Leviatán
Akim.
El hecho de que Alondra se crea con derecho de venir a reclamarme sobre algo que no le concierne y tras de eso me amenace me molesta.
Reconozco que tal vez la he confundido con mis actitudes, pero desde un principio le he dicho el rol que cumple en mi vida. Solo saciarme las ganas.
Le doy lujos porque de cierta manera es la única forma que tengo de recompensar el daño que una vez sufrió por mi culpa.
Salgo del estudio directo a mi habitación a darme una ducha, estoy lleno de sudor y de los fluidos de Leana. Ese es otro tema que me jode, fui uno de los que colocó la regla de no follarse a las que estaban bajo cautiverio, pero como hago si su maldito culo me tienta cada vez que la veo.
No sé si es maga o qué carajos, pero cada vez que la miro se me para, y no hablemos de las inmensas ganas de follarla que me dan.
Preparo la bañera y cuando estoy justo a meterme en ella el teléfono comienza a sonar.
—Espero que sea importante lo que tengas que decirme cómo para llamarme y no venir hasta acá. —Digo a penas contesto la llamada.
—Créeme que si no fuera importante no te llamaría.
—Te escucho.
—Manolo mando a su grupo de ratas al búnker en el momento donde se estaba descargando la mercancía. Fueron 10 caídos del lado nuestro y 5 del suyo, la mitad del encargo se perdió y la otra está resguardada en el piso subterráneo. —Aprieto la mandíbula porque se lo significa las pérdidas de ahora, cómo también sé que ese cargamento no sé lo pudieron haber llevado los hombres de Manolo, sabe perfectamente que si hace eso es declararle la guerra a todo aquel que le sirve.
—Prosigue.
—Akim, el clan y la organización está en riesgo, últimamente ya no se te ve por los sitios de tortura ni viendo el mecanismo de las cosas, como líder y rey de Rusia debes estar a raya con todo, tus problemas con el clan de Italia han crecido más de lo que se esperaba y la llegada de Leana nos trajo un enemigo más.
—Sabes perfectamente porque me he alejado de la organización, necesito que la droga creada llegue al mercado para así poder salir del encierro dónde estoy. —Me enerva sentirme acorralado. —Con respecto a nuestro nuevo enemigo es algo que necesitábamos tener, debes de tener en cuenta que Leana es una pieza clave en todo esto y tenerla en mi poder es una ventaja que los distrae a todos.—Se tus planes, por ello te pido que te centres y dejes de fallártela cada que tienes oportunidad.
—Es mi esposa.
—También es una esclava y no quiero errores.
Por mucho que no quiera aceptarlo Kol tiene razón, no puedo dejar de lado lo que tanto me costó construir.
—Cancélame la reunión en la subasta. Iré a ver a mis ciervos.
—No soy tu puta secretaria, no me pa... —Le cuelgo porque le pago lo suficiente para que haga lo que le pido.
Kol es mi primo, pero nos hemos criado como hermanos, es la única persona en la que confío plenamente y el único que sabe mis más oscuros secretos y sucios deseos.
Hago lo que tenía pensado hacer antes de ser interrumpido.
Salgo del cuarto de baño y me coloco una camisa negra y unos pantalones del mismo color.
Me coloco un reloj, me acomodo el cabello y salgo de la habitación.Me meto en una de las camionetas blindadas con Boris de piloto.
—¿A dónde señor?
—A la granja.
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último deseo
Teen FictionEl amor es una palabra vacía, la pasión es una carga que cada vez pesa más. Maldita seas tú y tu último deseo.