«No...
No soy ella.
No soy quien despertó en ti cosas tan bellas.»
Todo estaría bien, si es que esas marcas en el cuello de Tom las hubiera hecho él.
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𝐧𝐨𝐭𝐚𝐬:
-𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐣𝐞𝐬 𝐦𝐚𝐲𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐞𝐝𝐚𝐝.
-𝐬𝐨𝐧𝐠𝐟𝐢...
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Amaba tocar los labios del de ojos rojos con los suyos, era una sensación maravillosa que pensaba que solo lo sentiría él. Desde hace mucho tiempo que Tom no lo besaba si no era en el acto sexual.
También desde hace tiempo no recibía un beso suave, sin ninguna interrupción como la lengua o mas partes de la boca de Tom entre el beso. Pero no lo resistió.
El pensamiento de que aquellos labios habían sido besados por alguien mas invadió su cabeza y se mezcló con el placer que esta sintiendo.
No se dejaría engañar por los mimos que ni siquiera entendía que fueran sinceros.
—No busques en mi lo que perdiste en otra parte.—comentó Marco, separándose rápidamente de los brazos de Tom.
Tal vez estaba intentando que fuera como algunas peleas en las que primero le golpeaba y después terminen teniendo relaciones sin mas.
No se limpio el beso de la boca, no tenia la voluntad para hacerlo, en cambio lamió con ligereza sus labios, sintiendo ese dulce y cálido sabor.
Las lagrimas salieron de sus ojos, pero no fueron tantas. Las gotas cristalinas se caían por sobre sus mejillas sonrosadas.
—No busco lo que perdí.—oyó decir de los labios de Tom que ahora miraba hacia abajo con pinta de herido.
¿Le habia afectado? ¿le habia dolido que se separara del beso?, ¿pero porqué recién ahora le heria?
Su corazón estaba roto ¿acaso planeaba romperlo más?
—Encuentro en tu persona algo que pueda sanar esta cicatriz.—afirmó Tom. Levantando su mirada, ya sin tener el ceño fruncido.
