El crimen perfecto

Capitulo 7

Bucky pasó la que fue seguramente la peor noche de su vida – Y vaya que había tenido malas noches –, bebió más vasos de whiskey de los que podía contar, mientras sus compañeros debatian hipótesis sobre el paradero de Yelena.

No se halló nada.

No podían rastrear su celular, no tenían las placas del auto, y tampoco sabían si tenía enemigos que quisieran dañarla. Ningún sospechoso, y en definitiva, ninguna pista sobre ella.

El soldado ya estaba demasiado nervioso, y furioso. Pero no con alguien externo, si no consigo mismo.

¿Hacía falta que estuviera en peligro para darse cuenta de que la extrañaba? Definitivamente no, pero fue muy terco para darse cuenta, solo pudo pensar en lo mucho que la odiaba – O más bien, lo mucho que quería odiarla –.

Eres un imbecil, James. Se reprochó, mientras se terminaba otro vaso de whisky e inmediatamente de servía otro, ignorando por completo la discusión a su alrededor.

-Creo que se quien lo hizo-Dijo Clint de repente, haciendo que todas las miradas en el salón, incluyendo la de James, fueran hacia él-Antes de traerla aqui, la encontré en un bar, me senté junto a ella, charlamos y... Me contó de una mujer: Valentina Allegra de Fontaine. Ella la reclutó con la promesa de guiarla al responsable de la muerte de Natasha... Solo la estaba engañando, la estaba utilizando-Hizo una pausa-Luego de que... Yelena se negara a matar a Wanda, esa mujer decidió que, si no estaba con ella, estaba contra ella. Atacó su casa en San Petesburgo, y mató a Melina, mató a su madre... Y ahora, es probable que quiera matarla a ella también, o peor.

¿Y tú qué crees?¿Qué yo no he sufrido?¡Temo por mi vida justo ahora! Y entonces, todo lo que estaba diciendo Clint cobró sentido.

Ella misma se lo dijo...

Fue el colmo para él. Y en medio de su cólera, estrelló contra el suelo el vaso de whisky que tenía en la mano, haciendo volar pequeños pedazos de vidrio que se esparcieron por el suelo, junto con un poco de el alcohol que aun quedaba dentro de el vaso.

Todos se sobresaltaron por la repentina acción de Bucky, pero nadie se atrevió a decir algo o siquiera moverse de su sitio. Simplemente se quedaron congelados al verlo en ese estado.

-Esto es una locura...-Su voz sonó ronca, profunda, casi como si no fuera él mismo por un segundo.

¿Qué me estás haciendo, Yelena Belova? Pensó al darse cuenta nuevamente de el efecto que causaba en el.

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-Eres una sucia traidora, estafadora, hipócrita, doble cara, mustia y además una perra. Pudimos ser amigas-Sharon hizo su mejor intento por evitar tanto las palabras de Yelena como su mirada de reproche-¿Ni siquiera vas a mirarme? Claro que no, ¡no puedes!

-No suelo responder cuando una persona me insulta.

-¡Confié en ti, Sharon! Creía que estabas de mi lado... Bucky creía que estabas de su lado-La contraria bajó la mirada en cuanto mencionó al soldado-Si, el confiaba en ti, ¿cómo pudiste traicionarlo de esa manera?¿No estabas taaan enamorada de el?

-¿No estamos siendo algo hipócritas? No estás en posición de decirme que debo o no hacer. Después de todo, tu hiciste lo mismo, y el si te amaba a ti.

-¡Basta!-Valentina habló desde el otro lado de la sala-Solo ignorala, Carter.

-Tu callate, que también estoy enojada contigo.

-Lo se.

-¿Y ahora qué?¿Vas a usar tus artefactos de tortura de supervillano?

-Tal vez.

-¿Qué?¿Me harás escuchar musica de Maná? Porque, ahora que lo pienso, eso si sería una...-Fingió escalofríos-Horrible tortura.

-Frío-De repente, se dió cuenta de que en sus manos había una jeringa.

-¿Me vas a drogar para sacarme los riñones?

-Frío. Walker, la mordaza-El rubio acató sus ordenes de inmediato, acercandose a la silla donde tenían a Yelena con un trozo de tela en sus manos.

-Oye, en otras circunstancias, esto sería super excitante-Bromeó la rubia-La verdad no me caes muy bien, pero si me lo pides bien, yo si te la...-Quedó silenciada cuando usó la amordazó con la tela y la ató detrás de su cabeza con un nudo apretado.

-Buen intento, pero tengo esposa-Dicho esto, se alejó de la chica y volvió a su posición junto a los demás del equipo.

-Gracias, John-Agradeció antes de pararse frente a Yelena-¿Sabes qué es esto?-Le mostró la jeringa que tenía en sus manos, la rusa negó con la cabeza, al no poder hablar-Bueno, no es tán difícil de explicar. No se si te diste cuenta mientras llorabas la muerte de tu mami falsa, pero esa noche... Algo desapareció de su laboratorio, algo muy especial... Es verdaderamente una pena, por que... ¿Qué pasaría si ese compuesto que usa para controlar a sus cerdos terminara en manos erróneas?

Yelena palideció cuando Fontaine espetó esas últimas palabras. Entonces entendió que era lo que contenía esa jeringa.

Negó con la cabeza múltiples veces, mientras su respiración y pulso cardíaco se aceleraron considerablemente en unos pocos segundos.

-Veo que ya nos entendemos. Ahora, tenemos 2 opciones, está la manera fácil o la difícil-Sacó de su bolsillo un arma cargada, sosteniendola frente a la chica junto con la jeringa-Tú dime, ¿cuál prefieres?-Yelena se retorció con fuerza en un intento por librarse de sus ataduras, y al no conseguirlo, optó por gritar con todas sus fuerzas, con la esperanza de que alguien la escuchara. Valentina reaccionó al instante, disparó el arma justo a un lado de su oído, arrancandole un grito horrorizado-¡Nadie te va a escuchar! Es inútil.

En ese momento, solo pudo pensar en la última vez que se había sentido tan indefensa, y llegó a su mente la habitación roja... Dreykov... Solo él había conseguido quebrarla de esa manera, y lo hizo por que ella le tenía mucho miedo. Y ahora, Fontaine le estaba inculcando ese mismo miedo.

Ante esto, solo pudo llorar desconsoladamente, presa de el terror tan profundo que estaba sintiendo.

-Descuida, no voy a matarte... No así-Guardó de vuelta el arma-Eres un elemento muy importante, Yelena, sería muy estúpido de mi parte desperdiciar todo tu potencial. Entonces, ten por seguro que vivirás, pero con una condición... Tu voluntad ahora me pertenece.

Un pinchazo...

Y negro...