[COMPLETADA]
El es un escritor ermitaño, hundido en su soledad.
Después de una desafortunada relación se sumerge aún más en su tristeza, hasta que una mujer llega a su vida a desordenar cuanto encuentra en su camino.
Evidentemente sus intenciones...
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Jake:
Acomode todo lo que dejó aventado y me metí al agua para nadar junto con ella.
—El agua esta muy fria — oía el tiritar de sus dientes — pero me encanta
La abrace, paso sus brazos por mi cuello y estuvimos asi un rato, quería quedarme aquí toda la vida.
Regresamos a la cabaña, nos bañamos juntos y pasamos un dia hermoso, cada vez la conocía mas.
Hoy es domingo, el ultimo dia que estaremos en este maravilloso lugar, me da mucha tristeza tener que regresar a la realidad.
Volteo a mi lado, Hada está durmiendo plácidamente, noto como suspira ligeramente, su respiración es tranquila, parece sentirse en paz.
—Quisiera quedarme a vivir aquí... contigo — acaricie su mejilla
Se movió un poco pero no despertó, decidí salir para preparar el desayuno. En cuanto abrí la puerta tanto Tobby como Loli se acercaron a mi, los alimente para poder dedicarme a cocinar.
Estaba buscando una charola o algo para poder llevar el desayuno a la cama, pero cuando abrí una de las puertas de la alacena se cayeron algunos trastes.
—Mierda — trate de detener las cosas pero aun así se hizo mucho ruido
Me quede quieto un momento, no quería que la sorpresa se arruinara, por suerte no escuche ningun ruido, acomode todo como estaba y continue.
Cuando todo estaba casi listo escuche sus pasos inconfundibles detrás de mi, la sorpresa finalmente se arruino pero no quería dar todo por perdido.
—Hada, buenos dias — voltee a verla
Aún estaba adormilada, tallaba sus ojos, aun así se abrazo a mi espalda, respiro mi aroma y suspiro.
—Te despertaste demasiado pronto — sonrei
—Haces mucho ruido — seguia abrazada a mi
—Perdon, crei que prepararte el desayuno sería un buen detalle — me disculpaba
—Que hermoso! Gracias — se puso a mi lado — ¿Desayunamos?
—Claro, siéntate — le puse pimienta a su plato
Ella me miraba con atención, entonces recordé que no pregunte si le ponía pimienta.
—Si te gusta la pimienta, ¿Verdad? — dije cuando puse el plato frente a ella
—Me gusta, muchas gracias — asintió ligeramente
—Te ves hermosa — acomode un mechón de su cabello
—Estoy toda despeinada — senti que se sonrojo
—Creo que me gustas mas cuando estas despeinada — me encogí de hombros — eres mas tú, mas autentica
