Capítulo 38

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Alyandra

Hacía demasiado tiempo que no iba a una fiesta y me dejaba contagiar por la alegría y la música, pero Malek parecía distraído.

- Voy a buscar algo de tomar.- Jalé su manga pero no respondió. Me encogí de hombros y me perdí entre la multitud hasta llegar a la fuente de bebidas, tomé una copa y la probé, sabía dulce y era aromático, me gustaba, tomé otra y luego otra, sintiendo una agradable sensación de calor en mi cuerpo, me recargue en la barra con un suspiró melancólico cuando vi a mi padre a lo lejos bailando con Valyria, se veían bien y había aceptado que ella era la mujer que tenía ahora su corazón, aunque para mi solo fueran un par de meses atrás que lo vi amar a mamá, pero así era la vida y no podía pedirle que la llorara toda la vida, merecía ser feliz nuevamente.

Malek tenía demasiado en la cabeza últimamente, lo veía pasar noches sin dormir en su estudio, leía sus diarios, libros de la biblioteca de las sacerdotisas y el libro de la vida, parecía consumido por tratar de encontrar una respuesta, yo por mi parte no dejaba de recordar a Nyria, la vi crecer a través de mis sueños y los sentimientos que tenía como Rys hacía Mikalle Varion se mezclaban con los que tenía por Malek, cada vez eran más intensos y cada vez me sentía más vulnerable.

Suspiré y seguí tomando, hoy tenía ganas de olvidar a mi corazón y perderme en la inconsciencia del alcohol de las hadas. Tal vez no solucionará ninguno de mis problemas, pero por un momento tendría un respiro... extrañaba a Kaamisha, podría apostar que ella ya habría encontrado una manera de divertirse.

Decidí volver cuando comencé a tener problemas para caminar, busqué a Malek por su altura y no fue muy difícil dar con él, llevaba dos copas en mis manos para ofrecerle y tomarme la otra, parecía que hablaba con alguien, pero ya no me interesaba ser precavida con mi identidad.

- Te traje una.- Le extendí una copa y no le presté atención a lo que hacía con ella antes de girarme a la desconocida.- Ah, ¿Quién eres? Mi nombre es Alyandra Arscorth.

Ella abrió los ojos más de lo normal reconociendo mi nombre.

- ¿Alyandra Arscorth? ¿Cómo la hija de Maxell Arscorth? - Ella se giró hacía Malek.

- Es complicado.- Dijo él, por supuesto que nunca decía nada.

- Le debía algo a Cedrick.- Dije sonriendo a pesar de la punzada en mi pecho.- Si no seguiría muerta. - No era más que la realidad, pero Malek se exasperó por mis palabras y se llevó la mano hacía el cabello, de repente quería saltarle encima y morderlo, pero no era un lugar apropiado, así que mejor miré hacía otro lado tratando de eliminar las imágenes mentales que no debían estar ahí.

- Alyandra...- Comenzó a advertirme, pero decidí terminar mi copa y hacerme la desentendida hasta que di con la vista de mi hija, pero un hombre tenía las manos sobre ella. Me molesté.-¿Qué hace él? ¿Quién es? - Debía alejarlo de ella, pero Malek me paró y me levantó haciendo que todo se volviera oscuro.

***

Me desperté todavía sintiendo los efectos del alcohol en mi sistema, pero podía pensar con un poco más de claridad.

Malek seguía leyendo sus diarios en la ventana que tenía una vista hacía el exterior.

- ¿Son tan interesantes? -Murmuré, ahora estaba molesta. - Bien podrías casarte con tu yo del pasado.

Malek frunció el ceño pero solo le dio vuelta a la hoja.

- A tu lado está un té que te ayudará a sacar el alcohol y el afrodisíaco de tu sistema, trata de tomarlo antes de que sigas digiriendolo.- Murmuró sin verme.

Estaba cada vez más molesta. Tomé una almohada y se la lancé, pero la atrapó y la puso a sus pies. Me puse de pie y le arrebaté el diario.

- Al menos mírame.- Le gruñí mostrando mis colmillos.- Pensé que comenzaba a entender, pensé que podía acercarme a ti, pero, ¿Por qué me tratas diferente? - Las lágrimas se deslizaron por mis mejillas. - Ya no reaccionas a nada, si muevo tus libros, si rompo tus cosas, si te muerdo, ¿Por qué no me castigas?

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