21- ᴄᴜᴀʀᴛᴏ ᴅᴇ ᴀɪᴅᴀɴ

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Ambos estábamos paseando por las calles del pueblo ya era otoño así que las calles se veían tan hermosas, Aidan vestía unos jeams negro con su cinturón negro puesto, una camisa verde de manga larga, sus tenis blancos, su cabello corto y peli-negro se veía tan bien en ese momento, quien diría que el otoño se veía tan bien en el, que no importa los climas o las estaciones del año, el siempre se veía tan perfecto en mi punto de vista.

Pero quería conocer más de Aidan en ese caso su cuarto de el, pero como le diría que fuéramos sin sonar algo extraño, así que me detuve de golpe, el me miró extrañado pero en ese momento se me ocurrió la idea más grande que tuve, no llevaba suéter y hacía frío y el menos traía así que me abrace a mi misma para suponer que tenia frío.

Aidan me miró de arriba hacia abajo, así que le dije:

―Podemos ir a tu casa, hace mucho frío―propuse el solo me miró con sus ojos entre cerrados.

―Tu casa esta más cerca que la mía―dije de nuevo además era la verdad su casa de el estaba más cerca que la mía, además estábamos a centímetros de su casa de el.

El solo asintió sin decir nada, así que sonreí y abrace su brazo para caminar juntos hasta su casa.

Me llamaba mucho la atención su cuarto de el, quería saber como era y de que color era, y que tenia ahí o si tenia un ritual satánico, vamos Aidan se ve de ese tipo de chico, aidan es callado, se droga, serio, odia a los demás sin razón alguna.

Mientras mi mente se imaginaba muchas cosas de como eran el cuatro de él, no me había dado cuenta que habíamos llegado asu casa de el, si no fue por que sentí como se safo de mi agarre para abrir la puerta de su casa.

Al entrar todo era normal, muebles hermosos y de color marrón con gris, una mesita en medio de la sala de estar, aun lado estaba la cocina una bastante hermosa, y luego las escaleras donde subimos asu cuarto.

Al estar en el segundo piso, había un pasillo largo había tres puertas, note rápido cual era de Alice ya que tenia un letrero con flores hechas a mano que decía «Bienvenida» y otra puerta que era de sus padres de el, y la puerta de aidan era negra completamente negra, me dio curiosidad así que caminamos hasta la puerta.

Cuando el la abrió dejo ver el interior, valla y más valla.

Al entrar por completo puede ver con más detalle, tres paredes blancas y dos negras, su cama estaba aún lado mio algo bastante pequeña para ser de una persona, en las paredes blancas no había nada estaba simple pero en las negras había posters de cantantes o bandas no sabía muy bien pero conocía algunas eran «Nirvana, Adelle, Eminem etc.». Su sábana que cubría su cama era de color negra con sus dos almohadas blancas, y luces blancas alrededor de la cama, que esta no tenía cabecera esta solo la cama y su sostén de la cama y ya, en la otra pared negra estaba su escritorio donde estaba su computadora y una lámpara, su computadora estaba prendida.

Luego a mano izquierda estaba su armario grande y una puerta que era el baño, en esa misma dirección estaban dos guitarras una roja y negra, arriba de su techo había una lámpara forma de estrella se me hizo super tierno.

―¿Quieres un suéter?―me pregunto y asentí.

Mientras el buscaba un suéter yo caminaba hasta su escritorio para observar más de cerca, había muchas cosas, libros, lapiceros, notas de canciones me imagana que el las compuso, al estar ahí mire su computadora donde estaba prendida, busque una canción antes de que el se diera cuenta.

―Ten, pequeña mierda―dijo atrás de mi, gire tomarlo.

El suéter era de color vino con negro, de manda larga me queda algo grande, pero me gustaba más porque tenía su loción de el.

―Que estabas haciendo―miro a la computadora así que me hice tape rápido para que no viera.

―Nada

―Quítate ahora

No me moví así que el me tomó de los hombros y me quito, dándole vista a la computadora donde había buscando la canción, el solo sonrió para luego mirarme de nuevo.

―¿Bailas conmigo?―estire mi mano hacia el.

―No se bailar―dijo con una voz firme.

―Yo tampoco, podemos aprender juntos―tome su mano.

Puse la canción, el camino con cámara lenta hacia mí, nuestras manos se sostuvieron, la letra empezó a sonar haciendo que nos movieramos de un lado a otro, pero una parte de mi la quería hacer divertido así que entendí mis manos el igual, haciendo que nuestras manos se jalaran de un lado a otro, primero la derecha y luego la izquierda haciendo que diéramos pequeñas vueltas, luego el soltó mi mano para que diera una vuelta completa, nuestras risas se escuchaban por los pasos que dábamos, por hacer hacer intento de bailar, pero no teníamos vergüenza o pena, éramos nosotros dos solos y aquella canción «Dancing Queen» era la canción que sonaba.

Un punto donde estábamos tan cerca del uno al otro que nuestros labios se unieron un beso lento y suave, sus labios y los míos encajaban tan bien, era como si estuvieran destinados a unirse.

El se alejo para volver a crear un lindo contacto de nuestros ojos.

Me quedé ahí apreciando sus ojos sin darme cuenta que el se acercó hasta mi, estiro sus manos para ponerlas en mis mejillas y unir por segunda vez nuestros labios, solo pude seguirle el beso.

La canción seguía sonando, mientras nosotros seguimos había bailando pegados con un ritmo bastante despacio, mis manso estaban enrollados en su cuello de el, mientras sus manos de el en mi cintura.

―Que vas hacer este fin de semana―me dijo.

―Nada, por que―lo mire, el bajo su vista hacia mi.

―Pasare por ti en la noche, ok―sonrió. Y solo asentí.

―¿Adonde iremos?―pregunté.

―No te dire―soltó un suspiro.

Lo mire confundida y el noto eso.

―¿Confías en mi?―pregunto

―Siempre―respondi segura.

El solo sonrió para luego darme un beso en la frente y seguir pegados hasta que acabará la canción, no mentiré confiaba en el, siempre he confiado en Aidan, es como mi lugar seguro para mi.

Antes de ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora