Día 20 - Piel

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Día 20 - Piel

Shaoran

No me había dado cuenta de las muchas ganas que tenía de hacer esto con ella, dejarla callada, pero no creí que funcionaria con este beso que poco a poco exigía más. No quería separarme de sus labios, no quería frenar esto.

Pero ya era tiempo y decidí finalizar aquello lentamente, sin soltar mis manos de su rostro, esta vez las mantuve ahí suavemente y ella no dejaba de mirarme a los ojos. Sabía que me gustaba su color, el verde siempre ha sido mi favorito, pero en ese momento los veía de otra forma.

Y cuando me doy cuenta de que ella retomó lo que estábamos haciendo, simplemente me dejé llevar. Sus besos podrían volverse adictivos, deliciosos, pero por sobre todo me encendían. No dude más y decidí tomarla de las piernas y encaminarla hasta su habitación.

Lo siento, no soy de fierro. Y estoy prendidísimo con ella.

No parabamos de besarnos mientras la depositaba en su cama. No ví ningún rastro de querer asesinarme así que eso me dio el valor para seguir explorando por toda su piel.

Ninguno habló más. Yo me dedicaba a recorrer su cuerpo con mis manos y ella me regalaba suspiros que me tenían agonizando. Quería devorarme a Sakura.

Sus manos también jugaban conmigo. Intruseaban mi cuerpo sin ningún pudor hasta que tocó aquello y cerré mis ojos. Tuve miedo por un momento, pensando en que quizás me arrancaría los huevos, pero cuando empezó a masajearlos suspiré, y ataqué de vuelta. Sin pedir permiso siquiera, arranqué su ropa interior y fui directamente a saborear su clítoris. Desde mi ángulo podía ver como ella cerraba sus ojos y disfrutaba de mi lengua y mis movimientos. Sus manos se posaron en mi cabello y me dediqué de lleno a satisfacer a mi vecina. Introduje uno de mis dedos y de su boca solo salió un "sigue".

Sentí como agonizaba y su cuerpo se estremecía.

一¿Tienes condones? 一pregunté extasiado, recordé que los míos estaban por ahí perdidos en mi departamento. No quería ir a buscarlos porque la situación se podría enfriar.

一Allí... en el cajón de esa mesa... 一dijo aún reponiendose de su orgasmo.

Busqué con algo de brusquedad hasta encontrar la cajita de profilácticos. Saqué uno, lo abrí rápidamente y me lo coloqué. No iba a esperar una mirada de ella de arrepentimiento o algo, así que me coloqué entre sus piernas y fui directamente a la acción. La besé como nunca, me sacie de ella. Esta mujer simplemente me había vuelto loco. Y me descolocaba. Además comenzaba a gustarme escuchar sus gemidos en mi oído, sus manos sobre mi espalda y como dejaba las marcas de sus uñas. Decidí separarme un poco de ella, tomar sus piernas y colocarlas sobre mis hombros. Con eso ella podría sentirme mucho más y yo no me iba a detener, quería explotar y sentirme satisfecho.

Extasiado caí en la cama y trataba de regular mi respiración. Retire el condón y Sakura seguía ahí respirando agitadamente. Aproveché ese momento para ir hasta el baño y poder botar aquello y beber también un poco de agua.

Al volver y verla ahí con su cabello desparramado sobre la almohada, con sus mejillas sonrojadas, sus ojos cerrados y la respiración más suave sentí el deseo de que esto se volviera a repetir. Con Sakura, mi vecina castaña... ¡Mierda, que estaba sucediendo!

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Notas de Autor:
Ahí tienen, para que empiecen bien su día jajaja.

Reto Fictober 2022 - VecinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora