SNStober 2022

18. Touch him and I'll kill you (NS)

Disclaimer: Naruto y todos sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.

Notas: Esta es una colección de drabbles sin relación entre sí que decidí escribir como colaboración al SNSmonth2022. Tendrá pequeñas historias tanto Narusasu como Sasunaru, y en cada capítulo indicaré las respectivas advertencias y si es SN o NS.

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Prompt 18: Touch him and I'll kill you (NS)

Advertencias: Este drabble se relaciona con mi historia "Vínculo", pero ocurre cuando Sasuke y Naruto todavía están en la Academia. Omegaverse leve.

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Naruto nunca pensó que comenzar sus estudios en la Academia fuera a cambiar tanto su vida de la noche a la mañana.

Claro, se visualizaba a sí mismo convirtiéndose en un gran ninja, consiguiendo el respeto de todos y demostrando que era una persona digna de ser tomada en cuenta, que no era ningún monstruo como muchos solían llamarlo. Quería hacer amigos, por supuesto, llevarse bien con todos en su clase. Sin embargo, nunca se le hubiera ocurrido encontrar a alguien como Sasuke.

Lo conocía desde hace algunos meses, cuando el pelinegro lo había declarado suyo el primer día de clases, y desde entonces eran prácticamente inseparables. Si Naruto pudiera describirlo de alguna manera, diría que Sasuke era su mejor amigo.

El Uchiha siempre le llevaba algo de comer, siempre lo acompañaba de un lugar a otro, y parecía disfrutar genuinamente de su compañía. Sí, había logrado acercarse a otros de sus compañeros, como Shikamaru y Chouji, pero ninguno era como Sasuke. Además, Sasuke tenía un olor muy agradable que le hacía sentir seguro, y se preocupaba por él. Por primera vez tenía a alguien que se preocupara por él, por lo que hacía, por cómo se sentía. Sasuke era nada menos que único.

Claro, tenían algunas diferencias y discutían de vez en cuando, pero ninguna de esas cosas lograba separarlos. Naruto estaba seguro de que serían mejores amigos por siempre.

Con esos positivos pensamientos en mente, anduvo por los pasillos, buscando a su amigo, hasta que unas sombras aparecieron detrás de él.

—Hey, ¿no eres tú el niño demonio?

Naruto se giró inmediatamente, sorprendido por verse repentinamente acorralado. Eran tres chicos, también estudiantes, y debían tener unos diez años. No era mucho, pero seguían siendo al menos dos años mayor que él.

—Déjame en paz. —le dijo al que le habló de primero e intentó marcharse, pero otro de los chicos lo sujetó del brazo.

— ¿A dónde te crees que vas? —le gruñó.

El rubio se retorció, intentando librarse del agarre.

—En este lugar no deberían aceptar monstruos. Al menos eso es lo que dijo mi padre. —comentó el tercero, observando con burla en su mirar cómo Naruto intentaba patearlos para que lo dejaran ir.

— ¡Sí! Deberíamos darle una lección.

Ya se lo veía venir. Siempre era lo mismo. Ya fuera en la calle o en la Academia, la gente lo trataba como si valiera menos que la tierra que pisaban. De hecho, le extrañaba que no hubiera encontrado problemas antes aquí.

Entonces, de la nada, una bola de fuego los rodeó y espanto a los tres mayores, quienes se giraron asustados en dirección del ataque.

— ¡Tóquenlo y los mato!

Naruto miró con los ojos abiertos como platos a su salvador, seguidamente soltando un gemido de dolor cuando sus agresores lo empujaron contra el piso antes de salir corriendo de ahí. Un ataque de una bola de fuego por parte de un Uchiha no era algo que quisieran experimentar de nuevo. Además, incluso sin haber despertado el sharingan, la mirada de Sasuke podría aterrorizar a cualquiera.

— ¡Sasuke! —Naruto sonrió, poniéndose de pie y corriendo en su dirección.

— ¿Estás bien? —le preguntó este inmediatamente, inspeccionándolo con los ojos en busca de cualquier rasguño.

El rubio asintió energéticamente.

—Bien. —Sasuke suspiró e inmediatamente su mirada cambió a una de fastidio. — ¿Qué no puedes dejar de meterte en problemas?

— ¡Hey! —se quejó. —Podría haberme encargado de ellos solo. —se cruzó de brazos, ofendido.

—Se nota. —respondió con sarcasmo el Uchiha.

Discutieron un rato más y luego fueron a almorzar juntos, como era costumbre. Pero esa sensación cálida en el pecho de Naruto al saber que a Sasuke le importaba su bienestar no se iba, y ojalá se quedara ahí por mucho, mucho tiempo.

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