ਏϊਓ:𝟷𝟺

770 122 8
                                    

Seonghwa se la pasaba junto a Minho a diario, le contaba nuevas cosas que recordaba e incluso le presentó a su prometido.

—En realidad, me gustaría que tú también aportaras a la boda, Min. — habló mientras lo acompañaba a su escuela.

—¡¿Yo?! No puedo hacer eso, no, no, eso es algo muy personal, y además no creo ser de mucha ayuda.

—¡Pero hasta a Wooyoung le gustaste! Dijo que tenías buen gusto para todo, y que sería agradable que el mejor amigo de literalmente toda mi vida, nos ayudara.

—No lo sé... Lo pensaré, de momento, aquí te dejo, debo entrar.

Ambos se despidieron, al caminar un poco y entrar a su salón, todas las vistas fueron a pasar hacia sí; confundido, fue hasta donde estaba Jungwoo y le preguntó que sucedía.

—Oh, te acabas de perder el mejor drama de tu vida amigo, Christopher vino a buscarte hace como una hora.

Oh no.

—Hubieras visto la cara de todos cuando preguntó por Lee Minho.

El cenizo se sorprendió siendo inevitable su emoción, mientras su amigo seguía contando, ignoró el murmullo de las personas que comenzaban a amontonarse en la ventana.

—Hum, ¿Minho? — aquella voz familiar resonó por toda la habitación, al voltear todos, enormes gritos salieron mientras comenzaban a acercarse hacia Christopher.

Jungwoo jalaba de un lado a otro emocionado al ver que el piloto llevaba una caja de regalo, Minho negó divertido mientras trataba de salir para ir con su mayor.

—¿Has visto el enorme alboroto que ocasionaste?

—Si, no creí que me reconocieran, o que si quiera me dejaran pasar, soy famoso, lo sé. — decía altanero mientras miraba con ternura al cenizo.

—¿Qué te trae por aquí? Deberías estar practicando, se supone tu carrera es en cuatro días.

—Ya lo sé, pero Yeji me ha estado fastidiando demasiado, y bueno, porque tenía ganas de verte.

Minho sonrió nervioso, se había dicho a si mismo que no debía salir con Christopher, pero si él se empeñaba en pasar tiempo consigo y mostraba interés lo hacía realmente difícil.

—¿Puedo venir por ti en la tarde? — preguntó Chris mientras le tomaba la mano.

—Supongo que sí, hoy salgo temprano. — avisó indiferente.

No dijeron nada más, pero sus ojos mostraban interés y quizá algo más.

—Debo volver, mi clase está por comenzar. — antes de darse vuelta o siquiera despedirse, Chris lo tomó y acercó sus rostros, dispuesto a dar un beso.

Minho reaccionó rápido y sonriente se giró a modo de que los labios contrarios chocaran en su mejilla.

—Hey, no hagas eso. — mencionó con voz infantil.

—Ya te lo expliqué, no saldré contigo a menos que...

Sus palabras fueron interrumpidas por una fuerte mano que sujetó su mandíbula y acercó ambos rostros, dando inicio a un fogoso beso, en un principio, el menor se negó, pero al sentir los labios suaves, no pudo evitarlo.

Cuando Christopher notó que Minho le siguió el juego, sonrió en medio del beso, orgulloso de sí mismo.

Había probado los abultados labios de su menor, y ahora estaba decidido a qué volvería a hacerlo, una y otra vez si se lo permitía, mientras fuera con Minho. Decidieron parar cuando sintieron un pequeño intruso en ambas bocas.

El cenizo fue el primero en alejarse, tapando con vergüenza su boca, pues estaba húmeda y sus labios se sentían hinchados.

—Esto no significa nada, ¿Oíste? — murmuró bajando la cabeza. — Me tengo que ir.

Por su lado, Christopher tocó sus labios con una sonrisa y la mirada perdida en Minho, Dios, le encantaba, era la primera vez que lo veía avergonzado, y eso le ponía demasiado.

—¿No olvidas algo, ángel? — aquella pregunta hizo que el menor voltease notando la caja que aún tenía Chris en las manos, y la cual estaba moviendo de un lado a otro en su cara como si un juguete fuera.

—Hugh, eres un imbécil. — la tomó rápidamente y entró sin más.

—¡Yo también te quiero! — gritó como despedida.

—¡Jódete, Christopher! — fueron las últimas palabras que escuchó antes de salir victorioso de ahí.

ਏϊਓ

Karina estaba junto a sus compañeras de clase, se había enterado del detalle que hizo Christopher a Minho, y aunque no estaba enojada con ninguno de los dos, aún le dolía, muy en el fondo.

—¡Jiminnie! Te traje un regalo. — Minjeong se acercó corriendo hacia ella y le extendió una bolsita con un moño muy pequeño en el centro.

—¿Uh? No tenías que hacerlo. — Pero le gustaba, le gustaba la idea de recibir regalos.

—Qué casualidad, Christopher también le llevó algo a su hermano. — Los rumores corrían como agua de un río y se extendían rápidamente.

Aquel comentario hizo a Karina avergonzarse, aunque no había un por qué.

—¡Oigan! ¿Por qué no en vez de estar perdiendo el tiempo se ocupan de lo suyo? — la voz de Minjeong resonó en todo el salón, provocando el silencio absoluto — Ignora esos comentarios, Ji, ábrelo.

La mayor asintió mientras abría la bolsa, dentro había dos collares y dos anillos, junto a una pequeña carta que leería más tarde.

—Oh, estos son...

—¡Sí! Son cosas a modo de pareja, ya sabes, para combinar. — la rubia se encogió de hombros mientras se sentaba a su lado.

Karina esbozó una bonita sonrisa, mientras sacaba uno de los collares, dispuesta a ponérselo a la menor, que la miraba entusiasmada.

—Te ves bonita, Minie. — halagó la mayor.

En ese momento, un cosquilleo atravesó su cuerpo, unos minutos con Minjeong y unos días con Christopher ocasionaron la misma reacción y en una enorme diferencia de tiempo, vaya tontería.

—Por cierto, ¿Te parece si vamos a comer al salir de aquí? Descubrí un establecimiento nuevo.

—Me encantaría.

ਏϊਓ

—Oh, así que mi pequeño Honnie ya tiene un enamorado. — se burló apenas salieron de la cafetería.

—En primera ew, en segundo, ew, y en tercero, soy mayor que tú. — recordó mientras se dirigía al auto

—Pero eres más bajito que yo, eso te hace más pequeño a mi lado.

—Podría hacerte muchas cosas con este popote, ¿Sabes? — amenazó Minho.

Seonghwa alzó las manos haciendo el típico gesto de rendirse, mientras seguía caminando.

—Woo te invitó a cenar con nosotros, quizá quiera ver lo de la boda.

—¿Hoy?

—Si, de hecho, pensaba llevarte sin decirte, pero eso no sería muy correcto de mi parte.

El menor aceptó sin más, mientras subía al auto, en el camino, no evitó pensar en aquel beso y todas las emociones que sintió con tan solo eso.

Solo sabía que quería más, pero se sentía tan enfermo e incorrecto, que, sin admitirlo en voz alta, le gustaba.

. ·ʚĭɞ 𝗳𝗮𝘀𝘁𝗲𝗿 ਏϊਓ | Minchan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora