Etapa 1: La sonrisa

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Escribí más de la mitad del fic con Six degrees of separation de The Script de fondo, recomendada al 100%

Puede haber algo de llanto y hay advertencia de pésimas parejas (hablo de infidelidad, ¡no entre el Drarry!)

Etapa 1: La sonrisa

Enero. 1997.

Harry había notado esto en cuanto comenzó el sexto año: algo andaba mal con Draco Malfoy. Nadie le creía. Decían que debía estar feliz de que hubiese parado de molestarlo, que era un buen cambio ahora que el asunto con los Mortífagos parecía resuelto y que sólo se había dado cuenta de que no quería ser como su padre.

Pero él sabía que algo andaba mal y no se trataba de eso. Lo siguió a escondidas en el tren y sólo lo oyó hablar de lo mucho que quería que llegasen las vacaciones de diciembre, a pesar de que apenas iniciaba el año. Y en su regreso en enero, tenía un comportamiento aún más raro. Apenas cruzaban miradas y desaparecía durante largos períodos de tiempo.

Un fin de semana que salió a Hogsmeade, descubrió a qué se debía este gran cambio en su comportamiento.

Y la verdad es que desearía no haberlo hecho.

—Lo siento. De verdad iba a hacerlo, pero es que...

—¿Ibas a hacerlo? —Draco soltó una risa sin humor—. ¿En serio ibas a hacerlo? Es que...¿por qué creí que ibas a hacerlo? ¿Por qué te creí? Qué estupidez...

Su discusión se llevaba a cabo en la parte de atrás de las Tres Escobas, en medio de la nieve fría de inicios del año. Harry, que estaba recargado junto a la puerta trasera del local, no reconocía la voz del otro chico.

Lo había seguido porque pensó que podía tramar algo, y al oír el primer grito, incluso sujetó su varita. Ahora tenía una mano cubriendo su propia boca y la varita había estado a punto de resbalársele.

Acababa de escuchar la voz de Draco Malfoy quebrarse y de pronto notó su propia estupidez.

¿Qué hacía él escondido ahí?

Draco no tramaba algo malvado. Ese no era el tono de voz que tenía alguien que tramase un plan malvado. Este no era el tipo de conversación que debiese ser escuchada por él, por cualquier otra persona. No estaba bien.

Pero todo su cuerpo se encontraba demasiado tenso, como si el hacerse una idea de lo que sucedía no le dijese que se fuese, sino al contrario. Había algo sobre la voz quebrada de Malfoy que lo dejaba en ese estado, incrédulo e incapaz de guardar la varita. Simplemente no podía guardarla.

—¡No, no es así cómo funciona! ¡No es así! ¡Te lo dije claramente y te lo dije muchas veces además! ¡Me has visto así muchas veces, pero no te importa lo suficiente...!

Harry notó que estaba apretando la varita con demasiada fuerza. Casi parecía que iba a lanzarse a mitad de un duelo, pero esto no era un duelo. Era peor. Mucho peor.

Mientras más cerca creía que estaba Malfoy del llanto, más alarmado se sentía. Su cabeza decía "¡lárgate, estúpido!" porque no era algo en que debiese meterse, pero su cuerpo sólo respondía con un "¿cómo podrías irte?".

No tiene que ver conmigo, se dijo. No está planeando nada. Si hay alguien dañado aquí...ese debe ser él. Ese es sólo él.

Harry se rindió en intentar reconocer la voz del otro chico y sólo pudo agradecer que Hermione lo encontrase allí, porque esa vez su cuerpo sí cooperó. Sujetó los hombros de su amiga y casi corrió fuera de ahí. Si ya sabía que estaba mal que él supiese esto, la idea de que ella también lo supiese...no.

Las seis (veinte, de hecho) etapas de la separaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora