CAPITULO XVIII

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"¿Y si si?"

***

Ese dolor era tan fuerte, me esforcé por buscar con los ojos alguien que me esté mirando fijo, luego de segundos buscando encontré el resultado frente a mis ojos.

Mattheo. El me estaba mirando fijo, el era, quería entrar en mi mente, y le di ese consentimiento.

Lo deje entrar y desvíe mi mirada así podía concentrarme en lo que quería que el vea dentro de mi.

Me esforcé por pensar en palabras, que mi voz interna hablé y el la oiga decir...

"Puedes pretender que no me extrañas, puedes pretender que no te pasa nada"

Lo mire nuevamente, el estaba sonriendo delicadamente y con los ojos entre cerrados, así que continué.

"Lo único que quieres es besarme"

Su pequeña sonrisa de boca cerrada comenzaba a crecer más, le gustaba lo que veía dentro de mi mente.

"Es una pena que me hayas engañado."

Termine de pensar y sonreí maliciosamente, mi siguiente movimiento fue levantarme e irme. Sabía que el iba detrás de mi, sentí su presencia. Fui a un salón vacío.

No sabía lo que hacía, ni lo que quería lograr, solo me solté, estuve tan aburrida estos días, debía entretenerme con algo.

Llegue al salón y el entro luego de mi. Me senté en una mesa y el se apoyó en la pared que había al lado.

—¿Por que me haces esto gatita?. — Preguntó inspeccionando cada parte de mi rostro.

Sonreí coquetamente y me acerqué a él, demasiado.

Pase mis labios cerca de los suyos, pero no se tocaron, luego los dirigí a su oído, quería que me escuche atentamente.

—Fuiste malvado conmigo. — Lo mire antes de voltearme y sentarme de nuevo.

No me pude contener y deje escapar una risita.

—Es muy basura de tu parte reírte y no contar el chiste. — Me miro fijo, se acercó a la mesa.

Puso sus manos en la punta de la mesa, llegando a la altura de mi cara, mientras hacía todo esto jamás dejó de mirarme a los ojos. Acercó su cara a la mía, nuestras narices estaban a nada de chocar, el lamió sus labios.

Quería besarme, pero no lo iba a perdonar tan rápido, tampoco soy un regalo.

Intente apartarlo y levantarme pero el se aseguró de que no me moviera colocando sus manos al rededor de mi cintura, manteniéndolas a la fuerza adecuada.

—No hagas que repitamos todo esto. — Dijo mientras sonreía.

Coloque mi mano en su pecho intentando darme espacio pero fue inútil, seguíamos tan cerca como antes.

—Mírate — Rei —. necesitándome — Mordí mi labio inferior —. sabes que no haré nada sin algo a cambio.

COLD HANDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora