«No...
No soy ella.
No soy quien despertó en ti cosas tan bellas.»
Todo estaría bien, si es que esas marcas en el cuello de Tom las hubiera hecho él.
_____________________
𝐧𝐨𝐭𝐚𝐬:
-𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐣𝐞𝐬 𝐦𝐚𝐲𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐞𝐝𝐚𝐝.
-𝐬𝐨𝐧𝐠𝐟𝐢...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Marco tocó su mejilla. Su primera reacción fue dar un quejido al sentir como aquella parte de su rostro desprendía un ligero tono rojizo. No había sido quemado ese día (por suerte) solo había sido una bofetada por parte de Tom al haberle respondido.
El demonio ahora se encontraba en la cocina. Había dejado encerrado a ese chico en la habitación que compartían después de aquella pelea que tuvieron en ese mismo espacio.
( . . . )
—¡Tú no me quieres y nunca lo vas a hacer!—había gritado unas cuantas veces en todo lo que duró la discusión—¡Por el simple echo de que hay una mujer!—allí, en ese preciso momento, fue cuando recibió el manotazo en su mejilla.
Sabía lo que pasaba.
Notaba el comportamiento de su pareja.
Siempre regresaba tarde a ese departamento y se podía ver lo arañado de su espalda. Igual que las pequeñas cicatrices de su cuello.