Su cerebro ardía en dolor, tal vez desde su interior que aún habían residuos de sangre seca o como el semen seguía allí goteando, temía por su vida -Quacks.
-¿Sí?- ni siquiera le importaba, se mantenía echo bolita viendo entrecerrando los ojos a la dirección de su alfa -Sí estas embarazado, aborta.
Su sangre se heló, estaba frío, caliente a la vez, enfermo, con ganas de vomitar y aún salían lágrimas de vez en cuando, jadeó rasguñando las sábanas -Está bien.
No entendía lo que sentía, no tenía planeado tener un hijo ni a una manada, aún así sintió horrible que rubius quisiera abortar el hijo que llevaba dentro de sí, como si quisiera tenerlo algún día, se odiaba por eso -Buen chico, hoy tu alfa va a salir, bañate y hazme la cena hoy.
-Está bien, te amo- dijo el omega sonriendo, recibiendo un ligero beso en su mejilla izquierda acariciando sus mechas, quackity había notado que por primera vez no estaba usando su gorro, el que le había regalado alguien especial -Te veo luego, bebé.
El cierre de la puerta fue un detonante para él, comenzó a raspar tan fuerte la piel de su estómago que comenzaba a sangrar -Te odio, te odio, te odio- decía en susurros entrecortados por las lágrimas y los jadeos ahogados entre sus manos.
"perdoname, Dios, perdón, perdón."
Se decía así mismo en su cabeza, cayó al suelo raspando sus uñas contra él, agitaba su cabeza de arriba golpeando su frente con la madera, quería morir, se sentía sucio, asqueado, y peor, se odiaba.
-Ugh, no quería, no lo quería, no quería- él no deseaba convertirse en una puta, no quería ser sucio, no quería que rubius lo tocará más, no necesitaba eso -Me duele, me arde.
Tal vez tenía un bebé dentro de él, y tendría que matarlo para vivir tranquilo, pero así tampoco lo haría, habían tantos riesgos y todos les hacían daño -Baño, uhh, baño.
Jadeaba al arrastrarse hasta aquel baño blanco, su reflejo horrible podía notar lo destrozado que estaba, lloraba cubriendo su boca tratando de que no se notara -Eh.
Limpio su rostro sollozando como el final, prendió el agua caliente como el infierno, con la temperatura al cien siendo que también estaba enfermo, su cuerpo mutilado, destrozado entró sintiendo el calor casi derretir su visión, se sentía enfermo.
"Mi culpa, fue mi culpa, fue mi culpa"
Se repetía, las lágrimas no paraban, gritaba de vez en cuando por el dolor, su piel enrojecía cada vez más poco a poco; se estaba odiando, despedazando pieza por pieza.
De repente un timbre entró en juego, apagó la ducha viendo como sus manos temblaban, se sentía caliente, demasiado, caluroso -Ya, ya voy.
Tartamudeó exclamando, rápidamente pusó sobre él una camiseta vieja que indicaba un patito y unos pantalones deportivos sin ropa interior, abrió la manilla de la puerta dudando hasta encontrar a aquel alfa delante de él.
-Hey, quackity- murmuró luzu con un bolso colgado al hombro, sonreía con una ropa cualquiera, le gustaba la boina sobre su café cabeza -Qué haces aquí?
Preguntó el omega escondiendo las marcas de quemaduras que habían pegadas a su estómago, pecho y parte del brazo izquierdo, dolía estar levantado, las ojeras lo mataban -Vine a invitarte a tomar un café.
Luzu podía oler aquellas quemaduras, la sangre o la suciedad por lo delicada que era su nariz, acomodó su boina a la par de su bolso nervioso, su nariz temblaba cada vez que se sentía ansioso. El omega río ante la acción tan tierna casi doliendo su estómago por completo, se quejó.
-Ay, ay- abrazó su abdomen quien ardía al hablar -¿estas bien?
Preguntó el alfa acercando sus manos al chico quien solo retrocedió de forma repentina -¡si! Eh, me encantaría tomar un café contigo pero ahora sigo enfermo.
-Quackity, te ves mal- sus pasos titubeaban, tenía el olor a menta tan incrustado que era difícil oler más que a eso en el aire, aún así no detuvo sus manos quienes sujetaron los hombros de quackity -¡Bien, puedes entrar, solo un rato!
De un impulso el omega sujetó su brazo haciendo un portazo, luzu estaba dentro viendo como las manos de quackity estaban tibias -¿Te sientes bien?
-Sí, eh, te preparare café- dijo entre susurros dejándolo ir, luzu se sentó en la mesa de centro mirando como quackity titubeaba en la cafetera -¿Seguro que estas bien?
-Aquí está- el omega sirvió la taza caliente de café en los dedos de luzu quien lo recibió alzando una ceja -Gracias.
Tomó un sorbo notando la piel de quackity tensar al sentarse al lado de él -¿Que cosas te gustan hacer?
Preguntó con nervios, en realidad su hermana le había hecho una lista de cosas de que preguntar en una "cita" pero puesto quackity no pudo salir no lo clasificaba así -Me gusta tocar el violín.
-¿En serio?- el omega asintió -Me inscribieron desde que tenía 7 pero por temas de la vida deje de practicar con maestros y de vez en cuando lo hago por mi cuenta.
-A mi me gusta la guitarra eléctrica- menciona luzu dejando la tasa en la mesa de vidrio -¿Cuantos años tienes?
-Tengo 20 años, y tú?-
-Tengo...19- sonrió al sentirse en confianza, apegando su cuerpo al del alfa más agusto -Los cumplí hace un mes.
-Feliz cumpleaños atrasado- sacó desde su bolsillo una cajetillas a cigarro sabor sandía, quackity vio esto con curiosidad -¿y eso?
-Me gustan estos, ¿tú fumas?- entre sus dedos yacía un encendedor con un grabado de pintura de calavera -Es peligroso, ¿no?
-Sinceramente no lo recomiendo, te quedaras corto de mente y tus pulmones morirán, pero al menos sabrá a sandía- río junto al menor -Algún día quisiera probarlos junto a ti.
Las mejillas de luzu indicaron un tono rosa claro, sonrió acariciando la cabeza de quackity como si fuera un pequeño niño -Tu cabello me gusta.
-No tiene nada de especial, solo es negro y medio largo-
-Por eso me gusta- era la primera vez que podía hablar libremente con alguien, quackity se sentía en las nubes teniendo a tal persona, a un alfa, a su lado quien lo hacía sentir cálido, pero realmente no se sentía con el derecho de sentirse feliz por ello.
Luzu le agradaba, le gustaba su estilo, su acento, su forma de hablar y le encantaba su olor, pero su novio era rubius, así que no podía sentirse así, no podía agradarle del todo.
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ᵍʰᵒˢᵗ ᵇᵒʸ.
FanfictionOdiaba lo mucho que necesitaba su tacto, cómo lo tocaba y sus insinuaciones, odiaba su olor o cómo forzaba a besarlo cuando estaban solos, odiaba que lo amará cada vez que le daba regalos o decía lo mucho que lo quería, odiaba que le gustaran sus ce...