CAPITULO III

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"El odio no disminuye con odio, el odio disminuye con amor".
***

Me marché lo más lejos que pude.

Mi casa estaba aislada pero no tanto. A unos cuantos minutos se encontraba una ruta hacia Londres.
Comencé a caminar.
Me di un descanso a mitad de camino y aproveché para sacar un suéter con mi inicial, que me había regalado la mamá de Ronald en 2do año, aún me quedaba grande

Continué mi camino, hasta que finalmente llegue a la ruta, ya era de noche, y hacía más frío de lo que esperaba, ningún muggle va a querer llevar a una desconocida a mitad de la noche y menos si lleva una valija de un colegio que "no existe".
De todas formas di el intento, no tenía otra opción; me acerqué a la orilla, estiré mi brazo y levanté mi pulgar. Creo que era asi.

Pasaron más de cinco autos y me ignoraron, ya comprendí lo que siente Hermione cuando levanta la mano y el profesor Snape la ignora.

Mientras pasaban los autos comencé a pensar en lo peligroso que sería esto.

En ese instante frenó un auto. Me acerqué a la ventana del carro, me temblaba la mano de los nervios.
Bajó el vidrio y vi a un joven de unos 20 años, tenía un aspecto raro, como decirlo...se notaba y se olía el exceso de drogas.

No podía subirme ahí.

—¿Necesitas un adelanto nena? —Preguntó con una sonrisa de punta a punta.

No se que clase de coqueteo sería este pero me repugno, presentía que algo bueno no iba a salir de aquí.

—No, gracias. — Me aleje de la ventana.

—¡Vamos! No te cobraré nada. — Me dijo en tono ansioso por que me subiera.

—Dije que no. — Me aleje completamente del auto, continuando mi camino, pero aceleró.

Lo mire con el ceño fruncido demostrando confusión.

En ese momento en el que creí que mi vida comenzaba a estar en peligro, otro auto se frena detrás de él.
Se bajo una mujer, era rubia, tenía una gorra de jean. Unos 17 años aproximadamente. Se dio cuenta de la situación y se acercó a mi.

—Vamos prima, ¿que esperas?

—¿La conoces? — Me preguntó el chico, a quien le cambió el gesto a uno serio.

—Si. — Respondí y me fui con la chica.

El auto del chico aceleró y se marchó, sentí tanta paz.

—Gracias.

—No hay de que...¿vas a Londres?.

—Si. — Respondi.

—Tienes suerte, es hacia donde voy, vamos sube.

Abrió la puerta del baúl y guardó mi valija, luego subí al auto.

—¿Que haces sola en la ruta a esta hora? — Preguntó mientras comenzaba a acelerar.

—Tuve una discusión con mi novio y me dejo aquí. —Mentí.

—Que basura de humano.

Asentí con la cabeza.

—¿Y tus padres? — Preguntó

—Están en Londres, esperándome en la estación de King 's Cross. — Mentí de nuevo.

—Genial, debo pasar por ahí.

COLD HANDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora