«No...
No soy ella.
No soy quien despertó en ti cosas tan bellas.»
Todo estaría bien, si es que esas marcas en el cuello de Tom las hubiera hecho él.
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𝐧𝐨𝐭𝐚𝐬:
-𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐣𝐞𝐬 𝐦𝐚𝐲𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐞𝐝𝐚𝐝.
-𝐬𝐨𝐧𝐠𝐟𝐢...
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Masculló algo entre sus dientes, despertándose. Miró su cuerpo desnudo entre las sabanas. Frotó su cabeza por unos segundos y dio un quejido de dolor.
Recordó lo que acababa de pasar. Pasó sus pequeñas manos sobre su cuerpo, notando las marcas de dientes que se encontraba en su espalda, también se podían apreciar bastantes heridas que seguían de un color rojizo.
Tom había tenido relaciones con él. En un momento el demonio había suspirado otro nombre que no era el suyo; Marco lo reprochó y al parecer eso hizo que Tom se molestara, pues fue bastante agresivo con sus acciones.
Al recordar todo esto los ojos de Marco se cristalizaron y al final terminó llorando, enroscando su cuerpo en la cama.
Deprimente.
(. . .)
—¡Ah!—gritó—¡Eres... eres del pasado esclavo! ¡Ah, Tom!—no podía evitar gemir.
Fue un milagro el que pudiera decir siquiera media palabra, pues cuando estaba en esa situación no podía pronunciar ni el español. Tal vez ni siquiera podía pensar en que quería decirle a aquel demonio.
Las embestidas que Tom le estaba dando se estaban convirtiendo en unas salvajes, iban cada vez mas fuertes con cada palabra que él daba. Le gustaba la sensación de sentir que Tom habría sido el único con el que había tenido sexo.
Le excitaba la idea, pero de igual manera no podía dejar de pensar en que Tom si había tenido relaciones con alguien que no era él.
¿Quizá aún seguía teniéndolas?
—Conmigo no vale lo de un clavo saca otro clavo... —suspiró. Sintió como aquel líquido se escurría por su interior.
Lo hacía sentir sucio pero, aunque fuese raro, le gustaba.
