Capítulo 4: ¿Golpe de realidad?

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Tres días después de ese tan hermoso momento, sucedería algo que me hubiese gustado no haberlo tenido que pasar nunca.

El timbre sonó para salir al recreo despues de una clase de filosofía bastante intrascendente. De esas clases en las que Luci y yo siempre nos sentábamos juntas en el aula a charlar como cacatúas. Habíamos decidido ir a ver el partido de futbol sala que se hacía en el gimnasio, un lugar que tenía cuatro canchas, dos eran de futbol y a veces se utilizaban de handball y una de baloncesto un poco más atrás.

Nos sentamos en la zona alta de unas tribunas de chapa, dejé la mochila a un lado al igual que Luci y nos pusimos a charlar de todo un poco mientras esperábamos a que termine el partido para invitar a Xander a comer algo.

La amistad entre ellos dos era de conocidos, simple y llanamente ellos dos hablaban de vez en cuando solo cuando me tenían a mí entre medio como amiga. Sacando esa situación, era la única vez que Xander se sentaba a hacer sociales con Lu.

-Entonces... Luci. – Me senté y me digné a preguntarle sobre un evento que teníamos pensado hace tiempo ir. Uno al que iba cada año que se hacía.

Ella me observó detenidamente -¿Si? - Su suspiro vaticinaba que ya sabía lo que se venía, por lo que hice luto mental antes de preguntárselo.

-¿Piensas... Ir a la fiesta del pentagrama conmigo?

-Oh, pues... debía hablarte de eso y me olvide. – Dijo rascándose la oreja. Yo estaba expectante a ver que me decía, o más bien, cómo me lo decía. - No... No me dejaron ir. Lo siento – Dijo, le había costado. Pero soltó la rienda, y me di cuenta automáticamente que simplemente no quería ir. Me imaginaba que diría eso, la fiesta no es que tenga una popularidad por ser una fiesta de buen prestigio, más bien todo lo contrario. Era una fiesta clandestina, y bastante problemática, cuando Lucila me dijo que quería ir no me lo creía mucho. Son de esos arranques de la gente que se quiere curtir e ir más allá de lo normal. No es que me guste la palabra "normal" ni que me creyese una fuera de serie, pero sí que estas fiestas no eran aptas para cualquier publico.

-No te preocupes – Dije con un agite de cabeza, quitándole importancia. – Veré con quien pueda ir. - Claramente, giré la cabeza buscando con ella a Xander en la cancha. Me llevé la sorpresa de que no solamente estaba él en el partido sino que también estaba Austin, mi ex, a quien Xander tenía en frente con la pelota a sus pies. Éste pisó la pelota varias veces entre toques de campana breves con la suela de sus botínes, provocándole a su rival como si fuese un torero a su toro, de hecho mi ex era más grande y más fornido que él, solo le faltan los cuernos...

Austin se abalanzó a él y este punteó la pelota por entre medio de sus piernas, en un giro lo evadió cruzando por un lado,  furioso solo quedó paralizado viendo como Xander quedaba mano a mano con el portero y de un puntinazo terminaría colando la pelota en el ángulo. No me gustaba el futbol, pero Xander era bueno, había de vez en cuando un club que otro de la ciudad lo buscaba cada año pero él decidía rechazarlos. Decía que no le gustaba, que lo hacía por hobbie.

Yo aplaudí, y Lucila coreó el gol como si fuese una comentarista, yo le dí una palmadita en la mano ruborizada por cómo llamaba la atención de los pocos que estaban expectantes, sin duda la voz de ella no es muy agradable como para aguantar otro gol sin perder media capacidad auditiva. Éramos las únicas que lo habían festejado como si fuese algo oficial, además, el partido siguió, así que, al igual que el resto en la tribuna, (que se volvieron al partido negando con la cabeza con una intención clara de descontento por las molestias), debíamos estar atentas y más calladas que nunca.

En un momento de atención en el que divise cómo Xander evadía a otro chico alargando la pelota y atrayéndola hacia sí nuevamente para hacerle enredar al rival tanto física como mentalmente, pude tener la sensación de tener clavada la vista soslayada de Lucila en mi rostro.

Estrella VespertinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora