32. un adulto responsable.

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Luzu se había quedado dormido sobre el cuerpo inerte de alexby quien yacía postrado en las sábanas de su colchón con una pijama de gato y un par de papas fritas sobre la cama, bostezó levantando su cuello para notar el reloj marcar las 5 de la mañana.

-Carajo- susurró, sus ojeras empeoraban y peor no conseguía conciliar el sueño, estar 7 días así esperando por alguna llamada de quackity lo mataba internamente.

No quería hablarle, pero le hubiera gustado que quackity volviera en una noche lluviosa para decir que todo era una mala broma, que en realidad si lo amaba y que pedía perdón, deseaba volver a verle y que le dijera que todo era un mal sueño en realidad.

Se sentía vacío, su estómago dolía, además de que había estado pasando su celo acompañado de alexby quien trataba de ayudarle de formas sanas de vez en cuando.

Se levantó del lugar ignorando los ronquidos incesables de su amigo, llevó hasta el balcón uno de sus cigarrillos de sandía poniéndolo en su dentadura. Prendió el fuego aspirando hacía atrás vagamente con sus párpados cansados.

Era tonto ponerse a pensar el hecho de estarse lamentando por alguien quien ni siquiera le miraba a él, se sentía mal, pero aún así no había mucho que hacer, tan solo podía fumar con ese sabor penetrando sus sentidos.

De repente un pequeño "bzzz" aturdió su oído, su teléfono comenzó a sonar repetidas veces hasta que contestó -Hola?-

-Sigues despierto- dijo vegetta -Sí, toda la semana se consta de mí tomando café- el beta rió bajo.

-¿cómo has estado?- luzu dudó tomando un poco de aire desde su garganta -Meh, algo estresado por los exámenes finales.

-Lo entiendo- cascarreó, aclaró su garganta -Luzu, ¿qué haces cuanto tienes miedo de alguien?

-Mmh, lo miro a los ojos- vegetta puso las pupilas en blanco dando un giro -¿Eso de qué ayuda?

-Alguna vez, ¿supiste de la frase "los ojos son el reflejo del alma"? Bueno, creo que toda persona por muy ruda que aparenta tiene algo débil reflejado en sus ojos, cuando tengo miedo y decido enfrentarlos dejo de tener miedo al darme cuenta que son la mierda más débil existente- vegetta dudó un segundo sobre aquello, aunque parecía convincente.

-¿qué está pasando con quackity?- preguntó el pelimorado tocando el corazón del castaño -Lo único que sé que es que fue a denunciar a rubius hace una semana.

El cigarrillo cayó cuando escuchó -Él está conmigo en el hospital- el fuego apagó tanto como el humo que salió de la boca de luzu con rapidez, toció.

-Voy para allá, ¿donde están?- recargó su oído en el altavoz del teléfono que presionaba contra su hombro, mientras ponía su chaqueta de cuero oscura sobre sus brazos y unos pantalones anchos cruzandolos con su cinturón.

-En el hospital * * * *- luzu colgó, comenzó a correr por las calles a media madrugada con una velocidad increíble, o tal vez así era en su cabeza, todo iba en cámara lenta menos él, tenía miles de dudas, cómo un año que comenzó normal podía tornar así de la nada.

El sol apenas mostraba unos pocos rayos de luz que eran los suficientes para molestar a luzu, jadeaba, su pecho dolía hasta llegar a la puerta del hospital, vegetta yacía de brazos cruzados de espaldas ante la sala de espera.

-Luzu- dijo entre breves suspiros, entre breves descansos de sus labios -¿Donde está?- luzu le dio un cálido abrazo, la primera vez que vegetta sintió sus brazos sin forzar, sin sentir que había una pared de por medio.

-Hace un rato le estaban controlando las heridas, debe estar descansando- afirmó limpiando la gota de sudor que deslizó por su frente.

-¿Puedo entrar a verlo?- vegetta asintió sin antes sujetar su brazo derecho acariciandolo de por medio -no lo hagas llorar.

Quizás tenía miedo de que quackity abriera los puntos, tal vez le tenía miedo a la boca de luzu, no lo sabía y no lo supo, entró a la habitación titubeando, sus dientes chocaban provocando un chillido entre la dentadura.

Sus dedos temblaban, sudaban frío, abrió la manilla poco a poco encontrándose con el menor armando un rompecabezas -quackity- susurró captando su atención finalmente.

-Luzu- cubrió su boca sorprendido, quiso levantarse pero sin embargo el mayor ya estaba a su lado impidiéndole el paso con un abrazo -No llores.

-Uhmm, está complicado- tomó aire sintiendo un pequeño beso entre su frente pálida -¿qué haces aquí?

Preguntó quackity -¿Tú qué haces aquí?- interpusó el alfa acariciando sus mejillas que poco y se estaban ruborizando.

-...me caí de espaldas por las escaleras del hotel y perdí al bebé- su mano cayó hasta su abdomen que se sentía revuelto, luzu se sentó a un lado de la camilla.

-¿Cómo has estado con eso?- quackity tenía los ojos rojos, una pregunta tonta que sonaría en oídos ajenos pero en general quackity la amaba.

-Creo que me siento feliz de no haber dado a luz, los doctores dijeron que no lo hubiera soportado, pero sigo sintiéndome culpable, me dieron algunos juguetes para mantenerme fuera de la ansiedad- podía ver una pequeña sonrisa triste en la cara de quackity, una de aceptación.

-...yo te debo una disculpa- dijo luzu, posando la mirada en el suelo -¡No, no, no! Yo te debo una disculpa.

-¿qué, por qué?- quackity tomó un bocado de aire, preparando su lengua y a la par preparando su cabeza.

-Yo debí haber pensado en lo que dije, en lo que tenía que decir, este tema de rubius me tiene presionado porque siento que todos esperan una respuesta definitiva y yo no me siento lo suficientemente listo para decidir por mí pero a la vez odio que decidan por mí, me hace sentir como un niño, odio ser un niño, soy un adulto puedo elegir lo que quiero, ¿no? Aun así no justifica que te grite cosas horribles, que los hice sentir mal a todos por mi estudipez.

-¡Y yo dije que no...! Yo dije cosas feas, perdóname, debería saber controlarme, no quiero que por mi culpa dejemos de vernos a la cara o no puedas hablarme, o que te enojes conmigo, odio pelear, no quiero sentirme aislado, no quiero...no quiero alejarme de ti la verdad- lo último fue un susurro débil, luzu había besado sus labios sujetando sus mejillas con suavidad, quackity levantó su mano acariciando la parte baja de su cuello.

-Te perdono- jadeó lamiendo sus lisos labios -Yo no debí haberte hecho sentir presionado, ni por una de las razones debí haberte dicho las cosas así, no es fácil para ti y debí haberlo manejado mejor.

-Quiero hacer las cosas bien, pero no sé cómo, creo que me quejo mucho de que la gente me ve como un niño pero actuo como uno a menudo- su cabeza se apoyó en luzu dando un pequeño respiro.

-Ser un adulto responsable no quiere decir que siempre tienes que ser autónomo, está bien pedir ayuda- quackity abrazó a luzu suavemente.

-Yo sí te amo, luzu- susurró posando un pequeño beso en la parte inferior de su nariz, luzu se sonrojó torpemente.

-Pero necesito algo de tiempo- el alfa asintió acariciando la cintura rígida del menor acercandolo a él.

-¿Cuanto te falta?- refirió al rompecabezas -Solo 1000 piezas...que asco, quien hace tantas piezas para armar un castillo con un jodido dragón al lado.

Sonrieron, vegetta miraba a la distancia sintiendo un aire frío escalar su torso, limpio una ligera lagrima que cayó por su mejilla derecha.

"Te odio, rubius" pensó.

ᵍʰᵒˢᵗ ᵇᵒʸ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora