─ five ─

1.7K 101 14
                                    

— Anda, abre esa boquita para mí —ordenó mientras intentaba introducir su dedo en mi boca, pero no lo permití al mantener mis labios juntos con fuerza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Anda, abre esa boquita para mí —ordenó mientras intentaba introducir su dedo en mi boca, pero no lo permití al mantener mis labios juntos con fuerza. 

Lo admito: adoraba ser dominada en la cama. Pero sólo cuando se trataba de NamJoon.

Y probablemente a algún cliente que quisiese ser el dominante, pero jamás podría permitírselo al policía cretino frente a mí, sabía que quería pisotear mi dignidad y ego hasta que se aburriera. Pero ambos podíamos jugar, y para ser honestos yo llevaba una gran ventaja. Coloqué mi mano en su entrepierna, cerca de su miembro y fui subiendo mi mano hasta su cuello mientras me iba poniendo de pie lentamente, manteniendo nuestras miradas conectadas.

— Si quieres tenerme —tomé su mentón sin mucha delicadeza y lo acerqué lentamente a mí, rozando muy ligeramente sus labios con los míos—, harás lo que yo diga. 

— Uh —se mantuvo cerca mío, aún en su lugar—, no estoy seguro si esa idea me agrada —lo alejé de mi cuando intentó unir nuestros labios, sólo un poco, manteniendo mi mano en su mentón, mientras que la que había apoyado en su hombro la había bajado por su abdomen una vez más.

— Lo siento por ti entonces —moví un poco mi hombro de manera disimulada, haciendo que una parte de la bata se resbalara, dejando ver un poco de mi sostén—, tendrás que irte con las manos vacías —justo cuando lo solté, el se aferró a mi cintura con fuerza.

— Pagué demasiado dinero en este sitio, no tienes ningún derecho a decir eso. Soy yo quien da las órdenes aquí —sonreí burlesca y negué mientras palmeaba su mejilla sin fuerza, pareció enfurecerlo. 

— Lamento que pienses así. O aceptas lo que yo digo, o te vas al diablo. —finalicé mientras retiraba sus manos de mi cintura, el solo bufó. Arreglé mi bata y justo cuando iba a salir de la habitación, lo escuché hablar de nuevo.

— ¿Cuáles son tus malditas reglas? —sonreí victoriosa, giré sobre mis talones y lo miré directamente a los ojos, parecía frustrado. Aún con la mano sobre el pomo de la puerta, le respondí.

— Sólo hay una regla JungKook, y es que está prohibido decirme no.

Se quedó en silencio durante varios segundos, mirando en dirección a la puerta. Al no ver respuesta de su parte, me giré de nuevo y abrí la puerta, pero rápidamente llegó hasta donde estaba y la empujó con fuerza, impidiendo que pudiera salir de ahí.

— De acuerdo, la aceptaré. —suspiró resignado, le sonreí y acaricié su cuello mientras mantenía mi mirada sobre él. Los hombres como el eran tan fáciles de controlar cuando se trataba del sexo, un hombre tan necesitado de atención.

— Siéntate en la cama —ordené, entre dientes me obedeció. Me acerqué a él lentamente mientras quitaba el listón que mantenía mi bata cerrada, dejando ver la lencería que llevaba puesta. Para el oficial cretino no pasó desapercibida la liga de encaje que llevaba en el muslo derecho, pero al final su atención fue robada por mis pechos cuando los acerqué a su cara para colocar sus manos en su espalda—, mantente en tu lugar. 

prostitute ; jjk + 18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora