Séptimo Mensaje

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Dentro de la casa se percibía un ambiente pesado y frio. El reloj de la cocina marcaba las 6:45 de la mañana y todo parecía estar en calma, pero solamente lo parecía. De trasfondo de toda aquella tranquilidad había un susurro casi imperceptible que recorría como una ventisca gélida el corredor principal. Era un ruido que parecía bajar del ático y girar hacia el cuarto principal, hacia el cuarto donde Naruto todavía parecía dormir. Cada uno de los espejos estaban cubiertos, Naruto se había encargado de eso el día anterior.

El sonido que provenía de los espejos, era como si algo al otro lado de las mantas llamara a alguien o más bien era como si algo quisiera salir. El eco de aquel nombre atravesó la puerta del cuarto sin mayor problema, encontrándose con un espacio oscuro y quieto. Sobre la cama Naruto pareció moverse para cambiar de lado sin percatarse de lo que estaba cerca.

El sol comenzaba a filtrarse por la ventana, pero la calidez de sus rayos parecían perderse entre la frialdad de un susurro, de un nombre. Naruto se movió nuevamente, algo había comenzado a perturbarlo dentro de su estado de sueño. Un escalofrió que recorría lentamente su piel le advertía que necesitaba arroparse, pero cuando estiro su brazo en busca de su cobertor encontró otra cosa. Sus dedos rozaron algo que parecía ser un cubo de hielo haciendo que abriera sus ojos para ver que podría ser.

Cuando abrió sus ojos en busca de lo que su mano había tocado vio un rostro, pero no cualquier rostro, era su propia cara, su expresión era diferente, sus ojos estaban totalmente negros. Naruto no comprendía lo que pasaba y pensó que todavía estaba soñando. Lentamente aquel rostro comenzó a abrir la boca de manera exagerada y tétrica. Naruto ni siquiera podía quitar su mano, su cuerpo no reaccionaba y de la boca oscura y nefasta de su copia comenzaba a salir algo, el corazón de Naruto no podía latir más fuerte. Su nombre comenzó a sonar por todo el cuarto "Naruto, Naruto, Naruto" sonando la ultima vez de forma fría en su oído izquierdo. Despertó de un salto sobre su cama.

-¿Que diablos?- dijo el rubio sentándose y viendo hacia todos lados desesperado mientras entraba en razón y concluía que todo había sido un sueño.

Paso la mano sobre su frente haciendo su cabello hacia atrás y se percato que estaba sudando. Su corazón no había dejado de latir con fuerza, aquella había sido una horrible pesadilla. Se dejo caer nuevamente sobre su cama con los brazos abiertos, cada vez se sentía mas cansado y solo quería que llegara el día en que Sasuke regresara, tal vez con otra persona en la casa todo terminaría.

Se quedo unos cuantos minutos viendo el techo de su cuarto, no tenía ganas de hacer nada. Sus plantas estaban muertas y por mas que lo intentara no las podía salvar. Había terminado de arreglar el baño hace un par de días atrás y no tenía ganas de remodelar nada más. Solo el recordar lo que paso con sus bocetos anteriores le daba rabia y fatiga. Al parecer todo lo que amaba había desaparecido, incluido su novio.

Lo había decidido, se quedaría tirado en la cama por todo el día. Ni siquiera tenía hambre y no tenia motivos para levantarse así que tomo su cobertor y se arropo para acomodarse y no levantarse en todo el día. Eso, hasta que sonó el timbre de la puerta. Naruto trato de no prestarle atención pero cada vez el sonido era más constante. Tomo su celular y vio la hora 8:34 AM -¿Quién podría ser a esta hora?- pensó mientras decidía si levantarse o no. En ese momento tocaron insistentemente 5 veces seguidas...

-Espero que el mundo se este acabando para que toquen así- refunfuño mientras se levantaba molesto.

Acomodo su pantalón y camisa del pijama y se dirigió a la puerta principal. Revolvió un poco su rebelde cabello, tomo las llaves que habían quedado en uno de los sillones la noche anterior y la coloco en la cerradura. Al abrir la puerta vio a alguien que pensó no volvería a ver jamás o por lo menos eso había esperado ya que no era para nada de su agrado.

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