Epílogo.

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Aunque el clima fuera de terror, se escuchó una puerta abrirse en el vecindario

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Aunque el clima fuera de terror, se escuchó una puerta abrirse en el vecindario.

—¿Qué haces aquí, Tom?

Había pasado casi una semana desde que Marco se fue del departamento que compartían.

No recibió respuesta, claro.

De arriba abajo, el cuerpo del demonio estaba totalmente empapado. Tenía algo entre sus manos, parecía una caja.

—Vete si no tienes nada que decir.

—Vuelve conmigo a casa.

El rostro de Marco, tranquilo y calmado se transformó en una muñeca de molestia.

—Esa nunca ha sido mi casa.—suspiró el castaño—. No pienso regresar.

En los adentros de Marco le dolía muchísimo ver a Tom de esa forma.
Lo había amado por tanto tiempo que no podía evitar sentirse mal por ver el rostro desesperado del demonio.

Desesperado porque volviese con él.

—Por favor vete, Tom.

No podía volver, ni siquiera quería verlo. Sabía que si seguía hablando con él, sería débil y hasta capaz de perdonarlo.

—Déjame arreglar las cosas.

—¡No puedes!—se tapó la boca rápido. Estaba en la casa de sus padres, no podía gritar así—. No hay nada que arreglar.

El castaño hizo una mueca, acariciando con incomodidad su camiseta.

—Vete con Star.

Su expresión era fuerte, como nunca lo había sido ninguna vez.

Tom alzó la mirada, como si no ese nombre fuera a quemarlo si seguía escuchando.

—Dijiste que ella era mejor, así que ve con ella.

Notó la incredulidad de Tom en su rostro y una pequeña sonrisa se encamino en sus labios, era risa.

—Mis padres te matarán si ven que estás aquí, Tom.—finalizó—. Por favor ya vete si no quieres tener más problemas.

Le lanzó la puerta en la cara.

De verdad ya no quería tener nada que ver con Tom.

Soltó un suspiro, mirando al deprimido demonio por la ventana; se iba a paso lento, como si no tuviese razón.

¿Iría con Star? pensó.

Lo que no sabía el demonio era que Star se encontraba en el lugar menos esperado.

—¿Era Tom?

Escuchó una voz acercándose.

—Quería que volviese.—respondió.

Las manos de una rubia se acercaron al cabello de Marco, revolviendo este de forma divertida.

—¿Qué haces, Star?—rió el castaño.

Era la primera vez en años que Marco reía de forma sincera.

No recordaba hace cuanto había sido la última vez que se había juntado así con su mejor amiga.

Volvió a sentarse con ella luego de un rato y la vio a los ojos nuevamente, recibiendo una mirada un tanto triste por parte de la princesa.

—Lo siento, otra vez.—se disculpó Star, golpeando con una de sus manos su propia frente—. No tenía idea.

—Esta bien.—lo acompañó una cansada sonrisa.

Aunque todos pensarían que Star había sido la manzana de la discordia en todo esto, se había equivocado.

Como lo había pensado, Tom los había estado engañando a los dos y lo confirmó en cuanto se fue de esa casa.

Mientras ambos amigos miraban una película, Marco la volteó a ver por última vez y sonrió.

Estaba seguro de que Star no hubiese sido capaz de hacerle eso a su mejor amigo.

Pero seguía teniendo tanto miedo.

Actualizando después de casi dos años, fua

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Actualizando después de casi dos años, fua.

Siendo sinceros, no tenía planeado hacer un epílogo ni nada parecido pero a muchos parecía hacerles felices la idea.

Explicando algunas cosas, quería darle un poco de relevancia a Star porque no quería que tuviese el papel de «amante mala»

Fue mucho mejor (para mí) hacer que Tom fuese el único malo del cuento y los hubiese engañado a los dos.

Tampoco quería que se reconciliaran porque iba arruinar el ambiente que le di a la historia. Lamento si esperaban eso.

Si alguien aún esperaba una actualización de esto, espero que haya sido de su agrado.

No soy ella │ TomCoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora