Capítulo 8

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Está vez no.

Alondra.

He estado acostumbrada a los grandes golpes que me ha dado la vida, a las esperanzas perdidas y a la resignación de la mala vida.

Desde que era una niña he vivido en la casa de los Romanoff.

Eleanor contrató a mi madre para que se encargará de la limpieza de la mansión ofreciéndole así un techo a dónde vivir, mi madre me tenía prohibido salir de la habitación de servicio porque quería evitar algún inconveniente con los patrones, fue haci hasta que cumplí los quince años ya que mi madre se había ganado la confianza suficiente de Eleanor y le pidió el permiso para que yo trabajara como sirvienta también.

Odio a Sofía porque pudo hablar antes y hacer lo que sea para que fuera alguien en la vida, los señores Romanoff podían darme estudio a cambio de trabajo sin paga, pero ella nunca quiso, no acepto porque al igual que yo la avaricia y el olor a dinero puede más con ella.

Conocí Akim una vez que estaba en el jardín cortando unas rosas para el florero de la casa, este estaba jugando con su perro y no pude disimular lo mucho que me llamó la atención.

Con el tiempo coincidimos más y llegó un momento donde "nos comenzamos a gustar" o mejor dicho, donde me comenzó a gustar. Comenzamos a salir y me llevó a pasear por miles de lugares y países, todo era perfecto hasta que se fue a Sicilia, duró más de dos años en la mafia ciciliana y cuando regreso a casa ya no era el mismo, ya sus facciones se hicieron más grandes y sus ojos más negros, era una bestia disfrazada de bajo de un traje.

Intenté acercarme a el pero las cosas no eran lo mismo, ahora solo follabamos y todo seguía normal, al pasar el tiempo nuestros encuentros fogosos nos estaba causando problemas así que me compró un departamento, era "Nuestro nido de amor" ahí nos veíamos y pasábamos días, solo el y yo, pensé que lo había recuperado, pensé que había recuperado a mi Akim, pero todo iba de mal en peor.

Intentaba ser lo que el quisiera y necesitará pero de nada sirvió porque a la vida de el llegó una mujer que jamás podré superar, no por lo atractiva si no por lo importante que fue en la vida de Akim, por ella casi da la vida, por ella su madre está en silla de ruedas, por ella es como es, por ella es el mafioso más buscado y peligroso que existe, por ella es la mierda que es.

Cuando la conoció a mí me apartó, de ves en cuando iba al apartamento pero solo a follarme, ya no se quedaba a dormir ni tampoco me besaba, era siempre su plato de segunda mesa, pero no me importaba, con tal de seguir disfrutando de el, de lo que me brindaba física y económicamente.

Cuando ella se fue, todo fue peor, ya era irreconocible, seguía siendo su puta, pero del Akim que conocí jugando con su perro y riendo con fuerza, no queda más que sombra.

Han pasado dos años y la cosa se había acomodado más o menos, ya nos veíamos un poco más y me invitaba a dormir en su recamara. Digo se "había"porque desde la llegada de Leana las cosas volvieron a cambiar, volvió hacer lo que era antes, pero está vez no me apartaré, está vez no le dejaré el camino libre a esa aparecida, he sufrido y luchado con creces para tener un lugar fundamental en su vida y no ser solo el trapito con el que se quita las ganas. Está vez no Akim Romanoff.

Entro al estudio y me acomodo en la silla enfrente al escritorio, luego de unos minutos aparece mi hombre con cara de los mil demonios y se planta al frente de mi con los brazos cruzados.

—¿Qué? —Le digo prendiendo un cigarrillo y colocandomelo en el boca.

—Alondra, no me gusta que te metas en mis asuntos.

—No me estoy metiendo en nada, solo vine a conocer a tu linda esposa.

—Ese es el asunto donde no te debes meter.

—¿Por qué Akim? —Me levanto y lo miro. —¿Por qué te casaste con ella y no conmigo que te he esperado toda la jodida vida?

—No tengo porque darte explicaciones de lo que hago, por años he hecho lo que se me ha dado la gana y ahora no va hacer la excepción.

—No comprendo. —Le doy una calada al cigarrillo. —No comprendo qué carajos pasa por tu cabeza. ¡Mírame! ¡Cuántas veces tengo que apartarme!

—Las que sea necesarias. Tú muy bien sabes que lo nuestro no es nada...

—¡No! No te atrevas a decir que lo nuestro no es nada cuando me has buscado por noches para estar a mi lado, cuando me prometiste que siempre estarás al pendiente de mi, cuando me compras miles lujos para que me sienta parte de ti. —Me limpio las lágrimas que sin querer ruedan por mis mejillas.

—Primero, sabes perfectamente que te he buscado porque en ti encuentro un refugio que cualquiera puta de la calle no me lo va a dar. Segundo, te prometí que estaría al pendiente de ti y eso no cambiará, no porque seas importante para mí, es porque te lo debo y tercero, te lleno de lujos porque eres una ambiciosa y siempre has tenido el sueño frustrado de ser poderosa y con dinero.

No puedo aguantar las ganas de llorar, no puedo creer lo que estoy escuchando.

—¡No me digas eso, malditasea! Sabes lo importante que eres para mí, deja de tratarme como una mierda.

—Alondra, deja del show que me estar haciendo enojar.

—Solo quiero solucionar esto. —Me mira y abre la gaveta del escritorio y saca una chequera.

—Ten, problemas que se solucionan con dinero no son problemas. —Me entrega un cheque de tres mil dólares.

—Te juro que esto no se va a quedar así, me las pagarás, tú y tu nuevo juguete, que asco que dejes las cadenas por una puta que ni debe de follar bien.

—Creeme,  folla y me la chupa mucho mejor que tú.

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Okey, okey. Era súper importante que Alondra saliera hablar y explicara su romance con Akim.

La rubia es una mujer que ha aguantado mucho del hombre que ama y espero que ese amor no sea enfermizo y no traiga problemas futuros, recemos para que así sea.

Por otro lado, estoy montando los capítulos desde mi teléfono así que discúlpenme la vida si encuentran errores ortográficos.

Espero que les guste y nos vemos pronto de el próximo capítulo.

Aquí les dejo una foto de Alondra.

Aquí les dejo una foto de Alondra

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