Caliope
A veces me preguntaba si Malek sentía algún tipo de resentimiento hacía Alyandra. Desde que la conoció no dejaba de evitarla. A tal grado que me parecía bastante divertido.
- ¿Vas a ir a la corte oscura? - Preguntó revisando los documentos que le había entregado.- ¿Quieres qué te acompañe?
Asentí.
- Si, me gustaría que me acompañaras, Malek.- Dije recostándome en mi silla.
- Si lo deseas, madre.- Asintió.
- Bien.- Me puse de pie.- Le diré a Alyandra que mañana partimos al alba.
Malek detuvo sus movimientos.
- ¿Ella vendrá? - Preguntó con cautela y yo asentí.- Madre... Mañana es la ceremonia de inauguración de los orfanatos, me temo que no podré acompañarte.- Se puso de pie, realizó una reverencia y se marchó.
Me reí y miré a Max que estaba en la ventana con un libro en mano.
- ¿Entiendes lo que te trato de decir? - Le pregunté.
Sonrió y dejó caer su cabeza en el cojín.
- No deberías de pensarlo tanto, tal vez... solo no le agrada.- Dijo cerrando los ojos.
- Malek, te presento a la señorita Alyandra Arscorth.- Le dije.
Malek tomó su mano y el roce con su piel pareció paralizarse por un segundo antes de que se repusiera y realizara el saludo protocolario. Alyandra le sonrió fríamente e hizo lo mismo, retiró su mano y Malek retrocedió.
- Pareces débil para un príncipe heredero.- Le dijo Alyandra.- Deberías entrenar más, podría hacerlo.
Malek sacudió la cabeza.
- Mis debilidades no deben ser preocupación de la señorita Arscorth.- Inclinó ligeramente la cabeza.- Le ruego me disculpe, tengo que marcharme.
Se fue. Alyandra frunció el ceño y luego se bufó cruzándose de brazos.
- Debe ser complicado, parece tener un carácter difícil.- Murmuró.
Ladeé mi cabeza confundida, normalmente Malek no era tan evasivo.
Suspiré y me levanté, tomé el libro de sus manos y lo cerré frente a él. Maxwell me frunció el ceño.
- Me perdiste la página.- Dijo.
- ¿Y qué era lo que leías? - Le pregunté sentándome en su abdomen sin consideración y abriendo el libro al azar.- "La noche del ayer y las palabras que marcan el compás de un corazón helado, del pasado que se desvanece en noches de agonía y la muerte de un corazón sin destino escrito, que he de ser un esclavo de promesas no hechas..." - Me detuve reconociendo su letra y miré la portada. Era su diario.
Me sonrojé y Maxwell se rió.
- ¿Cuándo aprenderás a no leer lo que no debes? - Preguntó quitándome el diario.
Me tapé el rostro.
- Lo siento...- Murmuré y luego lo miré.- Pero es muy melancólico, Max. ¿Puedo leer más? - Estiré el brazo pero me dio un golpe en la mano.
- Quieta.- Tomó mi muñeca.
Lo dejé ser, pero de repente tuve curiosidad.
- ¿Qué crees que escribe Malek en el suyo? - Le pregunté.- A veces me parece muy complicado leer sus expresiones y en otras es transparente.
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Descendientes
FantasyDos gemelas tenían que decidir quién de ellas sería la nueva reina de las hadas. Lucinda Arscorth estaba perdidamente enamorada de Aiden Eckhart, el nuevo rey. Todos esperaban que ella fuera quien tuviera esa corona sobre su cabeza, pero no fue así...