◌●No te distraigas●◌

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―Killua― Llama el moreno, acostado en la cama marinera, en el colchón de arriba, miraba a su novio concentrado, incluso con las cejas fruncidas, jugando ese videojuego de disparos y poderes que lo tenía hipnotizado desde hace días

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―Killua― Llama el moreno, acostado en la cama marinera, en el colchón de arriba, miraba a su novio concentrado, incluso con las cejas fruncidas, jugando ese videojuego de disparos y poderes que lo tenía hipnotizado desde hace días. Enojado infla los cachetes, Killua estaba solo veinte centímetros de la pantalla de mínimo cuarentidos pulgadas, con el mando de la consola en las manos, sentado en la alfombra del suelo.

―¡KILLUA!― Elevó la voz, pero seguía ignorándolo, aparentemente, en realidad tenía el sonido tan fuerte que realmente no lo escuchaba. El ruido de las balas chocando contra los cuerpos de los enemigos, las pisadas, los mensajes entre compañeros, uno que gritaban e insultaban como si nada a pesar de que iban ganando.

―¡Ya cierra la boca maldito imbécil!― Gon se asustó al escucharlo y estuvo a punto de tirarle una almohada en cara por pensar que esa frase venenosa iba dirigida a él, pero Killua soltó el micrófono despues de hablar, no habia sido para él. 

Aburrido mira la pantalla, ve al personaje en primera persona de su novio girar repentinamente para evitar que le metan un navajazo por la espalda, no le parecía la gran cosa, aunque con anterioridad si se lo hubiese parecido. Sin embargo, esos personajes, esos escenarios, incluso los compañeros de clases del albino, se lo habían robado por al menos 2 semanas; se desvelaba, llegaba tarde a sus encuentros y para colmo le ponía excusas; Killua jamás hacía eso.

Pero no iba a actuar sin pensar, si rompía "accidentalmente" la consola o el mando, Killua lo regañaría y luego se compraría otro, así que no serviría de nada. Suspira al ser derrotado por algo sin conciencia o capacidad de movimiento, aun así no se acostó de nuevo, prefirió bajarse de la cama y tomar la frazada para taparse con ella y caminar hasta la espalda del más alto de ambos.

No solo no lo miró cuando se acercó, sino que al sentarse en la alfombra y pegarle con la frente en la espada al tirarse contra su cuerpo este no hizo más que mirarlo y sonreírle con las mejillas rositas por la repentina cercanía, lo cual lo hizo enojar más. 

Miró de nuevo la pantalla, el albino se movía en un lugar solitario. Se volvió a esconder en la espalda ancha. Allí se quedó, jugando a crear circulos con los dedos en los omoplatos o la espina dorsal, dándole espasmos al albino pero sin llegar a ganar su atención del todo. 

Dos semanas, donde le habia pedido ese tiempo personal para llegar a ganar la competencia junto a su equipo y pasar, luego de un duro camino, al siguiente rango, el dorado. Se aguantó, aguanto verlo todos los días consumido por ello, aguanto las citas donde debían volver antes porque debía seguir jugando, aguanto las noches frías y solitarias debido a que el albino usaba las noches y las madrugadas para jugar en solitario y practicar. 

Incluso llegó al extremo de masturbarse mientras Killua jugaba SOLO en las madrugadas, para que lo vea, para que sepa que lo está descuidando y que lo desea, pero el malnacido no se desconcentra, no lo mira y termina corriendose solo, enojado, frustrado y triste. 

Smuttober - KilluGonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora