Cuarto Mensaje

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Presionaba nuevamente el botón de su celular para iluminar la pantalla y así ver la hora 4:15 AM. Con esta era la quinta noche que no podía dormir bien. Había algo que lo mantenía perturbado impidiéndole reposar. Voces, voces que lo llamaban por su nombre. Al principio había pensado que era su imaginación o autosugestión, pero con la persistencia de aquellos sonidos todo fue tornándose más real.


Todo empeoraba cuando recordaba que Sasuke no se había comunicado con el en mas de una semana ¿Acaso ya no le importaba? Solo ese pensamiento bastaba para deprimirlo. Se acomodo sobre la cama y abrazo sus piernas. Deslizo su dedo por la pantalla del celular hasta que encontró lo que buscaba. Aunque no le gustara aceptarlo todo aquello comenzaba a darle miedo y como nunca extrañaba a su novio, así que lo llamo nuevamente.


(Sonido de llamada)


*Por el momento su llamada no puede ser conectada, deje su mensaje de voz luego del tono*


*Beeeep*

"Mmmm..... este.... No olvídalo... nunca me creerías...."

*Beeeep*


Cuando la llamada había dado nuevamente al buzón, el impulso de hablarle se había desvanecido, de todas formas no era como si su novio se preocupara por el. Oculto su rostro entre sus rodillas y las apretó con fuerza... aquello nuevamente lo llamaba...


-Na ru to-

Un molesto sonido agudo lo despertaba, no sabia en que momento había podido dormir nuevamente. Vio la pantalla de su celular 8:45 AM –Wow si que dormí- se dijo con sorpresa ya que usualmente había comenzado a dormir como 3 horas diarias. Se estiro un poco y decidió Salir de la cama, su estomago le decía que le diera alimento.


Se detuvo frente al espejo del ropero, su piel dejaba ver pequeñas marcas oscuras bajo sus ojos –Diablos- bufo mientras buscaba un pequeño recipiente de crema. Temari se la había regalado para su cumpleaños el año anterior y había pensado en que jamás la usaría pero tampoco quería lucir demacrado cuando Sasuke regresara. Busco en los cajones pequeños del ropero y hasta el fondo pudo tocar un pequeño recipiente ovalado así que metió la mano hasta donde pudo – ¡Ja! Ninguna crema podrá contra mi- dijo al tenerla triunfante en sus manos.


Cuando se dispuso a verse nuevamente en el espejo para colocarse un poco de crema, su piel se congelo en un instante. Sus ojos se abrieron como platos y sus ojos azules quedaron fijos sobre aquella superficie. Veía su cabello rubio y su piel morena pero sus ojos era de un negro profundo y su sonrisa se deformaba en una mueca rasgada que rápidamente le puso los pelos de punta y lo hizo retroceder haciéndolo caer de espaldas en el suelo.


-Tranquilízate Naruto, todo está en tu imaginación- se repetía tratándose de levantar.


Aunque con un poco de temor, se levantó para verse nuevamente en el espejo. Lo primero que vio fueron sus ojos azules  aun demostrando un poco de miedo. Salió rápidamente al baño, una ducha fría lo haría sentir mejor.


Luego de unos minutos bajo la regadera su mente pareció despejarse un poco y decidió olvidar el incidente. Salió del baño secándose el pelo con una toalla, ese día no saldría así que solo se había dejado los pantalones del pijama desenfadados en su cadera. Paso frente a las gradas que van hacia el ático –Maldito lugar- pensó y rápidamente desvió su mirada. Todo había empeorado desde que había entrado a ese cuarto.

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