❝Nadie ha venido a buscarte, Lía. Pero puedo dejarte ir si me haces una buena mamada.❞
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✧ Historia totalmente mía.
✧ Si no te gust...
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TaeHyung me guio a una habitación que se encontraba en la enorme mansión. Honestamente sentí un poco de miedo cuando dos guardias comenzaron a seguirnos y se quedaron fuera de la habitación para cuidar que nadie entrara en esta.
— Estaremos unos quince minutos aquí, siéntete con la libertad de dormir, retocar tu maquillaje o solo ver. —comentó TaeHyung mientras se quitaba su saco de vestir y lo lanzaba hacia la cama, desinteresado.
Me deshice de mis tacones apenas terminó de hablar, pateándolos en dirección a la pared. Sabía que esos zapatos costaban muchísimo dinero pero eso de ninguna manera los hacía tan siquiera un poco cómodos. Quien sea que haya inventado esas mierdas odiaba la comodidad.
— ¿Debería preocuparme por los guardias de la puerta? —lo vi sonreír de lado, justo antes de encender un cigarro. Le dio una calada y enseguida expulsó el humo con los ojos cerrados. Comprendía bien esa sensación.
— En lo absoluto —respondió, voltee en dirección a la ventana y me acerqué para admirar la vista—, sólo los contrataron para aparentar exclusividad.
La casa por si sola era enorme, pero ver el patio junto con las extravagantes decoraciones y fuentes... Todo el dinero que gastaron en esta propiedad pudieron donarlo y ayudar a tantas personas. Mientras estaba absorta en mis pensamientos sobre la enorme mansión, sentí un suave roce en mi espalda baja.
— Tengo un excelente gusto, ¿No te parece? —sonreí de lado mientras ignoraba su presencia.
— Sería mejor si me quedara un poco más suelto —me sinceré mientras intentaba ver a lo lejos. Había un grupo de personas conversando a varios metros de la casa, pero no conseguía ver del todo sus rostros.
— No estaba hablando del vestido.
Apretó mi cintura y me pegó a él rápidamente, consiguiendo robarme un beso. La combinación de su loción, el sabor a cigarro de sus labios y la delicadeza con la que me sujetaba del rostro era tan adictiva que por unos minutos olvidé que el tipo era un cretino. Supongo que estos días estaba llamando la atención de tipos así.
— Tenemos doce minutos —sonreí y me apoyé en la pared—, ¿Estableceré un tiempo récord?
— Lo dudo, pero inténtalo. —TaeHyung se abalanzó sobre mis labios, aún sosteniendo con una de sus manos su cigarro.
Subió con facilidad la orilla de mi vestido hasta mi cintura, dejando ver mis piernas en su totalidad. Mientras nos besábamos acarició mi cuerpo, explorando cada parte de mí. Sus manos eran tan suaves.
— Espera un poco —pidió antes de separarse de mí, entregándome su cigarro y corriendo hacia su saco que se encontraba sobre la cama.
Mientras le daba una calada a este, lo vi voltearse con un condón en su mano. Me sentí repentinamente molesta al ver que había contemplado tener sexo conmigo, sin embargo no dije nada. ¿Por qué? Por qué yo también lo había hecho.
