ਏϊਓ:𝟷𝟷

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—¿Qué haces?— preguntó curioso al ver al menor lleno de hojas por todos lados.

—Voy a ponerte una orden de restricción.— dijo serio mientras aún veía los papeles.

—Ja, que gracioso.— Christopher esperaba a Karina nuevamente, la chica se estaba arreglando y le dijo que bajaría en cinco minutos.

—En serio estoy a nada de golpearte si no te vas en los próximos dos minutos.

—Bueno, así no estabas ayer.— Insinuó.

Minho se desesperó, quitó sus gafas con enojó y lo miró de una forma distinta, esta vez no había ni un poco de amabilidad como otras veces, su rostro pareció más oscuro y tenso.

—¿Qué quieres de mí, Christopher?— todo ese asunto lo estaba sofocando, pensó bien las cosas y no estaba bien lo que hacían, y no estaba bien para Karina.

—Ya te lo dije.

—Si, pero realmente no estoy interesado, quizá lo de ayer fue un estúpido impulso...

—Minho.

—No lo volveré a hacer lo juro es que...

—Minho.

—No puedo hacer esto, y en serio estoy desesperado.

—Minho.

—Lo sabes es mi hermana, simplemente es incorrecto y en serio espero que...

—¡Minho déjame hablar!

El menor volvió a mirarle serio ante el repentino cambio de tono, frunció su ceño y con sus labios sin hablar soltó un "No vuelvas a gritarme."

—Yo sé que también está mal, y por eso quiero hablarlo con Karina... No está bien lo que estoy haciendo.

Minho lo miró perplejo, su particular movimiento de ceja y el rostro tenso, no duró ni un mes con su hermana y él no sabía que pensar acerca de eso. Ni siquiera se sentía feliz o triste, o enojado o confundido, simplemente no pensaba.

—¿Estás siendo serio?

—Si, no soporto la idea de ver a tu hermana sufriendo por una estupidez mía, no quiero hacer esto.

Pero una persona curiosa escuchaba todo desde el otro lado del lugar, estaba lista para decir algo, cuando Christopher habló olvidó absolutamente todo.

Quizá lo sospechaba, pero la verdad es la que más duele y la que se prefiere evitar, quizá lo mejor era dejarlo ahí, aunque el sentimiento de melancolía comenzaba a llenar su pecho.

Un mensaje de Minjeong la sacó de su trance, un simple "¡Adivina qué me acaba de suceder!" logró formar en su rostro una bonita sonrisa.

Cuando los chicos parecían hablar de otra cosa, se acercó, sonriente, ignorando la sensación amarga, pero mostrando reluciente como siempre.

Ambos se despidieron de Minho y emprendieron su camino, llegaron al lugar deseado, un centro comercial, algo simple.

—Hum... Karina, ¿Podemos hablar?

Oh, así que ya venía la nueva noticia, ella asintió sin más palabras, Christopher la dirigió a las sillas de un café en una terraza, dentro las paredes escuchan.

—Escucha, primero que nada quisiera pedirte una sincera disculpa...— y ella creía en esos ojos, en aquella mueca que mostraba un real arrepentimiento.

—¿Por qué?— aún no quería dejarlo ir, aún deseaba que hubiera durado más.

—Bueno, cometí un error— él desvió la mirada, no se sentía capaz de mirarla a los ojos — y en serio lo siento, pero no creo que podamos seguir.

Karina sintió su estómago contraerse, ya sabía que lo iba a decir, pero no pensó que la iba a afectar tanto, sin embargo, ella ya no era una niña y no podía llorar como cuando tenía cinco años y no le daban lo que pedía.

Tomó la mano de Christopher y la apretó ligeramente mientras sonreía de lado, sus ojos parecían medias lunas y su tranquilidad la transmitía por todos lados.

—Lo entiendo, quizá no teníamos esa química que yo creía, no te disculpes.

Y él le dirigió una sonrisa bonita, una mostrando sus hoyuelos, y por un segundo pensó en Minho, no estaba enojada con él, nunca podría, él no le iba a hacer eso y lo sabía porque siempre la había cuidado, incluso hasta la fecha, y lo cercioró cuando los escuchó a escondidas.

Quizá ella estaba buscando el amor en un lugar que ya estaba descubierto, pero siempre lo encuentras y eso ella lo sabía.

La tarde parecía ir al revés, el tiempo no avanzaba y eso no le molestaba, parecía tener más confianza y seguridad con Christopher siendo su amigo que su pareja, ahora sí podía dejar ver ese lado que solo las personas cercanas conocían de ella, sin tratar de ser la chica perfecta que siempre le decían que era.

Por momentos, el mayor le seguía pidiendo disculpas, pero ella siempre las aceptaba, no era del tipo rencorosa.

Minjeong le dijo que estaba en el mismo centro comercial que ella, por lo que Karina aprovechó para contarle a alguien su día de locos, antes de irse, se despidió y susurró despacio y preciso.

—Minho es alguien que es difícil de ganar, así que mucha suerte en eso.— Karina se alejó junto a la otra presente dejando a un pálido y perplejo Chris.

Ella lo sabía, y eso lo hizo sentir peor, pero al menos, Karina lo tomó de buena manera, y eso, era la mejor señal que pudo recibir.

. ·ʚĭɞ 𝗳𝗮𝘀𝘁𝗲𝗿 ਏϊਓ | Minchan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora