seventy eight

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Rodrigo pensaba y pensaba, ¿qué debería decir?


Quizá al hablar debería hacer justo esa pregunta.

-No te presiones, tómate tu tiempo, por favor- le dijo Iván tranquilo.

Carraspeó un poco y separó ligeramente los labios, estaba decidido a decir algo, aunque no supiera qué; -ho-hola... Hm... - carraspeó de nuevo- no sé qué decir.

A Iván se le abrieron grandes los ojos, nadie lo notó, pero sus mejillas se colorearon un poco.

-¿Cómo estuvo la escuela?- le preguntó con una sonrisa, emocionado.

-Fue un día cansado, tuvimos exámenes y...- Rodrigo no podía escucharse, y de pronto sintió esa angustia y desesperación que te invade cuando quieres hace algo y no puedes, ¿de verdad nunca en la vida volveré a escuchar? Se preguntaba mientras sus ojos miraban en todas direcciones.

Iván se dió cuenta de esto, le tomó del rostro obligando a que lo mirara; -Rodri, relájate- le deletreó gesticulando.

Como si Rodrigo pudiera leer sus labios.

Y llevaba mucho tiempo mirándolos, esos labios que no había podido besar y que había aprendido a leer.

sordera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora