Antes de ti

ᴇᴘɪʟᴏɢᴏ

El luto es un dolor grande que deja aquella persona que llegaste amar con todo tu alma, pero un dolor que te hace daño, quieres que todo sea un sueño pero no hay marcha atrás o eso creías.

Abrí los ojos de repente, una luz blanca fue lo primero que vi luego unos mormurros que venían de mi alrededor, alce mis manos y tenía una aguja en mi mano derecha era un suero, parpade dos veces hasta que mi vista se aclaro, me incrine hacia adelante, pude ver a mi mamá y papá quienes estaban con sus ojos llorosos tenían una reacción de sorpresa ¿que había pasado? ¿Donde estoy?.

Un doctor se acercó hasta mi, sacó una lámparita pequeña y la pasó por mis ojos, estaba confundida, donde estaba.

―Hola amor―dijo mi madre.

Pestañe otra vez, abri mi boca para pronunciar algo.

―¿Que paso?―pregunté.

―Cariño, tuviste una accidente en la casa, te caíste del segundo piso―me explicó.―Estuviste en coma por dos meses Cariño.

¿En coma, por dos meses? ¿Me caí en mi casa?. Espera que estaba pasando. Así que negué dos veces

―No. Es posible―mi piel se erizo.

Mi padre se acercó hasta mi, para sentarse aún lado mío, tomó mi mano y me miró.

―Esta bien hija, apenas despiertas, es claro que no vas a recordar nada―me dio un beso en la frente.

Mire de nuevo a mi mamá, quería más explicaciones.

―Mamá...en que año estamos―dije atónita.

―En el dos mil veinte―me miró extrañada.

¿Dos mil veinte?. No, no, no, era posible.

―¿Hija todo esta bien?―me pregunto.

―Mamá. ¿Donde esta Aidan?―le pregunté.

Mi mamá, mi padre y el doctor que estaba ahí con nosotros se miraron extrañados.

―¿Aidan? ¿Quien es Aidan?―pregunto.

Los mire a los tres y el doctor hablo.

―La tenemos que dejar un momento, todavía no está al cien por ciento, tiene que estar sola y recordar poco a poco―abrió la puerta, mi padre se puso e pie y los tres caminaron hasta la puerta. Y se fueron.

Me quedé congelada en la camilla, mi corazón latía muy rápido.

¿Aidan nunca existió?. ¿Estaba en el Dos mil veinte?. ¿Que paso?.