Conocerse había sido una aventura en si misma para sus sentidos, la primera persona de su edad que conocían, la primera persona de su edad y para colmo de géneros secundarios contrarios, un Omega, un Alfa, demasiado jóvenes para comprender lo que sus castas afectaran a sus vidas futuras, aunque, en la sociedad actual aquellas diferencias casi no importaban, había temas de instinto, detalles que se seguían notando a pesar de todo, incluso si no era incomodo o un tabú, a los niños se les enseñaba lo básico, para no ponerlos en peligro.
Gon Freecss, al siempre vivir en un hogar lejano de la gran sociedad actual, no sabia muy bien cómo funcionan los protocolos sociales, pues cuando Leorio y Kurapika lo comenzaron a seguir y hacerse amigo de ellos, no supo pensar que tal vez se estaba exponiendo a algún peligro. Siempre tiene la suerte de que las personas normalmente, no quieres hacerle daño.
Así pasó con Killua, a pesar de saber que era un asesino, no le pareció la gran cosa, tampoco las comparaciones entre sus castas, unas que causaban las risas del albino por creer que era mentira que Gon es un Omega, no solo no le creyó, sino que intentó golpearlo para que la diga "verdad". Al final terminó aceptado el hecho y siguió actuando de la misma forma con el moreno, su casta no cambiará nada.
Tal vez se debió a que su educación para algunos temas había sido negligente, varias veces le habían dicho que sucumbir ante los deseos de un celo solo se debía a que él es un ser débil, que para ser digno de su casta debía controlarse, no sucumbir. Así que cuando sintió el calor asentarse en su estomago, a pesar de saber que venia, no intentó nada. No se alejó del chico de pueblo que tranquilamente lo invitaba a dormir en su mismo cuarto para poder ver películas o jugar videojuegos.
No conocía de las consecuencias de aquello, de que lo significaría pasar una noche en celo con un Omega, incluso si lo aprecia, incluso si no quiere; sus instintos podrían ganar fácilmente una batalla mental; pero no le habían enseñado aquello.
Pasaban las horas, el calor se volvió peor, le empezaban a doler las manos ya a veces era incapaz de mantener a raya las garras, simplemente salían y destruyen lo que se les acercara, se sentía un inútil, incapaz y débil; excepto cuando estaba cerca de Gon, ahí podía controlarse, sus dolencias desaparecían y entonces ya no había alerta en su cabeza; pobre de él que no sabía lo que eso significaba. No quería acercarse a Kurapika y Leorio por razones que no compendia; había cierto miedo en su cara cuando está cerca de los mayores que cuidaban y protegían a Gon, como si estuviera esperando que lo acepten; se ponla territorial con otros alfas si estos se acercaban, según él, demás a su compañero, con Gon tenía ganas de ser cariñoso, abrazarlo, dormir juntos, restregar la cara contra su cuerpo.
Y no le avergonzaba pensar así, después de todo, había algo más fuerte que él intentando acercarse a ese chico que le sonreía dulcemente, que lo miraba tranquilo y sin miedo y que sin saber que significaba, le dijo, —Cuando te acercas mucho la panza comienza picarme, como si estuviese revolviendo una sopa— Entre risas inocentes, ninguno de los 2 sabían que estaban entrando en celo a la vez.
En realidad nadie lo sabia, ya que ninguno podía sospechar.
Porque la historia de los destinados es entupida, el destino no existe para 2 jóvenes que hacen lo que quieren o al menos eso piensan, por que no quieren creer en el. Killua no será el destinado asesino que su familia quiere y Gon no será una destinada copia de su padre. Pero para algunas cosas el destino puede llegar a existir y ellos estaban destinados a conocerse, tal vez no a amarse, eso solo el tiempo lo diría, pero una vez sus almas se encontraron y sus instintos primarios y lógicos desaparecieron, simplemente cerraron la puerta de su habitación compartida en el gigantesco zeppelin.
Tal vez ya no eran ellos, solo su apariencia, tal vez simplemente eran aquellos animales internos encontrándose nuevamente luego de una vida arrancada, pero eran bestias que recién nacían, que recién volvían a encontrase con aquel amor perdido, así que dejaron que sus nuevos cuerpos, sus nuevos seres, experimentaran aquello que su amor fue capaz en la vida pasada.
Acurrucados en la cama, abrazados hasta parecer un solo cuerpo, sin movimientos bruscos, solo calentándose un poco debajo de la frazada, acariciándose tiernamente, con anhelo. Era dulce y mágico, una burbuja cálida con olor a caramelo y manzana, una combinación perfecta. El albino restriega la nariz suavemente contra el cuello y las clavículas del moreno mientras este ríe por las cosquillas que le generan los cabellos albinos al estar moviéndose contra su nariz o mejillas.
Llevaban rato así, de día y de noche, pues sus días de descanso se presentar eternos eternos al estar juntos, casi no se separaban, no abrían la puerta cuando alguien tocaba, si uno se alejaba por cualquier necesidad el otro la pasaba mal, los dolores aumentaban y tenían ganas de llorar, pero como solo eran ellos, nadie estaría ahí para decirles que eso era raro.
Si tan solo supieran que aquello es la respuesta hormonal por ser su primer celo.
Al ser tan jóvenes el celo no es uno irracional donde se busca procrear desesperadamente, como un mero instinto de tiempos ya muertos y desesperados, ahora es diferente y una cría solo buscará protección, en caso de no estar el progenitor cerca buscará una persona de confianza, el calor será diferente, dolerá si, pero no generará ningún lívido, ninguna necesidad.
Solo buscan sentirse protegidos y queridos, porque ellos y sus animales aun no terminaron de desarrollarse.
Entre ellos crearon una confianza tal que necesitan no solo cariño y protección si no que también demostrar su propio cariño y sentimientos de protección hacia su igual. Se preparaban almuerzos o pequeños regalos, se daban masajes en la espalda o en el cabello, dormían abrazados y se bañaban juntos. Por sus cabezas jamás pasó ningún pensamiento impuro de los que su casta debía tener al estar en tan vulnerable situación.
Al terminar esa situación tan vulnerable e íntima siguieron como si nada su amistad, cada cierta cantidad de tiempo, a veces 5 meses, otros 6, aquella sensación volvía y terminaban compartieron nuevamente la zona de confort, detenían su mundo para dejarse mimar, amar y proteger por su contrario, hasta que con los años los sentimientos de cariño y protección se volvieron más intensos, ya no bastaba con simplemente dormir acurrucados, aunque era algo que preferían a tener que moverse, pero eso es solo una experiencia de sus yo del futuro.
Lo que ahora viven es distinto, un pequeño lugar seguro donde no hay dudas, solo 2 pre-adolescentes que aprenden sobre ellos mismos en silencio, amándose sin saberlo.
Bien soft, ya me hacía falta
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Smuttober - KilluGon
FanficPrimero unas aclaraciones rápidas: ⁂ Me eliminaron la historia anterior sin avisar. ⁂ Como no tengo la historia guardada en ninguna parte casi pierdo todo. ⁂ Inke es la mano de Dios y me ayudó a recuperar todo esto, hay que hacerle un altar. ⁂ Voy a...