◌●Apariencias●◌

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Desde niño habia trabajado en una industria que le trajo muchos problemas pero que aun así amaba, la industria del modelaje

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Desde niño habia trabajado en una industria que le trajo muchos problemas pero que aun así amaba, la industria del modelaje. Su madre, una ex-modelo, lo llevó a su primer casting con tan solo doce años, allí donde juzgaron por primera vez en su vida su apariencia, alto y de rasgos "femeninos", lo confundieron con una niña debido a su cabello algo largo para lo acostumbrado. Le dijeron que era el indicado, le habia ganado a las demás concursantes; gracias a eso incursionó en un mundo que le trajo los mejores momentos de su vida y los peores también.

Viajes infinitos, comenzar a fumar desde los dieciséis años, comer porciones más pequeñas que el tamaño de su mano para mantener una figura esbelta, por que lo que amaban de él sus mánagers era su altura, que habia tocado el metro ochenta con tan solo diecisiete. No tocó las drogas de milagro, pero sí un poco de alcohol, le gustaba la bebida amarga y ayudaba a no tener hambre durante sus prácticas antes de la verdad.

Las luces de las cámaras, su rostro en diferentes revistas, ser un icono para diferentes generaciones que lo vieron crecer y cambiar de estilo según le indicaron sus mayores. Nunca tuvo problema con los apodos como "Blancanieves", sabía que se veía delicado, su imagen se basa en mantener una fachada androgina, habia personas que realmente no sabían que era un chico y... le molestaba.

"Mira este vestido Killu, tal vez podamos basar tu próxima caminata en ellos"— Debió ser más fuerte, decir que no, pero al final del dia le gustó usar esa pesada tela blanca, lo hacía usar esa pesada tela blanca, lo hacía ver como un ser inalcanzable, era como neblina, la misma luna que se muestra en las noches. Fue una de sus mejores pasarelas, una que hizo mucho daño a la juventud de su época, pero ¿Como culparse?, él no escogía. Poco a poco le entregaron más prendas por el estilo, faldas largas, cortas, vestidos ajustados o sueltos, tacones, si de por si era alto, con ellos sobresalía de entre todos los demás. 

Fue en su última gira donde conoció la razón que le permite seguir sonriendo frente a las cámaras, era un joven, bebía tranquilamente en el bar mientras acomodaba una mesa de pool, Killua supo que no era el tipo de persona que le interesaría la moda o el mundo de la farándula sólo por su aspecto, descuidado y desgarbado. Se interesó al ver que al hablarle no bajaba la mirada a ninguna parte de su cuerpo, solo se mantenía en sus ojos, sin esfuerzo, no parecía querer ser cordial, simplemente lo era. 

Le enseñó a jugar sin la necesidad de acercarse a su cuerpo y ponerlo incómodo, era mucho más bajo que él y de por sí ya estaba usando tacones. Estuvieron allí hasta que la hora tocó y el bar cerró.

"Lamento no haberte preguntado antes, ¿Cómo te llamas?"— Estaban pidiendo un auto para el albino, pues el moreno de menor estatura traía una moto consigo.

"Me llamo Gon ¿Y tú?"—Realmente no habían perdido el tiempo en presentarse, solo hablaron y hablaron sin parar, no les importaron las apariencias cuando Killua comenzó a jugar mejor y todo se volvió muy competitivo.

Smuttober - KilluGonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora