ਏϊਓ:𝟷𝟹

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La noche estaba hermosa, despejada y luminosa, las estrellas parecían brillar y la luna estaba en su mejor punto.

Christopher solo lo llevó a un parque, específicamente a kiosco en medio del lugar, aún era temprano por lo que se notaban aún personas.

—Necesitaba contarte algo.— decía mientras se sentaba en las bancas blancas.

—No tengo todo tu tiempo, Christopher.

—Primero, sé que suena estúpido, pero Karina lo tomó bastante bien...

Minho se sentó a su lado antes de dejar caer la cabeza hacia atrás.

—Lo noté, pero si sabes que eso no significa que vamos a salir nosotros, ¿Verdad?

Si su corazón hubiese hecho un ruido, definitivamente habría sido como el de una madera crujiendo horrible.

—Lo sé, por eso voy a ganarte.

—¿Perdón? No lo sé, no confío en alguien que es piloto de carreras.

—Verás, cuando empecé a salir con tu hermana, lo único que quería era ganar tu confianza y permiso.

—¿Y cuál es la diferencia ahora?— Minho aún mantenía la mirada en el techo iluminado por focos amarillos que colgaban del lugar.

—Que debo ganarte para que seas mi pareja.

El cenizo soltó una risa sin evitarlo, era tan idiota.

—Buena suerte en eso, no saldré con el ex de mi hermana.

—Ya veremos.

Quizá ambos necesitaban esa salida más de lo que querían aceptar, en poco (muy poco) tiempo habían logrado contarse cosas triviales como si se conocieran de por vida, Minho seguía teniendo ese comportamiento pasivo-agresivo hacia Chris, y éste también, por lo que no había nada raro.

La noche caía más y más, y la luna ahora los iluminaba, parecía que solo a ellos, la gente se retiraba por la hora hasta que solo quedaron dos parejas de enamorados y unos cuantos niños.

—Me gustaría que vinieras a mi próxima carrera.

—¿Ah, sí? Dime cuando es, veré si tengo tiempo.— quizá no eran novios, pero como amigos ambos funcionaban muy bien.

En el tiempo que Christopher estaba con Karina, lograron formar un especie de lazo amistoso que era muy agradable.

—Hum, debo revisar bien, no recuerdo, pero te enviaré mensaje.

—No lo hagas, bloqueé tu número.

—Gracioso.

No sabía de dónde salió la idea, pero lo hizo.

—Déjame conocerte correctamente, Minho.— decía a la par que se levantaba.

—¿Eh?

—Volvamos a aquella noche, en la fiesta, y déjame invitarte a bailar como si fuera la primera vez que te veo.

Chris le extendió la mano, haciendo una pequeña reverencia antes de levantar la mirada y sonreírle mostrando aquellos característicos hoyuelos.

—¿Me permite, señor?— musitó esperando la respuesta del contrario.

Éste le sonrió antes de asentir y tomarle de la mano, al momento en que la tomó, el mayor lo jaló hacia sí y lo sujetó fuertemente por la espalda baja.

—Imaginemos que hay música, y los únicos que estamos somos tú y yo, Minho.

Y así fue, en sus mentes, la música de aquel día sonaba, los únicos que estaban eran ellos, y era la primera vez que se veían.

Ambos comenzaron un vaivén que coordinaba a la perfección, y las luces tenues de las lámparas junto al hermoso brillo de la luna completaban su burbuja.

La luz reflejaba las sombras de las flores colgantes y parecía un espectáculo del que ambos no estaban al tanto.

Y por primera vez, Minho olvidó aquel carácter suyo, por primera vez de lo que se conocían, se permitió sonreír de manera honesta ante Christopher, quien lo miraba con notoria admiración.

Dejémonos llevar, Minho.— susurró antes de darle una vuelta al menor sobre si mismo y cambiar de lugar.

Y la luna era testigo de como aquel pequeño amor comenzaba a florecer, siendo espectadora de como las personas a su alrededor los miraban sin que ellos se dieran realmente cuenta.

Después de unos minutos, terminaron de manera lenta su baile, y por unos segundos, se miraron como si no hubiese nada más que ellos, se permitieron ser felices por ese pequeño lapso.

. ·ʚĭɞ 𝗳𝗮𝘀𝘁𝗲𝗿 ਏϊਓ | Minchan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora