-¡¡AHHHHHHH!!- gritaba Agatha.
De pronto, cayó al suelo. Se levantó y limpió.
-Puaj, ¡qué mal huele!- Agatha estaba cubierta de barro. - Mi uniforme. Ya verás lo que me dirán papá y mamá al llegar a casa.- miró a los lados- Un momento, esto no es Londres, ¿dónde estoy?- se hacía Agatha la misma pregunta que se había hecho Vivian.
Cogió su teléfono y vio que no había señal. -¡Oh Dios mío!- exclamó tapándose la boca con las manos. Agatha empezó a llorar y a dramatizar la situación. No encontraba la manera para llegar a casa porque tampoco sabía dónde estaba ni qué hacía ahí.
-Recuerdo...- empezó a hablar para sí misma en alto- Estaba con las chicas en el colegio. También recuerdo un collar que era una llave- recordaba vagamente lo que habían pasado en las últimas 72 horas aunque para los demás no había pasado ni un día.
Ninguno de sus padres estaba preocupado porque no volvieran a casa porque para ellos seguían en el mismo día que cuando las chicas del Jane Austen habían descubierto la máquina del tiempo y las había llevado a todas a una época diferente.
Agatha miró para un lado y para otro. Llorando sin parar. Escuchó a un caballo y se dio cuenta de que estaba en un establo.
-Supongo que este es el fin- dramatizó Agatha aún más mientras se tumbaba entre la paja del establo hasta quedarse dormida entre lágrimas.
*****
-Disculpe
-Cinco minutos más, mami- dijo Agatha adormilada.
-No sé quién es tu madre pero si te sirve de consuelo, yo no tengo madre.Agatha levantó la mirada y vio a un chico con la cara sucia, descalzo y la ropa prácticamente ropa. Agatha pegó un salto del susto.
El chico se dio cuenta de la reacción de ella al verle.
-Lo siento, no pretendía asustarla
-¿Quién eres tú?- preguntó Agatha
-Yo te iba a hacer la misma pregunta
-Yo he preguntado antes
-Me llaman Joan el Truhan- respondió con orgullo e ímpetu
-¿Joan el Truhan?- empezó a reírse -¿Quién te llama así?Joan, cabizbajo respondió: Todo el mundo.
Agatha al ver la cara de Joan se disculpó.
-Lo siento mucho no era mi intención.
-Nada, no te preocupes - se dio la vuelta para salir del establo. Agatha agarró a Joan del brazo al ver que quería irse.
-Yo me llamo Agatha pero me suelen llamar Aggie- Joan empezó a reírse a carcajadas.- Ehh, ¿por qué te ríes?.
-¿Aggie?. Ja, ja, ja, ja, ja. Luego tú eres de que me llamen Joan el Truhan cuando tú tienes nombre de perro.
-No es verdad- dijo enfadada
-Lo que tú digas, Aggie.- siguió riéndose sin hacer un ademán de disimular.
-A ti todo el mundo te llamará así, al igual que a mí Aggie.
-¿Tus amos te pusieron ese nombre?
-¡¿Mis qué...?!- preguntó horrorizada- ¿Cómo que amos?. ¿Quién te has creído que soy?. ¿Yo no soy de aquí?
-Y, ¿de dónde eres entonces
-Vengo de Londres, concretamente de Mayfair.
-¿¿Ehhh??
-¿No sabes dónde está Londres?
-No
-¿No sabes dónde está Londres?. Me tomas el pelo.
-No sé qué es Londres ni sé dónde está.
-Me presento soy Agatha Gray, condesa de WickhamJoan empezó a reír de nuevo.
-Pero bueno, ¿a ti qué te pasa?
-¿Cómo vas a ser condesa si estás en este establo?. Me diviertes mucho Aggie condesa de no sé qué. Si supiera escribir, escribiría una novela sobre ti ja, ja, ja, ja.
-¿No sabes leer?
-No
-Oh- no sabía qué más decir Agatha
-¿Vives aquí?- cambió drásticamente de tema
-Sí
-¿Con tus padres?Joan agachó la cabeza mirando el suelo y agarrando la paja del suelo mientras hacía pedacitos con la paja.
-¿Puedes guardarme un secreto?
-Claro
-Vivo aquí solo porque...
-¿Sí?
-Soy hijo bastardo del rey. Ja, ja, ja, ja.Agatha no entendía nada, ¿quién era este chico?. Sus bromitas empezaban a no hacerle gracia. Jamás había visto que alguien ni supiera dónde estaba Londres no que se riera de ella por no creer que fuera condesa.
-Muy gracioso.Empezó a notar Agatha que tenía hambre. Llevaba demasiadas horas sin comer.
-¿Tienes hambre?
-Muchísima
-Conozco un sitio- agarró su mano y salieron del establo
-¿A dónde me llevas?
-Es una sorpresa- siguió agarrando de su brazoAl salir del establo llegaron al mercado de la ciudad. Niños correteaban por las calles mientras las madres compraban y vigilaban a sus hijos. Harapos y la piel arrugada y sucia era lo común hasta en los niños.
-Querría una barra de pan- dijo una mujer con su hijo pequeño en brazos, con tripa de embarada y cuatro niños corriendo alrededor de su madre.- Niños, por favor, estad quietos- la mujer tenía la cara pálida y cansada, parecía mayor como de unos cincuenta años pero teniendo hijos pequeños no tendría más de treinta y cinco.
-Son una monada tus hijos- dijo después de venderle el pan
-Se nota que no tienes hijos- dijo agarrando a sus hijos cómo podía y dándole las monedas que costaba la barra de pan.
-¿Y su marido?
-O trabajando o en la taberna, quién sabe.También me fijé en un hombre mayor en el suelo dormido. Niños con harapos abrazándose entre ellos para no pasar frío. Hombres tambaleándose saliendo de las tabernas. Perros deambulando por las calles y una mujer acariciando a su gato negro.
-Agatha, ¿estás bien?- me extrañó que me lo preguntara porque yo me veía normal hasta que Joan me apartó las lágrimas de la cara
-¿Estás llorando?- preguntó preocupado
-Es que he visto a unos niños pequeños solos y me han dado mucha pena y me he acordado de mis hermanos y de mí. También al hombre de ahí durmiendo en el suelo y me he acordado de mi abuelo y...
-Tranquila, Agatha. Así es el mundo, no puedes hacer nada por cambiarlo.
-Es que nunca había visto algo así
-No te preocupes, siendo condesa de lo que fuera que seas es normal que te sorprendasCon el comentario de Joan, Agatha empezó a reír.
-Eres un idiota
-Puede ser pero prefiero ser un truhan a ser un idiota
-¿Por qué lo de truhan?
-Ahora verás. Quédate aquí.Joan se acercó hacia un puesto de manzanas y pan. Agatha se quedó perpleja. No será...
Joan empezó a correr hacia Agatha con las manzanas y la barra de pan.
-Corre Agatha.
Empezaron a correr sin parar. Agatha seguía a Joan.
-¿A dónde vamos?- no recibió una respuesta de su parte pero siguió corriendo porque les perseguían
-Otra vez tú, Joan- dijo uno
-El día que te pillemos, será tu último día- dijo otro-Ya estamos a salvo- dijo Joan al ver que ya nadie les estaba siguiendo.
-¡¿Has robado?!
-¿No tenías hambre?
-Por supuesto que tengo hambre pero se compra no se roba
-Y, ¿cómo pensabas pagarlo?- Agatha no supo responder- Ya decía yo.Joan le lanzó una de las manzanas que robó y se fue del establo.
-¿A dónde vas?
-Por ahí, ¿acaso te importa lo que hago?
-¿Vas a dejarme sola aquí?
-Sólo será un ratito, condesa. Podrás arreglártelas tú solita estando sola en el establo.- dijo mientras se iba alejando cada vez más.
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Vivian Bellerose: El secreto del Jane Austen's girls school
Novela JuvenilEl Jane Austen's girls school es un colegio de gran prestigio en Mayfair, pero todo lo bueno tiene un secreto. ¿Qué ocultará?. Un misterio que sólo podrán resolver estas siete jóvenes: Vivian, Judith, Agatha, Christine, Sophie, Beverly y Gabrielle.