Capítulo 4 - Porque me haces llorar

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Heriberto pasó una mirada ardiente por su cuerpo, de arriba a abajo, por sus hombros descubiertos, el valle entre sus senos que dejaba al descubierto la bata caída, las piernas tonificadas que alisaba... Daría el mundo por sus manos tocándola. Su cuerpo se puso rígido.

Ella notó su presencia y luego fijó sus ojos en su rostro, fue incapaz de apartar sus ojos de los de ella con morbosa fascinación.

Su cara se había puesto pálida al verlo, sus enormes ojos verdes.

H: Victoria... (Ella sintió un pulso entre sus piernas solo con el sonido de su voz; ¿por qué eso tenia que sonar como una caricia?)

Se las arregló, con dificultad, para ignorar la voz en su mente que la atormentaba. Se levantó rápidamente y cubrió su cuerpo con su bata.

V: ¿Qué haces aquí?

Se aclaró la garganta para ver si podía sacar una palabra de su boca que no fuera la que estaba pasando por su mente en ese momento.

H: ¿Podemos hablar?

V: ¿Tiene que ser ahora? (Ella ya se imaginaba de qué quería hablar).

H: Es solo que... He estado esperando esta conversación durante tanto tiempo que ya no puedo más.

V: Mi... (Cerró los ojos para ordenar sus pensamientos, estar en esa habitación con él no era nada fácil.) Heriberto, estoy muy cansada, por favor, hablemos mañana.

H: Victoria... (Se acerco a ella.)

V: Por favor, no te acerques más. (Ella no sabía lo fuerte que era)

H: Está bien, puedo esperar hasta mañana. (Se dio la vuelta para irse)

V: ¡Heriberto! (Él la miró) ¿Estabas durmiendo aquí?

H: No te preocupes. No volví a usar tu habitación, es toda tuya. (Él salió)

De hecho a Victoria le preocupaba que tuviera que dormir en otro lugar tan de repente, pero parece ver la habitación tan intacta y lo peor, sin su olor, realmente ya no dormía allí. Ahora otro pensamiento pasó por Victoria, ¿dónde durmió? ¿Podría ser si todavía tenía la casa? ¿Estaba todavía con esa mujer?

Victoria se tiró en la cama, rezando para olvidar todos aquellos pensamientos que la acosaban, pero la cama vacía dio paso a los recuerdos.

En la mañana siguiente.
*Habitación Fernanda*

Cla: ¡Fê! ¡Fê! (Trató de despertar a la hermana)

Fer: ¿que es? (no abrió los ojos)

Cla: Despierta, quiero hablar de nuestros padres.

Al escuchar la palabra "padres", Fernanda se despertó rápidamente.

Fer: ¿Qué les pasó?

Cla: ¡Nada! Pero ahora que mami ha vuelto, ¿crees que estarán bien?

Fer: No sé, Clarinha. Ni siquiera sabemos por qué pelearon.

Cla: Podríamos ir a preguntarle a mamá.

Fer: Dudo que nos lo diga.

Cla: No quiero que se separen, Fê. (Ya llorando)

Fer: (la abrazó) Yo tampoco.

Cla: Entonces, tenemos que hacer algo.

Fer: ¿Cuál es el plan?

*Habitación Victoria*

Cuando Victoria despertó, le tomó un tiempo entender dónde estaba. Fueron cuatro meses durmiendo. No tenía idea de cuánto extrañaba su cama. Se sentía completamente descansada, como si acabara de dormir el sueño más largo y restaurador de su vida. Estirándose bajo las sábanas, sonrió para sí misma y luego se detuvo. Miró al otro lado vacío y la soledad de esa habitación la invadió.

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