6. Ayúdenme.

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El pie del omega estaba torcido y se movía tras el dolor mientras era sujetado por los guantes oscuros del alfa arrodillado ante él como un médico o algo así -Si lo tensas más, va a doler más.

Exclamaba el alfa tratando de quitar aquel pedazo de vidrio incrustado en la piel de su pie junto a unas pequeñas pinzas de metal tan frías que lo esparcían en quackity -Perdón.

-Sigues repitiendo eso aunque te diga que no hiciste nada, de hecho ni siquiera te conozco- luzu terminó por arrancar el vidrio haciendo que quackity gimiera abrazando sus propios brazos.

-Ya está, ya no habrá dolor...no mucho- retiró el exceso de sangre acomodando una pequeña venda en aquel, notaba los espasmos a la vez de lo tembloroso que estaba el omega en la cama.

"Mentiroso, me sigue doliendo y no sólo el pie"

-¿Tú quien eres?- dijo quackity escondiendo su rostro a la par de su pie, pareciendo haber notado a luzu -Eres un alfa.

-Y tú un omega, soy luzu, luzu Williams, rubius y yo nos conocemos- el chico levantó sus rodillas del suelo porque sus pies se estaban durmiendo, acomodó sus guantes como a la par de su café cabello dándole la espalda a quackity -Yo...

Quiso levantar su cadera haciendo tropezar su cuerpo, además de la interminable fiebre todo le daba vueltas -JODER, QUE PIENSAS QUE HACES.

luzu lo sujetó clavando sus manos en su espalda con tanta delicadeza que quackity no pudo evitar sumergir su rostro en el cuello del alfa, sus instintos omegas arruinaban todo -Tienes que descansar.

-No quiero...hacer- luzu olía a una hermosa fragancia de vainilla, tan refinada como perfecta, dulce y cariñosa, se preguntaba cómo el alfa más rudo de apariencia podía tener tal olor -No quiero hacerlo.

Quackity no podía hablar con claridad, estaba casi sumergido en aquel cuello que no hacia más que sostener sus piernas con cuidado -Estas débil, te recomiendo dejar de moverte tanto.

Quackity cerró los ojos sin saber que el mismo alfa trataba de calmarlo con su olor, luzu estaba sonrojado levemente dejando caer una que otra expresión avergonzada por segundos, llevó su calma hasta la cama reposando al pequeño allí quien se acurrucó en un sueño profundo.

Cerró la manilla de la puerta dejando cerrada la habitación tranquila -...es como un niño- dijo así mismo con una sonrisa cómica en el rostro, con cuidado barrió los vidrios a la par de la comida mal desecha.

De repente sonó el timbre repetidas veces; tal vez 5 a la vez, luzu de mal humor gruñó dejando caer la escoba -Si, ya entendí.

-Luzu!- gritó Alexby una vez saltar a los brazos del omega y fracasando bordemente -Ahh.

Cayó al suelo pero más importante estaba analizando el olor a muerto que había allí, antes de decir algo luzu cubrió sus labios con uno de sus dedos -Él está durmiendo, no hay nada aquí para la fiebre.

-Le pusiste algo frío?- luzu asintió -Me preocupa mucho.

-Alexby, él parece estar apegado a un alfa si o si- dijo quitando sus guantes uno por uno con delicadeza -Es normal, es un omega.

-No me refiero al apego natural, lo que siente él es querer aferrarse a algo si o si, como a un alfa- alexby rodó los ojos recogiendo el poco cabello negrizo entre una de sus orejas.

-Creo que tienes que alejarlo de rubius un tiempo, lo quieres y todo pero él no le hará bien a quackity mientras está así, sabes lo que pasó con...-

-¿Con vegetta? Lo recuerdo bien- suspiraron apegando la mirada al suelo, alexby se dio la vuelta hasta abrir con despacio la puerta tan solo notando lo débil que se veía aquel chico de menor edad, sentía pena, empatía, tal vez miedo.

-Sí, creo poder convencerlo- luzu sonrió inexplicablemente desordenando su cabello -Bueno, yo me voy.

-Tengo una cita pendiente- el pelinegro sonrió al despedirse de luzu. Seguido recogió lo que pudo de los cajones de quackity, ropa, detalles, sus cosas en general al ponerlas en una bolsa más grande, vio la venda rojiza en su pie y suspiró.

-¿Donde llevas mis cosas?- preguntó el omega sentado en la cama con su rostro rojo por la calentura de su temperatura -Quackity, ¿te están haciendo daño? ¿Rubius te hizo daño?

Se acercó posando sus manos en las mejillas enrojecidas del menor, su rostro estaba perplejo, asustado, confundido -Quiero...

-¡Quacks!- el alfa abrió la puerta de golpe, viendo como su omega estaba sobre aquella cama, inclinado hacía atrás al ver el rostro de alexby cerca, su pecho agitado o lo caliente que se veía su rostro y cuerpo -Alex.

-Rubius, él está...- rubius pudo oler la sangre y de inmediato actuó, empujó su pecho hacía atrás golpeando su espalda; sus manos abrazaron a quackity uniendolo a él -RUBIUS.

-Alejate de él, y vete antes de que te golpee- quackity estaba asustado, aturdido, y peor, el olor a tabaco se convertía en menta, en pequeñas hojas secas -Déjalo ir, rubius.

Murmuraba bajo su pecho, rubius con una sonrisa dulce lo vio dejando un beso cálido en su frente -Tranquilo, cariño.

-¿Cariño?- alexby dejó la Bolsa estratégicamente detrás de un mueble cercano -Alex, te acompaño afuera.

Sus ojos morados y oscuros apuntaban sus pupilas que cada vez se hacían pequeñas dejó el cuerpo del omega ante la cama una vez más -...bien.

Se resignó siguiendo sus pasos hasta el final del pasillo, con una sonrisa volteó a ver a quackity cruzando miradas; apunto con uno de sus dedos a su teléfono.

"Llamame" moduló sin decir.

La puerta cerró, con ese alfa sabor menta con la mirada perdida, volteó a ver el cuerpo de quackity, pomposo, con una figura gruesa como de pera, era perfecto, un chico ideal a sus ojos -¿Qué hacían coqueteandose?

Mencionaba caminando paso a paso hasta su cama, con rudeza sacó el grueso cinturón que sostenía su pantalón a la cadera, lo meneó en el aire haciendo que quackity retrocediera en la cama -¡No, él me ayudaba, lo juro!

-Bajate los pantalones o lo haré yo- dijo sin más, quackity tenía miedo, horror, el olor a menta lo sumergía, con tranquilidad quiso bajar la ropa de sus piernas poco a poco, solo que no lo suficiente para que rubius saciara -Tarde.

Sus lindos pantalones hasta las rodillas rompieron en tela, como sus bóxers que pronto terminaron en el suelo -AYUDA.

No pudo hablar bien con una de las manos de rubius puesta en sus labios, impidiendo el sonido de sus súplicas -Tranquilo, bebé.

Podía notar la erección en su pantalón, abrió la Palma de su mano sujetando con fuerza el cinturón de cuero en el aire, enterró las uñas en el material antes de ser cruelmente golpeado contra la piel del trasero de quackity quien chilló -ME DUELE.

No salía con la intensidad que quería, comenzó a llorar mientras sentía su trasero ser golpeado, ser marcado, se sentía asqueroso, doloroso y muy desesperante -POR FAVOR.

-Tranquilizate- gruñía el alfa viendo como la piel morena era teñida de rojo, de puro dolor, comenzó a bajar sus propios pantalones sin importar si su omega pedía piedad porque no la merecía.

Quackity iba a desmayarse, su pie, su piel, su trasero, su cuerpo, su corazón ardían, dolían, se sentía horrible, como sentir los azotes de su padre, ahora en rubius, la persona que más necesitaba estaba castigandolo.

ᵍʰᵒˢᵗ ᵇᵒʸ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora