Capítulo 9: Sincericidios

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Luci se quedó en acompañarme a almorzar en el colegio antes de empezar las clases. Había preparado sándwiches, uno para ella, tres para mí. En ese momento comenzó a contarme sobre que había cenado la noche anterior con Tobías, que Tobi aquello, que tobi esto y todas esas cosas extrañas que hacen los que se enamoran. Yo intentaba escuchar atenta, pero constantemente mi cabeza hablaba más fuerte que ella (y eso es decir mucho teniendo en cuenta la voz de Luci). Me carcomía la cabeza el pensar en todo lo que había transcurrido la noche anterior, demonios, mamá, papá... Weissman...

Por la tarde estuve buscando información sobre lo que había sucedido anoche. Pero lo unico que encontraba era poco. Supuse que mas tarde se enterarían que el lugar esta hecho escombros. Sin embargo, tal y como me imaginaba. Esa cúpula verde hecha en la que estabamos todos encerrados aquella noche estaba claro que impidió que desde fuera se viese lo que pasaba dentro de la fiesta. Dios, a más lo digo más raro se me hace, me siento una loca buscandole tanta logica a todo. Pero es la unica respuesta que consigo tener sobre todo esto.

De repente una imagen extraña se le ocurrió cruzar por mi cabeza en el momento en el que Luci hizo silencio.

"¿Será que mis enfermedades estarán asociadas a todo esto?"

-¿Qué dices?

Recobré la consciencia y cuando levanté la mirada ella estaba ahí, cruzada de brazos y haciéndome un puchero, como frustrada. -¿Dije algo? – Expresé con la mayor tranquilidad posible.

-¡Karla escuchame cuando te hablo!

Yo me apreté las comisuras de mis labios hasta hacerme unos hoyuelos en mis mejillas, estuve a punto de decirle "pero si siempre lo hago, es que hablas demasiado y te enriedas como una soga", pero me lo guardé. Con estrechez de miras opté por pedir las disculpas. Me sobé la cabeza con ambas manos buscando calmar mis pajas mentales. Lo que menos quería era tener problemas con Luci... Ya demasiada tertulia era escucharla.

Horas después estábamos camino a la escuela, faltaban unas cuadras para llegar, pero ella no dudo en soltar la bomba.

-Te noto extraña, Karla. ¿Es por el trabajo de sociales? – Preguntó con cierto estupor reclinando su cuerpo hacia delante, intentando como meterse en mis pensamientos a través de mirarme el entrecejo.

Habían varias cartas de extrañeza para barajar, entre todas ellas no estaba ese problema, pero ahora se volvía uno grave. – Maldición, olvidé buscar grupo para esa materia. – Dije dándome una palmada en la cabeza.

-¿¡QUÉ!? – Exageradamente ella se exhaltó, haciéndome titilar el oído derecho.

-Más despacio, Luci. Tampoco es para tanto tanto.

-¿Cómo que no tienes grupo de estudio? – Dijo adelantándose a mi y parándo en seco la caminata a las puertas del lugar.

-¿Esperabas que tuviera grupo? – Dije encogida de hombros. Pensé que quedaba claro para ella que yo no me hablaba con absolutamente ni una sola persona en este lugar.

Ella echó la mirada a un lado, suficiente como para responder a mi pregunta.

-Es que pensé que sí, porque no me habías dicho nada y tu siempre eres aplicada y pensé que me dirías para hacer juntas.

Me limité a arquear una ceja – Pues no. – No la podía culpar, tenía razón en eso. Había olvidado de centrar mi cabeza en los estudios. Si quería irme de esta maldita ciudad debía ponerme más las pilas y lo sabía perfectamente -¿Con quién harás grupo al final? – Pregunté mientras le rodeaba y seguía mi caminata.

-Tobi y sus amigos, estamos llenos, de haber sabido hacía un lugar para ti.

-Pasaría igual, no quiero hacer de mal tercio. – De igual manera estos trabajos entre Luci y yo terminaba siempre teniendo que hacer yo sola todo el trabajo porque 1- Luci es un cero a la izquierda para todo menos para filosofía y artes y 2- Porque me gustaban las ideas que aplicaba yo y quedaban mejor cuando las hacía yo sin ayuda de ella.

Estrella VespertinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora