[COMPLETADA]
El es un escritor ermitaño, hundido en su soledad.
Después de una desafortunada relación se sumerge aún más en su tristeza, hasta que una mujer llega a su vida a desordenar cuanto encuentra en su camino.
Evidentemente sus intenciones...
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Lilith:
Desperté de un brinco, voltee a ver a mi Príncipe Ermitaño, el estaba ahi. Baje la sabana y toque mi vientre... vacío.
Solo fue un sueño
Corrí al baño, no quería que nuevamente me viera llorar, ya había sido suficiente llanto ayer. Me di un baño, trate de no hacer tanto ruido, pero al parecer tenía el sueño muy pesado.
Le deje una nota, con el lugar y hora de nuestra siguiente cita, rapidamente sali de la habitación, si lo veia y me besaba o nuevamente me hacia suya, terminaría por darle hasta mis ahorros.
Busque mi celular en mi bolsa, tenía muchos mensajes de Leslie así que la llame.
—¿Donde mierda estas? — grito
—¿Que pasa? Apenas voy rumbo a mi casa
—Estoy afuera de tu departamento y la pobre Loli se va a morir de tanto llanto — a veces mi amiga es tan dramática
—Voy para allá — colgué y subí al taxi
Unos veinte minutos después estaba llegando, baje y pague para poder entrar.
—¿Porque traes la misma ropa de ayer? Se nos hace tarde para irnos — me gritaba
—Deja me cambio y ahorita te digo — abrí la puerta
Mi Loli salió corriendo en busca de amor, le di atención un momento y corrí a cambiarme o llegaremos tarde.
Cuando subimos al taxi para ir a la revista empezó el interrogatorio
—¿Con quien pasaste la noche? — se acomodo
—Con mi Principe Ermitaño — suspire
—¿Que? — comenzó a burlarse —Mi amorcito te quiere presentar a su mejor amigo, estaría genial, citas dobles
—No, solo quiero seguir saliendo con mi Principe Ermitaño... así que dile a Esteban que agradezco su intento de casamentera — me rei
—Donde conociste a ese "príncipe" — hizo las comillas con sus dedos
—Me salvo de Michael, recuerdas la vez del bar?
Asintió
—Pues despues lo encontre en una cafetería, me le lancé y aquí estoy — me encogí de hombros
—Te lo cogiste — me apunto con su dedo
No dije nada ya que por suerte habíamos llegado a la revista
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