El inicio de una insana obsesión

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Semana uno…

—Oigan, ¿Alguien ha visto a Ethan?

—Mmm… No, parece se que ausentará de nuevo.

El profesor se masajeó la frente y con algo de pesar e irritación comenzó la clase.

Semana dos…

—¿Escucharon? Parece que de verdad Ethan enfermó.

—¡¿Qué?! ¿Fue muy grave?

Melina se preocupó debido a que su historial perfecto de años, había sido embarrado en el suelo. Sus notas que siempre habían sido ejemplares Únicamente sirvieron para poder pasar sus ausencias y graduarse de una manera extraordinariamente precaria.

Pero… ¿A qué se debía?

Con una sonrisa, giró la cabeza y miró a Kyle, quién para ella, cínicamente aparecía sin un solo atisbo de vergüenza o remordimiento. Desde que la separó de él, Ethan no volvió a ser el de antes.

Rechinó los dientes y salió del salón abruptamente en medio de la clase.

Biiiip, Biiiip, El número al que usted marcó…

—¡Diablos!

Se mordió la uña, y fue al salón de Iris. Al llegar se sorprendió debido a que una de sus compañeras le habló sobre su baja voluntaria.

—¿Es tonta o que? ¡Faltan dos semanas para la graduación!

—No lo sé, el profesor casi se volvió loco. A fin de cuentas se veía difícil que se graduara. Total… Según lo que mencionó parece que regresó a su ciudad natal.

Parecía ser urgente.

*****

Semana tres…

—Muy bien, gracias por todo profesores…

Iris regreso a la universidad para arreglar su papeleo y el de Ethan, y, para su sorpresa no tan sorprendente, alguien le cerró el paso apenas salir del plantel.

Puso los ojos en blanco y se quedó de pie con una expresión de hartazgo.

—¿Qué quieres?

—¿En donde está?

Preguntó Kyle con un ceño fruncido y una expresión llena de preocupación y urgencia. Iris se llenó de desdén y una sensación de satisfacción.

Con gracia y cierta burla articuló cada palabra.

—No, te importa.

 Al instante una rabia inmensa se disparó.

Con una tétrica sonrisa entrecerró los ojos y  dio dos pasos hacia ella.

—No interfieras, él es mío.

Iris entrecerró los ojos y apretó los dientes. Ethan desde ese día parecía una muñeca, hablaba, sonreía gentilmente y seguía con las labores que le correspondían en el departamento con normalidad, no obstante, no quiso volver ni de broma a la universidad.

No supo como lo hizo, pero los profesores le permitieron enviar las tareas y siguió contando todo sin problema. Pero, ella estaba muy consciente de ese cambio “sutil” en él. El como lloraba en silencio por las noches tan desconsoladamente y como ella únicamente podía quedarse en la puerta escuchando mientras su odio por Kyle se hacía cada vez más grande.

Ella con ese ácido en la garganta sonrió brillantemente y se cruzó de brazos con coquetería. Kyle frunció el ceño y ella disparó.

—Él me prefirió a mi. ¿Lo sabías no? Él y yo siempre hemos vivido juntos. Si permití que se acercara a ti solo fue por vanidad, sabía perfectamente que él regresaría conmigo.

Tu propuesta, la aceptaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora