◌●No hay limites a la hora de probar●◌

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―...¡¡Amor!!... ya estoy ahí... má-más...― Ya era la tercera ronda, Gon estaba acostado boca arriba en la cama, con las piernas cerca del pecho y los ojos cerrados. Después de tantos minutos en la misma posición se le habían dormido, pero era lo que, en el estado de trance pasional que sufría su pareja le habia pedido; los celos son complicados si se trata de estar en pareja, quería un descanso, esperaba poder tener uno, ―Be-Beso― Tartamudea para evitar morderse la lengua, siendo tomado en brazos con cariño, un abrazo un poco opresor pero al final el beso se concreta, acallándolo.

Le dolía un poco la garganta de soltar tan audibles gemidos, pero cada vez que intentó mantenerse callado su pareja lo evitaba, poniéndole las manos sobre la cabeza o directamente mirándolo a la cara para morderle la mejilla si intentaba cerrar la boca. Las lágrimas se dispersan y mantenerse en la posición se le complica, quiere enrollar las piernas en la cintura contraria. ―Quiero... quiero llenarte otra vez― El cabello blanco está pegado a la frente pálida por el sudor, pero aun así la apoya contra la de su pareja al cortar el beso.

Gon mira hacia otro lado, aguantando los gritos, los insultos que quieren ser arrancados ya que siente nuevamente como el nudo se acrecienta en lo más profundo de su interior, le duele, igual que las primeras 2 veces, pero al cabo de unos minutos ya está más calmado, la sensación se vuelva pasable y luego placentera. El único problema y por el cual podría seguir quejándose es que al tener al Killua tan pegado a él no podía masturbarse y tampoco podía moverse o pedirle que él lo haga.

Llevaba rato notando como las garras se habían clavado en el colchón, destruyendo las sábanas por la fuerza aplicada en la zona, los colmillos también habían salido más pronunciados que en los días comunes del Alfa, que si bien sí los tenía afilados, no tanto como ahora, por algo muerde la almohada ante la irrefrenable sensación de NECESITAR morder nuevamente a su pareja. ―Quiero morderte... llenarte hasta que supliques― Podría estar de acuerdo con ello, pero luego deberían ir al hospital y esperar a sanar.

Un último golpe a su trasero que dejo el miembro de su pareja al completo en su interior, hinchado y con las venas sobresaliendo en la pálida piel, sintió su estómago arder ante la desesperada descarga, no iba a quedar embarazado incluso con ello, se cuidaba y mucho, incluso sin condones, por que desde la última vez que durante un celo intentó colocarle un condón a su pareja ésta se deprimió y no quiso salir del cuarto al pensarse rechazado por su Omega, una vez la razón lógica volvió al Zoldyck, tuvieron una charla muy vergonzosa.

―...Esta caliente...― Arde tenerlo dentro, el abuso que su entrada sufre a pesar del lubricante natural y del que compran y usan siempre antes del acto le hace tiritar, seguramente debía ser más precavido a la hora de intimar, ser menos impaciente y esperar a lograr prepararse adecuadamente. Ya que desde al menos 3 celos atrás, las garras y los colmillos aparecieron y no se marcharon, no iba a dejar que una cuchilla se metiera en su interior.

Su pareja lo acomoda de lado, bajándole por fin las piernas del pecho, abrazándolo con los brazos y evitando que sus manos lo toquen, el nudo no baja y el moreno ya siente la incomodidad típica de aquella sensación, está cansado pero su miembro sigue erguido, aún no ha terminado. El albino lo sabe y acerca la palma al miembro canela, aplastando un poco el glande rosado con la misma, le gustaba la sensación, pero quería más contacto, le encantaría que las manos no fueran mortales, que los besos no se alejaran de su piel con la sangre brotando, le gusta que sea dulce pero cruel, sentirse amado con fiereza.

Smuttober - KilluGonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora