• Capítulo 45 •

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• LISA •

Cambio mi traje por una lencería negra con encaje y unos tacones para sentarme a la espera de que la pequeña gruñona que está en el baño salga mientras me tomo una copa de champagne.

Escucho la abrirse y centro toda mi atención en el cuerpo que va saliendo. Creo que sí mi mandíbula no estuviera pegada ya habría caído al suelo.

¡Madre mía!

Se ve mejor de lo que imaginaba y vaya que me la imaginé. Jennie no tiene el abdomen muy marcado, pero si lo suficiente para verse sexy. Los tirantes le ajustan un poco sus pequeños pechos, el pantalón la v no tan marcada y se ajusta en los lugares correctos. Logrando que un cosquilleo se forme en mi estómago.

— Oh Dios, ven aquí y bésame.

Sonríe con picardía y se inclina a besarme, aún tiene las mejillas encendidas lo que me parece adorable.

— Verte bailar con eso no es un capricho, es una necesidad –hace trompita y le muerdo el labio con suavidad– Te lo voy a recompensar muy bien.

Pongo una canción sin letra, me mira con una sonrisa lobuna mientras sus mejillas toman ese típico color carmesí, suspira profundamente y comienza a mover sus caderas en mi dirección. Siento como mis bragas se mojan.

La excitación me gana trayendola de los tirantes haciendo que caiga sobre mí, devoro sus labios con hambre.

Últimamente mi apetito sexual ha crecido a tal nivel que deseo a Jennie todo el tiempo a todas horas. Es como si fuera insaciable cuando se trata de ella y eso me asusta. Ni siquiera por Lucas llegué a sentir lo que siento por Jen, es como si ella fuera lo único que necesitara para estar bien.

Vuelvo a la realidad con las lamidas salvajes que me da en los pechos. La halo suavemente del cabello para que suba, pero no sede así que alzo su cara, obligándola a que me mire.

— Todavía no termino –gruñe mientras la acerco a mi boca.

Sin dejar de besarla, quito los tirantes para seguir con los botones del pantalón. Se deshace de mis bragas con una mano y en un rápido movimiento, quedo sobre ella.

— Si lo haces bien seré muy buena contigo.

Sabe a lo que me refiero e intenta levantarse, pero pongo una mano en su pecho impidiéndole hacerlo. Su ceño se frunce y apoyo mis manos y rodillas en el colchón sobre su cabeza, mi feminidad quedando cerca de su rostro. Como puede, mete las manos entre mis muslos para dejarlas sobre mi espalda baja y roza su lengua con mí humedad, haciendo que jadeara. Bajo la cabeza. Bajo la cabeza para ver lo que hace y ¡joder! Es la imagen más exitante que he visto.

El climax se apodera de mí pero ella no se detiene, sigue lamiendo y chupando, robándose gemidos de mi garganta. Abro los ojos y veo su miembro duro y con el glande brillando por el líquido pre-seminal. Tomo su falo ganando un gruñido de su parte, lo llevo a mi boca y sus músculos se tensan pero no deja de mover su lengua y yo tampoco lo hago.

Llego junto con ella, me enderezo para sentarme sobre su pelvis, tomo su virilidad y lo ubico en mi entrada para dejarme caer. Ambas gemimos. Las venas de su cuello se marcan y detallo fijamente su rostro, ojos cerrados, cejas levemente unidas, la boca entreabierta con sus carnosos labios rojos, y entonces me doy cuenta.

Mi corazón acepta lo que mi cabeza sabía desde hace meses, Estoy enamorada de esta pequeña intrusa que entró a mi vida tan repentinamente.

— ¿Qué pasa? –nuestras miradas se conectan.

— Nada, no pasa nada.

— ¿Y por qué te detuviste? –miro el punto en el que nos volvemos una sola, no se hace cuánto paré pero sacudo la cabeza y sonrío de lado.

— No lo sé –me inclinó para volver a unir nuestros labios y continúo moviéndome sobre ella.

Cuando estoy a nada de alcanzar el orgasmo, me detengo y me separo de ella, gruñe en frustración. He hecho eso ya dos veces pero es que no quiero terminar todavía, quiero disfrutarla mucho más.

— Shhh –junto nuestros labios y dejo que vuelva a entrar en mí.

Tiempo después, nuestros gemidos se mezclan pareciendo uno solo. Sus músculos se tensan, mi respiración se acelera y, en menos de nada, estoy desvanecida sobre su pecho mientras la oleada de calor va pasando.

— Creo que de todas las veces que hemos estado juntas –le susurro al oído– ésta ha sido mi favorita.

Me abraza besando mi cuello y subiendo hasta mi cara. Me levanto un poco para que salga, se da la vuelta dejándome debajo de ella, suelto una risita y acaricio su mejilla.

— Que ojitos tan lindos –se sonroja y le robo un beso en los labios– Y esos cachetitos rosaditos.

— Basta. –esconde su rostro en mi cuello.

— ¿Besito? –le hago puchero, ella ríe y reparte muchos besos por toda mi cara, suelto una carcajada pero ella cambia su cara y corre al baño.

¿Qué es lo que te pasa mi amor?

Me pongo una bata y voy al baño para verla recostada en la pared con los ojos cerrados.

— Si vómito una vez más, no vuelvo a comer en toda mi vida... –murmura

La abrazo.

Mañana vamos a ver un doctor, estoy preocupada bebé –beso su frente– ¿Cuántos días llevas así?

— No sé, muchos.

— Vamos a ducharnos a ver si te sientes mejor.

Asiente y nos metemos bajo la regadera. Juega un poco con la espuma robándome carcajadas sonoras. Salimos y, sin ánimos de recoger nada, tiramos todo a un lado para poder recostarnos.

— Ven aquí –la halo y beso su frente.

— Lo lamento –me mira con los ojitos decaídos.

— ¿Por qué te disculpas hermosa?

— Por arruinar todo...

— ¿Pero qué tonterías dices? –hago que me mire– no has arruinado nada amorcito –la beso– la pasé muy bien ¿Tú no?

— Sí, pero...

— Nah, nah, ya basta de eso y abrázame.

Sonríe de medio lado y entrelazo nuestras manos.

— Te amo bonita.

🥀🥀🥀

Aquí les dejo la última actualización de este día, trataré de volver a actualizarla mañana nuevamente.

¡Buenas noches lectores y por favor no olvides dejar tú voto!

¡Bye!

-Jentop 🔥

🔥My Sugar Mommy🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora