Lee Minho, el Detective y Criminólogo más famoso y mejor pagado en Corea de Sur, queda a cargo del caso de la pequeña Park Yang Mi, quien es una víctima más de el criminal más buscado, J.One, el responsable de los asesinatos más crueles, y despiadad...
-Lárgate, no sirves para nada ~dijo el peliazul con tono molesto, tronó los dedos quitando al otro chico de la silla que estaba frente a un computador para sentarse ahora él en ella y hacer el trabajo que no hicieron~ Si quieres que algo se haga bien, hazlo tú mismo... ~dijo para él solo~
Ahora J. One se encontraba tratando de hackear el sistema de archivos de Riddle Set, la compañía de detectives más famosa de Corea, la cuál había estado años detrás de él sin tener éxito, y como si no fuera nada, en menos de 2 minutos logró entrar al operativo.
-¿Tan difícil era hacer eso? ~volteó viendo al chico a su lado al cuál le había encargado esa tarea, después rodó los ojos y volvió su vista al computador~ A ver, que tenemos aquí... ~buscaba algo interesante dentro de los documentos~ ¡NO PUEDE SER! ~alertó a los otros dos~ ¡Se tragaron completita mi trampa! ~empezó a reír fuertemente recargado a la silla, después se volvió a sentar bien~
Miró al chico a su lado que tenía exactamente el cabello del mismo tono azul que J. One, quien le había ordenado teñirselo para hacerse pasar por él, lo cuál funcionó, ya que ahora los detectives tenían fotos del chico creyendo que habían captado a J. One sin máscara, y lo que habían celebrado no era un paso más para ellos, era más bien una jugada del peliazul.
-Después de tantos años persiguiendome al parecer no terminan de conocerme, lo lamento mucho por ustedes...
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Eran las 8:00 am, Changbin y Chang Kyun se encontraban camino a casa de Chan, pasarían por él para ir a desayunar juntos a casa de Hyunjin como había dicho la noche anterior, estaban llegando a casa del rubio, Changbin estaba por estacionar el auto cuándo se dieron cuenta de algo, el auto del Señor Kim estaba estacionado justo en la cochera de la casa, junto al auto de Chan, se extrañaron un poco pero no le tomaron tanta importancia, al estacionar el choce bajaron y tocaron la puerta, unos segundos después ésta fue abierta, se trataba precisamente del Señor Kim, su jefe en la casa de su compañero de trabajo
-¿Señor Kim?
-E-eh, y-yo... Vine a ver como estaba Chan ~habló rápidamente y luego pauso unos segundos, para después continuar~ Tenemos que trabajar rápidamente en el caso, tengo que precionarlo... ~volteó su mirada hacia otro lado pensando en que acababa de decir~
-Emm... De acuerdo... ¿Y Chan?
-Está en la cocina ~se hizo a un lado para que los dos chicos pasaron, y eso hicieron, sentándose en la sala~
-A- ~pauso rápidamente interrumpiendo lo que iba a decir y rápidamente cambió la palabra~ ¡Al parecer tienes visitas Chan, los chicos están aquí! ~habló medio nervioso~
