6.

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Sus ojos cristalinos y su respiración casi entre cortada eran visible, pero no iba a llorar—¡Podría luchar por ti pero me arriesgaría a lastimarme mas y tal vez nada lograría!—gritó Marco

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Sus ojos cristalinos y su respiración casi entre cortada eran visible, pero no iba a llorar—¡Podría luchar por ti pero me arriesgaría a lastimarme mas y tal vez nada lograría!—gritó Marco.

Tal vez todos los del departamento pudieron haber oído esos gritos.

No tenia una maleta ni nada, pero igual se habia prometido encarar a ese demonio para poder irse de ese lugar de una vez por todas.

No iba a dejar que Tom siguiera engañándolo, ya no más.

—¡Dame una buena razón para quedarme aquí!—se acercaba cada vez más a Tom.

Los pasos del de cabellos marrones eran pequeños pero firmes, algo nerviosos pero seguros de lo que estaban haciendo.

El demonio lo veía con una mueca de molestia, pues Marco lo había molestado cuando este estaba trabajando.

Marco tenia puestos sus ojos en el de ojos rojos aunque este estuviera trabajando—. Si nada cambiaría lo que sientes por mí.—Tom le presto más atención cuando dijo eso, y aquello alegro un poco a Marco.

Seguía tratando de no llorar, odiaba el llorar, pues siempre que quería irse terminaba llorando y siendo consolado por Tom.

Le dolía el que Tom lo engañara pero también le dolía alejarse de él. Pensó un poco.

¿Realmente Tom lo amaba?

¿Lo habia amado? o quizás el era el que estaba siendo utilizado para placer, tal vez él era el verdadero amante y no Star.

Se preguntó si aquella rubia estaba enterada de que Tom tenía una relación por él y ¿si no era así?

¿Tom estaba engañando a ambos?

Terminó llorando, protegido por los cálidos brazos de ese demonio. Se maldijo así mismo, si seguía así, en esa farsa con Tom...

¿Debía de acostumbrarse a ser engañado?

No soy ella │ TomCoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora