Capitulo 16 [+18]

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CAPITULO +18. QUEDAN ADVERTIDAD, YISUS LAS VE PECADORAS
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Lleve a Jungkook a mi café favorito. Era un lugar clásico, vintage, lleno de cuadros. Tenía un jardín lleno de plantas y rosas. Nos sentamos allí, bajo un gran árbol.
   La mirada de Jungkook era intimidante, juguetona y sensual. Su sonrisa de lado buscaba provocarme. Y su voz profunda intentaba seducirme.
   – ¿Le has contado a tu padre?
   –No. Si mi padre se enterara de que él no es Min Yoongi yo no estaría acá y su empresa estaría en problemas –se echó hacia atrás.
   –Por favor, no le digas. No era mi intención engañarlos, es que...
   –Tranquila. No soy como él. Además, en unas semanas yo tomaré el mando, no tendrás por qué preocuparte.
   –Gracias, Jungkook. ¿Puedo preguntar que te ha traído por aquí? Creí que vendrías cuando tomarás el puesto de tu padre.
   –Tú –se inclinó–. Tú me has traído hacía aquí.
   – ¿Yo?
   –Mira, seré sincero. No soy un chico que da vueltas. Cuando alguien me gusta soy directo. Si soy rechazado no importa, la vida continua, pero nunca lo sabré si no doy el paso. Tú me gustaste desde el momento en que te vi, eres una mujer realmente hermosa y exitosa para la corta edad que tienes, por cierto –susurró–, tenemos la misma edad –sonrió–. Cuando escuché que ese tal Namjoon no era tu esposo, vi la oportunidad de intentar conocerte un poco más.
   –Jungkook...yo aprecio tu honestidad, pero acabo de divorciarme.
   –No te he pedido que seas mi novio. Solo he dicho que quiero conocerte. Permítemelo,    salgamos a cenar, en una cita y luego tú dirás –volvió a echarse hacia atrás. Cruzó las piernas y fijó su mirada en mí. Se mostraba seguro, demasiado. Estaba confiado de que lograría conquistarme y por alguna razón esa confianza me atraía mucho. Asentí con mi cabeza y él sonrió mostrando sus dientes–. Perfecto. ¿Te parece esta noche? Paso por ti.
   –Te esperaré.

Tres semanas han pasado desde la primera cena con Jungkook. Hace dos días había tomado el lugar de su padre en la empresa Jeon.
   Habíamos salido varias veces, poco a poco lograba ganarse mi corazón, pero aún no lograba destronar mis sentimientos por Namjoon, el cual se había alejado aún más desde que se enteró que estaba intentando algo con Jungkook. Su mirada era fría, sus palabras eran casi nulas hacia mí.
   El pequeño Jeon había decidido venir esta mañana para traer unos papeles personalmente.
   –Te he extrañado –me tomó por la cintura y me beso.
   –Jungkook, aquí no –murmuré entre sus besos–. Pueden vernos.
   – ¿Y qué? Cómo si no se dieran cuenta que entre nosotros hay algo.
   – ¿Tú crees? –Él alzó una ceja y ambos reímos–. Igual, es horario de trabajo.
   –Como diga señorita Jeon.
   – ¿Señorita Jeon? –fruncí el ceño.
   –Suena bien, ¿verdad?
   –Prefiero mi apellido, gracias –caminé hacia mi asiento.
   – ¡auch! –Puso sus manos en su pecho–. Iré por café, ¿quieres uno?
   –No, gracias. Ya tomé un cappuccino.
Jungkook salió. Deje de sonreír poco a poco al darme cuenta de lo mal que estaba esto. No estaba enamorada de él, no sentía lo mismo que él por mí. Me gustaban sus besos y sus abrazos, su compañía, pero sentía que no era él la persona indicada.
   Hundí mi cabeza en mis manos, solté un suspiro y me quedé allí hasta que la puerta volvió a abrirse. Enderecé mi cuerpo en mi asiento e intenté actuar con normalidad.
   – _____(tn) –Victoria entró casi susurrando.
   – ¿Qué pasa?
   –No hables fuerte. Hoseok escucha a través de las paredes.
   – ¿Y qué sucede? –bajé el tono de mi voz.
   –Hoy es su cumpleaños, ¿lo recuerdas?
   – ¡Mierda! ¡Lo olvidé!
   – ¡Shh! No grite –miró hacía los costados–. Haremos una fiesta, aquí está la dirección y el horario.
   –Jungkook está aquí, no creo que él quiera...
   –Él irá, ya le he dicho. No faltes, ya sabes que eres importante para Hoseok.
   –Bien, intentaré ir.
No me gustaba ir a las fiestas donde los empleados asistían por una cuestión de imagen. No era muy bueno ver a la dueña de la empresa en ese tipo de fiestas, pero haría lo posible solo por Hobi.

   Jungkook ingresó y cerró la puerta con llave detrás de él. Mi mirada estaba fija en la computadora, tenía demasiados papeles que llenar y documentos que enviar.
   –Te ves agotada.
   –Lo estoy –eché mi cabeza hacia atrás y cerré mis ojos.
   –Necesitas masajes.
   –Los mismos de aquel yate.
   – ¿Con aceite y piedras calientes?
   –Si –recordé las manos de Nam acariciando mi espalda. Tomé aire.
   –Yo puedo hacerte masajes.
   –No es necesa...
Antes de concluir la frase, Jungkook estaba parado detrás de mí. Sus manos comenzaron a masajear mis hombros. Su agarre era fuerte. Me dejé llevar sintiendo el placer de sus movimientos en mis hombros. Poco a poco comenzó a bajar tocando la piel debajo de la camisa. Desprendió los primeros botones e introdujo sus manos en mi pecho. Lentamente, con suavidad, continuó masajeando mis pechos. Los apretó con fuerza y solté un gemido.
   Miré sus manos, los nudillos rojos, las venas marcadas, los tatuajes, todo me parecía demasiado excitante de él en ese momento. Sus labios encontraron mi cuello, lo beso, lo mordió.
   Giró mi silla, se inclinó hacía mi rostro y me beso. Acaricié su mejilla, baje con mis manos por su pecho, su abdomen y saqué la camisa para meter mis manos por dentro y tocar su piel.
   Desabroché su pantalón e introduje mi mano para tomar su miembro, el cual estaba erecto. Él se acercó más y lo metí a mi boca. Intentó ahogar sus gemidos tirando su cabeza hacia atrás y mordiéndose el labio, pero no lograba mantenerse en silencio.
   Me tomó de la mano y me guío hacia el sofá del despacho. Se colocó un condón y se sentó. Subió mi falda, me senté sobre él y metió su miembro dentro de mí. Abracé su cuello mientras los besaba con desesperación. Movía mis caderas a su ritmo. Rozando mi clítoris con su abdomen, sintiéndolo dentro de mí. Mordió mi cuello, mis pechos, mis labios. Sostuvo con fuerza mi cintura mientras observaba mis movimientos.
   – ¡Mierda, _______(tn)! –Gimió para finalmente llegar al orgasmo–. ¡No pares! –gritó hasta que logré alcanzar el climax.
   – ¡_______(tn)! –la voz de Nam se escuchó del otro lado de la puerta.
   – ¡Carajo! –susurré sobre Jungkook.
Entre risas, intentamos arreglar nuestras ropas. Jungkook estaba transpirado, mis mejillas estaban ardiendo. Era imposible disimular que algo había sucedido.
   –Abriré la puerta –miré a Jungkook que acomodaba su camisa arrugada.
   –Ve, ya casi estoy –terminó de abotonarse.
   – ¿Sí? –abrí la puerta. Namjoon me miro de arriba hacia abajo. Se dio cuenta, claramente.
   – ¿Interrumpo algo?
   –No. ¿Qué necesitas?
   –Nada. Olvídalo –fulminó con la mirada a Jungkook que estaba cerca del escritorio–. Tienes mal abotonada la camisa –observó cerca de mi pecho y se marchó. Cerré la puerta y acomodé mi botón.
   – ¿Qué quería?
   –Avisarme sobre la fiesta de esta noche –mentí–, creo que mejor iré a casa a ducharme. ¿Pasas por mí?
   –Claro hermosa, luego dime a qué hora. Te veré más tarde –se acercó y me besó.
   –Bien –sonreí–. Adiós, te veo luego.
Jungkook se fue. Me quedé de pie allí, preguntándome que quería Namjoon. Recordando su cara de decepción, su frialdad. Me sentía mal por todo esto, no entendía que sucedía.


Please, don't leave me (Namjoon & TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora