazarme, incluso ya no me tomaba la mano. Ya no me despertaba con besos o caricias, tampoco me daba las buenas noches. Todo se había desmoronado, nuestro amor desapareció tan rápido que no me dio tiempo a hacerle un duelo.
   Sequé mis lágrimas y deje la foto en el escritorio repleto de archivos. En eso escuché la puerta y del susto derramé café sobre mi camisa.
   –Mierda –mascullé mientras secaba mis lágrimas.
   – ¿Estas bien? –escuché la voz de Namjoon detrás.
   –Si –tomé la fotografía y cubrí con ella la mancha de mi camisa. Volteé para verlo–. Creí que no vendrías.
   –Lo lamento. Mi alarma no sonó y no tuve tiempo de avisar. ¿Qué tienes ahí?
   –Nada, una foto que esta arruinada –mentí.
   – ¿Estabas llorando? –se acercó a mi rostro para mirarlo detalladamente.
   –No.
   –No puedes mentirme. Se nota.
   –No debes preocuparte. Acabo de divorciarme, es normal, supongo.
   – ¿Puedo verla? –extendió su mano.
   –No –me aferré más a la foto.
   – ¿Por qué? ¿Qué tiene de malo? La ibas a tirar, ¿verdad? –Lo dude por unos segundos. Pero siguió insistiendo con su mano extendida. Puse rápidamente la mano en mi mancha para intentar cubrirla y le entregue la foto. La dio vuelta y la miro–. Wow, que jóvenes.
   –No fue hace tantos años –me quejé.
   –Tú no has cambiado. Yoongi en cambio...
   –Si, lo sé. Aquella luz que tenía se apagó.
   –Si –se quedó en silencio y luego miro mi mano–. ¿Te duele el pecho?
   –No. Es que ocurrió un accidente.
   – ¿Qué accidente? Déjame ayudarte. Tú me ayudaste anoc...
   –No es necesario. Iré a mi casa por otra camisa.
   – ¡Espera! –Me tomó del brazo que utilizaba para cubrirme y ahora aquella mancha estaba a la luz–. Te llevaré –se quitó su saco–. Ten, ponte esto, tu camisa ahora deja ver mucho.
   Me miré el busto y tenía razón. Al estar mojada se había transformado en una camisa algo traslucida. Me coloqué su saco, el cual me quedaba enorme y nos fuimos a mi casa.

Please, don't leave me (Namjoon & TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora