Sexto Mensaje

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No sabia exactamente en que momento se había dormido por segunda vez, su cansancio era tal que no le había importado los sucesos extraños de la noche anterior. Se levanto con cuidado, su cuerpo se sentía pesado. Vio a su alrededor y la luz del sol entraba entre las cortinas de su cuarto iluminándolo un poco. El silencio era su mejor amigo en esos momentos, por lo menos su cabeza no dolía.



Bajo los pies de la cama y los puso sobre el suelo. Lo cálido de la alfombra lo confortaba, su cuerpo estaba un poco frio. Revolvió su cabello rubio mientras se levantaba y comenzaba a caminar al baño.

Todo en la casa era silencio, solo se escuchaban sus pasos por el piso de madera. Llego al baño, abrió el grifo del agua y se lavo la cara. Levanto el rostro y vio su reflejo sobre el espejo del baño. Sus ojeras eran cada vez mas oscuras, pero por lo menos anoche había podido dormir un poco –El té de esa señora si que es bueno- reflexiono.

No tenía mucha hambre, así que fue a la cocina solo para prepararse servirse un poco de jugo. Llego a la cocina y fue hacia el pantry, saco un vaso y fue hacia el refrigerador. Sus ojos se abrieron de par en par y el silencio fue interrumpido por el sonido del vaso quebrándose luego que resbalara de la mano de Naruto.

Frente a él habían dos personas en el desayunador. De espaldas estaba Sasuke, reconocería a su novio donde fuera y la otra persona era... -¿Soy yo?- dijo retrocediendo un paso, hubiera parecido que la ilusión había durado varios minutos, pero todo fue en un par de segundos casi en un abrir y cerrar de ojos, luego habían desaparecido.

-Necesito dormir-ttebayo- se dijo mientras se daba unas palmaditas en las mejillas para terminar de despertar.

Vio los pedazos de vidrio en el suelo y comenzó a limpiar, era peligroso dejarlo ahí. Al terminar saco otro vaso y se sirvió por fin un poco de jugo de naranja. Vio por la ventana de la cocina y el sol resplandecía, así que tomo su jugo y salió a ver sus flores, las tenia un poco descuidadas, pero les había puesto un poco de abono, así que tendrían que estar un poco recuperadas.

Llego a la entrada de la casa y la frescura de la mañana toco su piel. Vio a su alrededor y la imagen era desconcertante. Las flores no habían mejorado en nada, incluso las pocas que todavía mantenían sus colores ahora eran solo tallos y hojas secas sin vida. Las flores se habían marchitado por completo -¿Qué hago aquí yo solo?- se pregunto estrujando el vaso en su mano –Todo... todo esta saliendo tan mal- sollozo mientras una enorme nostalgia lo inundaba.

Desde que se había quedado solo todo se había transformado en una pesadilla y sobre todo Sasuke no se había comunicado con él por más de 15 días. No lo comprendía, que tenia de diferente este viaje. No era la primera vez que se quedaba solo desde que su novio había comenzado con las expediciones, tampoco era primera vez que se quedaba solo en la casa. Así que... ¿Qué estaba pasando?

Entro nuevamente a la casa, ya ni siquiera su jardín le daba alegría o color a sus días y el único que podía solucionar todo con solo mencionar su nombre, no estaba –Infeliz, me las pagaras cuando regreses teme- reprocho. Limpio una lagrima que se había escapado del marco de su ojo e inhalando aire, dejo de pensar en sus plantas y todo lo negativo.

Decidió que ese día trataría de no pensar en sus noches raras. Todo estaba en su mente y solo necesitaba dormir, así que esa noche tomaría una taza de té y se olvidaría de todo. Recordó que ahora disponía de un nuevo cuarto y había muchas posibilidades para hacerlo un espacio mas divertido y sobre todo mas iluminado. Desde que se habían mudado las ideas para rediseñar el ático lo habían ilusionado, pero como Marisa nunca sacaba las cosas, nuca lo había podido hacer realidad.

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