Capitulo 2

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Alexei llegó corriendo a la cocina al escuchar disparos y movimiento fuera de la casa. Apenas entró, un nombre salió de su boca con un grito:

-¡MELINA!

La mujer estaba tendida en el suelo, tenía una herida de bala en un costado, un poco más abajo de la costilla, no estaba seguro de cuanta sangre había perdido, pero lo más seguro era que no lo lograría...

-Cielo-Alexei se arrodilló a su lado-Por favor, resiste-Tomó un trapo y lo puso sobre la herida-Haz presión con esto, ¿Ok?

-¡Mamá!-Yelena también se acercó a la pelinegra.

-¡Me las van a pagar!-Se levantó de el suelo, tomó el arma que estaba oculta en la alacena y salió en busca de los atacantes.

-Hija...-Melina apenas podía hablar, ya sentía como se quedaba sin fuerzas-Te amo...

-¡No! No digas eso, te vas a salvar, ¡Quedate conmigo! Vas a estar bien, te lo prometo, ¡Por favor, no te rindas! El dolor te hace fuerte, ¿Recuerdas?

-No... Cariño... El dolor realmente no te hace fuerte... Tu misma debes hacerlo... Se que te hiciste daño por que creías que eso te haría fuerte... Por que yo te enseñé eso... Perdón-Como ella ya no hacía presión en la herida, Yelena tuvo que hacerlo-Y perdón por no haberte protegido cuando debí hacerlo...

-No, no, no, no te disculpes, ¡Vas a vivir!¿Me entendiste?

-Mi niña...-Acarició con cariño la mejilla de la rubia-Lograron robar tu corazón-Soltó una pequeña lagrima-Tienes que recuperarlo-Su voz cada vez se hacía más y más debil, eso solo hizo que la ansiedad de la rusa creciera-Te... Amo...-Exhalo una última bocada de aire antes de morir desangrada.

-Mamá... No te atrevas, ¡No puedes irte!¡No ahora! Por favor, no me hagas esto...-Le habló con una pequeña esperanza de que reaccionara, pero no lo hizo-¡ALEXEI!

El hombre no encontró a nadie en la casa o en los alrededores, los espías se habían ido, y el granero de su esposa estaba ardiendo en llamas. No entendía nada, ¿Por que hacer eso?¿Que querían con ellos?

Tuvo que volver a la casa cuando escuchó el grito de su hija, apenas entró deseó no haberlo hecho.

Yelena estaba impacible en el suelo, lloraba desconsolada aferrandose al cuerpo sin vida de su madre, sin importarle que su ropa estuviera llenandose de su sangre.

-Nena-Se hincó para quedar a su altura-Ven, tengo que sacarte de aqui-La tomó con cuidado de los antebrazos y trató de hacer que se levantara del suelo.

-¡No!¡Quiero quedarme con ella!-Forcejeó para que la soltara.

-Lena...

-¡Tenemos que llevarnosla!¡Por favor!-Trató de correr hacía el cuerpo de su madre, pero Alexei la rodeó con los brazos para retenerla.

-Hija, mirame, por favor...

-¡Aun podemos salvarla!

-Yelena-La sostuvo por los brazos con fuerza para que lo mirara-Cariño, ya no está.

-¡NO...!-Apretó los puños-¡Digas eso!

-Se ha ido.

-¡No!-Volvió a sollozar de forma todavía más desgarradora-No...-Se derrumbó por completo, de no ser por que Alexei la abrazó seguramente habría caído al suelo.

-Se... Se ha ido...-Se permitió llorar también la muerte de la madre de sus hijas.

[...]

Realmente le costó convencer a Yelena de irse de ese lugar, sabía que ella querría estar junto a su mamá, pero ese lugar ya no era seguro. Como parte de su plan de contingencia – Que tenían fijado por si algún dia se presentaba una situación como esa –, tomó los pasaportes, identificaciones y el dinero que tenían guardado. Cubrió el cuerpo con una manta y salieron de la casa.

Ninguno de los 2 dijo nada en todo el trayecto, en realidad no había nada de que hablar, no necesitaban palabras, Yelena sabía muy dentro de ella que era su culpa, por que esos agentes que los emboscaron no podrían ser de nadie más que de Valentina.

Alexei se sintió impotente, debil, igual que en Cuba, cuando lo apartaron de sus niñas, otra vez la vida le estaba arrebatando lo que amaba. Pero esta vez no iba a ser debil, iba a ser el hombre fuerte que sus hijas siempre creyeron que era, tenía que serlo por Yelena, ella iba a necesitarlo más que nunca, lo sabía.

Se instalaron en un hotel genérico y económico de la ciudad, ese no necesitaba que les dieras una identificación ni nada de eso, solo das tu paga y listo, sin vueltas.

Pasaron la peor noche de todas, Alexei no durmió tratando de calmar a Yelena que no paraba de llorar. Y asi pasaron muchos dias, ninguno de los 2 lograba dormir, tampoco se atrevían a hablar sobre lo que pasó, todo fue silencios incómodos y noches en vela.

En una de esas noches, Yelena no quiso quedarse en la habitación y que Alexei tuviera que aguantar otra vez sus ataques ahora que estaba consiguiendo conciliar el sueño, entonces se encerró en su auto mientras el dormía en la habitación.

-Siempre tu y yo...

No pudo evitar pensar en Bucky, en lo mucho que necesitaba que estuviera con ella, que la abrazara, que le repitiera que todo iba a estar bien. Pero nada de eso era posible ya, por que ella lo alejó, igual que alejaba a todos.

Todo estaba saliendo mal, era lo único que podía decir. Melina estaba muerta por su culpa, y muy probablemente no se detendrían hasta acabar también con Alexei, y luego la matarían a ella. No podía pedir ayuda a los vengadores, ellos ahora la odiaban, sobre todo James.

Con todo eso en su cabeza, la presión que sentía en el pecho creció, golpeó el tablero del auto y soltó un grito que hizo que su garganta picara, en un intento por controlar la ansiedad que sentía.

Tuvo que hacer un intento por controlarse cuando notó que estaba llamando la atención de los peatones, aunque fue difícil para ella hacerlo sola, pues siempre eran Melina o Natasha quienes la ayudaban en esas situaciones, aun asi hizo su mayor esfuerzo por contener su llanto.

-¿Que hago?¿Que hago?¿Que hago?-Se pasó las manos por el cabello jalando sus mechones.

[...]

-Buenas noches-La rubia se acercó a la recepción.

-Hola, ¿Saldrá a esta hora, señorita?-Le preguntó el joven que atendía al notar el bolso que tenía sobre su hombro.

-Si, tengo... Algo que resolver, ¿Podría...?-Sacó un sobre de el bolsillo de su chamarra-¿Darle esto al hombre del 526?

-Por supuesto.

-Gracias.

-A usted. Cuidese, hasta luego.

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