CAPITULO IV

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"Es prudente no fiarse por entero de quienes nos han engañado una vez"
***

Dumbledore llamó a Mattheo y Minerva le colocó el sombrero seleccionador sobre la cabeza.
Todo en el gran comedor estaba en silencio esperando su obvia respuesta.

¡SLYTHERIN! — Gritó el sombrero.

Comenzó la cena, no tenía hambre. El hecho de tener que convivir con otro idiota como Malfoy me quito el apetito.

Comencé a jugar con mi comida. Me aburría tanto.

—Grindel... — Me susurraron, pero no había escuchado.

—¡Grindel! — Repitieron y me volte hacia un costado.

Malfoy.

No podía decir nada sobre lo que me hizo, primero por que es Malfoy, y no lo digo por que tiene ciertos privilegios, todos conocen a sus padres, si no que sería estupido delatarlo.
Yo me vengaré a mi manera.

—¿Que mierda quieres Malfoy?. — Le dije fuera de tono.

—¿Es verdad...—Dijo asegurándose que todo a su alrededor escuchara lo que dirá a continuación —. ¿Es verdad que tu y Riddle... — Antes de que termine de hablar lo interrumpí.

—No te metas donde no cabes, oh cierto, no cabes en ningún lado. — Le dije intentando cortar esta conversación.

—Por lo menos no me trepo a cualquiera, ¿no es así cariño?. — Se río de mi junto con sus amigos quienes se susurraban cosas.

Me levante de la mesa, quería arrancarle todos sus miserables pelos rubios.

—Te golpearía pero no necesito tanta atención como tu. — Me dirigí hacia la puerta del comedor y de ahí fui a mi cuarto.

Finalmente paz.

No sabia que hacer y decidí repasar algunas cosas del año pasado. Me pase dos horas leyendo, ya me parecía a Hermione, algunos libros los releí 2 veces, en especial los de Snape, me tenía colgando de un hilo.

Apenas empece con sus libros me aburrí.
Soy de esas personas las cuales se cansan muy rápido de las cosas, detesto eso de mi. Pero por otro lado lo amo, evita que me enamore o alguna tontería así.

Quería hacer algo más...divertido, iré a dar un paseo nocturno, se como evitar a Filch así que, ¿que me detiene?.

Iba caminando por los pasillos oscuros y fríos del castillo. Y de repente choque con alguien, escuche caer libros, rápidamente saqué mi varita.

—¡Lumus! — Se encendió una pequeña luz en la punta de mi varita, alumbre el suelo mientras lo ayudaba a levantar las cosas.

Era un Hufflepuff, alto, cabello castaño, mandíbula marcada, era un año mayor que yo.

—¿Diggory? — Pregunte sorprendida, no era muy común encontrarse a alguien por los pasillos a mitad de noche, y menos a alguien tan responsable como el, jamás rompería una regla.

—Grindelwald, lo siento — Me analizo para ver si estaba lastimada o algo.

No podía creerlo, mi crush de la infancia me estaba hablando.

COLD HANDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora