Etapa 15: Hay eventos inesperados

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Etapa 15: Hay eventos inesperados

Después de muchas, muchas, muchas largas y cansinas charlas llenas de advertencias a las que Harry no les prestaba la menor atención, decidió que era momento de tomarse el tema en serio.

Estaban a mediados de junio y el año escolar casi acababa.

Harry era amigo de Draco, y aunque era muy divertido escapar por ahí sólo ellos dos, se dio cuenta de que quería introducirlo en otros aspectos de su vida. Le gustaba pasar tiempo con él, así que le parecía lógico que sus mejores amigos también pudiesen pasar algo de tiempo con él.

No esperaba que de pronto se volviesen un grupo inseparable, pero no le parecía que estuviese bien tener ambas partes como si fuesen dos mundos completamente diferentes. No había razón para ser así. Con que pudiesen convivir sin pelearse le bastaba.

Se lo explicó a Draco un día en que estaban merendando en la Sala de Menesteres y este adoptó una expresión bastante pensativa.

—Bueno...—murmuró—. La verdad es que Pansy quiere pasar algo de tiempo contigo. A Blaise no le importa tanto, pero Pansy…dice que tiene que ver de cerca cómo te estás comportando conmigo.

Harry arqueó las cejas al escucharlo.

—¿Qué? ¿Ahora cree que te trato mal como amigo?

Draco alzó las manos en señal de rendición.

—No, no me veas, no tengo la menor idea de qué pasa por su cabeza, sólo que eso es lo que quiere hacer. Así me lo dijo.

Hablaron más del tema y decidieron que la mejor opción era juntar a ambos grupos.

Bien, Harry lo propuso. Draco pensaba que era como hacer colisionar a dos jugadores de equipos rivales de Quidditch, pero lo dejó decidir sobre eso sin mucho interés.

El día sábado se encontraron en la entrada de Hogsmeade. Harry llegó primero y se reía de algo que Ron le estaba contando. Hermione se encontraba tan ansiosa que no paraba de mirar alrededor.

Draco se adelantó a su grupo y le habló a Harry sobre un artículo recién llegado a la tienda especializada en Quidditch del que le contaron antes de dejar el castillo. Esto los distrajo durante unos momentos, y cuando se quedaron callados, notaron que Pansy y Blaise estaban a dos pasos de distancia y los cuatro se observaban como si no supiesen si saludar con un gesto o sacar las varitas.

Draco y Harry intercambiaron miradas.

—¿Así nos veíamos nosotros? —preguntó Draco.

—No, no creo —Harry sacudió la cabeza.

Cuatro cabezas se giraron en su dirección con una sincronización aterradora.

—¡Eran peor! —espetó Pansy.

—Muchísimo peor, amigo —alegó Ron.

—Antes de ser increíblemente gays juntos —añadió Blaise. Hizo una pausa y torció la boca al ver a Harry—. Bueno, quizás gay y bi.

Ellos volvieron a intercambiar miradas.

—Te dije que seguía seguro de que saldremos —recordó Draco, frunciendo la nariz.

—¿Por qué cree eso? —preguntó Harry, ceñudo.

Pansy emitió un sonidito de "agh" y Ron incluso se palmeó la frente, pero por la expresión de Draco, él tampoco tenía la menor idea de dónde venía eso.

Por lo visto, quejarse de ellos era la mejor manera de unir a sus amigos. Pansy masculló algo sobre que Draco podía ser muy listo, excepto "cuando tenía que ser listo", y Hermione de repente hablaba de que Harry, según ella, no se daba cuenta de las cosas.

—¿De qué cosas no me doy cuenta? —indagó Harry, todavía más ceñudo.

Ya que ellas sólo le dieron una mirada de obviedad, observó a Draco en busca de una respuesta.

Él se encogió de hombros.

—Déjalas. Al menos se llevan bien.

Pansy y Hermione comenzaron a caminar adelante del grupo. Ron y Blaise las siguieron un poco más vacilantes, intercambiando miradas de reojo cada poco tiempo. Blaise preguntó sobre algo que sucedió en el último partido y Ron, que llevaba una muy buena racha esos meses en los juegos, entró en un modo parlanchín.

Harry y Draco observaron a sus amigos adelantarse sin ellos y volvieron a intercambiar miradas.

—Pues…no teníamos que preocuparnos tanto —mencionó Draco.

—Parece que no —susurró Harry, aturdido.

Quizás sus amigos podrían haber dejado de pelear mucho antes si ellos también paraban de hacerlo. Discutieron esta teoría mientras caminaban hacia la tienda especializada en artículos de Quidditch, ya que prácticamente fueron abandonados por sus respectivos grupos.

De hecho, la preocupación nunca debió ser que se siguieran odiando más allá de su tregua, sino lo bien que se iban a llevar después.

Demasiado bien.

Inquietantemente bien.

Una mañana, Pansy se sentaba entre Hermione y Harry en la mesa de Gryffindor y empezaba a hablar con Hermione como si fuesen amigas de toda la vida. En la cena, Ron les pedía un momento porque tenía algo que preguntarle a Blaise, y de algún modo, acababa comiendo en la mesa de Slytherin.

Draco y Harry se limitaban a intercambiar miradas y decirse que era mejor que se llevasen bien. Les ahorraba problemas ahora que podían pasar tiempo juntos sin sermones.

Ninguno predijo lo que sucedería a finales del año escolar.

Comenzó con que Ron se demoraba demasiado en ir hacia el tren para la partida, y como siempre iban juntos, Harry se preocupó y decidió regresar a la torre en busca de su mejor amigo.

Su mejor amigo que estaba un poco ocupado comiéndole la boca a Blaise Zabini junto al retrato de la Dama Gorda, que los encontró tan "atrevidos" que huyó de la imagen y fue a visitar otro cuadro para darles privacidad. No la culpaba, porque parecía que Blaise tenía intenciones de fundir a Ron con la pared o consigo mismo.

Harry se dio la vuelta y corrió lejos también.

Por si fuera poco, cuando ya estaban en el tren buscando a sus amigos y después de hablar de esto, Draco localizó el compartimiento en que iba a verse con Pansy, y nada más abrirlo, los recibieron unos soniditos de una Hermione que estaba sentada sobre el regazo de Pansy Parkinson.

Draco cerró la puerta tan pronto como la abrió y ambos se quedaron contemplando la cortina durante interminables segundos.

—¿Fingimos que esto jamás sucedió hasta que nos hayan dicho algo al respecto? —propuso Draco.

Harry le tendió la mano.

—Hecho.

Él se la estrechó y decidieron que, por esa vez, era mejor elegir otro compartimiento y buscar a sus amigos después.

Las seis (veinte, de hecho) etapas de la separaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora