Treinta

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Jake:

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Jake:

Zoe seguía gritando maldiciones al otro lado de la puerta, se oía que tiraba cosas. Tomé mi teléfono para llamar a Lilith, a los dos tonos respondió.

¿Viste las fotos? Charlie me acaba de enseñar todo — oí la desesperación en su voz

Si, perdóname — sobe el puente de mi nariz — tratare de calmar la situación

—No hay problema, espero no tengas complicaciones — dijo con sinceridad

Me metí en la computadora a ver las fotos, hay unas donde estamos en el parque, donde vamos en el taxi y del beso que nos dimos afuera de su casa.

Los encabezados no tenían piedad

—De verdad discúlpame, no quería meterte en esto — no sabía como pedir disculpas

Tranquilo, en unos días me iré a Alemania y nadie se acordará de mi — me tranquilizó

Después salí de mi estudio, cerré con llave, así evito que entre y rompa lo único preciado que tengo.

Zoe estaba esperándome afuera.

—Soy la burla de todo el mundo — gritó — ¿Quién es ella?

—Jamas te lo diré — caminé a la cocina

Me serví agua

—Es una maldita perra rompe hogares — sonaba indignada

Tiraba todo a su paso

—¿De que hogar hablas? — cuestione

Pero entonces se encorvó, tocó su vientre y comenzó a quejarse.

—¿Estás bien? — me apresuré a su lado

No, me duele mucho — se quejaba

Vamos al hospital— ordene

Tome las llaves del auto, la cargue para que no caminara y la subí en el asiento de atrás. Conduje lo más rápido que pude, unos minutos después ya estábamos llegando.

Hice todo el trámite en urgencias en lo que ella era atendida, tenía una mezcla de sentimientos.

La culpa era el mayor de ellos

Pasaron unas cuantas horas hasta que vi salir a la doctora Sevilla, me levanté para acercarme.

—¿Cómo está el bebé?— pregunte

Está bien, tuvo una amenaza de aborto por todo el estrés que sufrió — me explicaba — debe tomar reposo y estar tranquila

—Me encargare de eso — asentí

Mis Errores, Tú y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora