Capítulo 19: Harrods

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Estaba totalmente desorientada. ¿Dónde estaba? ¿Dónde estaban las demás?.

Al moverme sentí mi zapato mojado, bajé la cabeza y vi que había pisado un charco. Sentía que estaba en Londres pero había algo distinto. Algo que hacía que no me sintiera en casa. Empecé a mirar a mi alrededor y me di cuenta de una cosa: no había coches. Pensé una y otra vez en dónde podía estar. Mi teléfono se había quedado sin cobertura. Me choqué con alguien.

-¡Mira por dónde vas!- me gritó un señor.

Al levantar la mirada vi la vestimenta del señor. Me acerqué a él.

-Disculpe, ¿podría decirme qué día es hoy, por favor?.
-9 de abril de 1923- me miró de arriba a abajo con cara de desprecio.

¡¡¡¡QUÉÉÉÉ!!!! ¿Qué hacía en 1923? ¿Cómo había retrocedido en el tiempo 100 años? ¿Será verdad que era una máquina del tiempo lo que vimos en el colegio las chicas y yo? ¿Había leído miles de libros sobre el poder transportarte en el tiempo, pero jamás pensé que fuera real. ¿Cómo podría salir de aquí?.

Miré a mi alrededor y supe que tenía que mimetizarme con el ambiente para no llamar mucho la atención. Busqué en mis bolsillos y vi que tenía dinero. Busqué tiendas a las que ir y comprarme ropa nueva. Las calles eran muy estrechas y no sabía orientarme bien.

Vi a dos chicas andando (debían ser de mi edad). Dos chicas rubias con el pelo cubierto por un sombrero que les tapaba parte de la cara y vestidos largos que las tapaba desde el cuello a los pies.

Decidí ir varios pasos detrás de ellas. A ver si ellas podían ayudarme.

-Disculpad, ¿sabéis dónde hay tiendas de ropa por aquí cerca?
-Por supuesto, nosotras siempre vamos a Harrods- dijo una de ellas

Tenían un gran acento. Se notaba que no eran inglesas.

-Es más, íbamos hacia allí ahora mismo- dijo la otra- Si quieres, puedes venirte con nosotras.

Me taparon con un abrigo que llevaba una de ellas.

-No puedes ir así por la calle y menos, a Harrods.
-Gracias
-¿No eres de aquí, verdad cielo?
-¿Tanto se nota?
-Un poco. Ja, ja, ja.
-¿De dónde eres?
-De París
-Era de esperar por tu ropa. Los franceses son muy modernos y excéntricos a la hora de vestir.
-Y vosotras, ¿vivís aquí en Londres?
-Oh no, estamos de visita. Nuestra hermana mayor, Anastasia, se casa la semana que viene.
-También porque una de nuestras hermanas pequeñas se acaba de mudar aquí, para estudiar en la universidad.
-¿Cómo te llamas, cielo?- me preguntó la otra chica cambiando de tema.
-Vivian Bellerose

Ambas se miraron confusas.

-¿Bellerose?
-Sí, Vivian Bellerose
-¿Conoces a la familia Bellerose?
-¿Por qué?
-Oh, por nada, no te preocupes, cielo. Es solamente que nos ha sorprendido.

Seguimos caminando las tres juntas. Cuando llegamos a Harrods me acompañaron hasta una de las tiendas de ropa que había dentro de Harrods.

Era todo precioso. Colette y Beverly hubieran hecho una maratón de tienda en tienda. Bueno, todas lo habríamos hecho. Viendo que estaba aquí y no podía salir iba a aprovecharlo.

Tenía 50 libras en mi bolsillo pero no podía comprar con los billetes que tenía porque aún no había sido coronada reina de Inglaterra Isabel II.

-Disculpad- le dije a las chicas que me habían acompañado hasta aquí. Ambas se dieron la vuelta en mi dirección- ¿Podéis prestarme dinero, por favor?. Es que no me he traído nada. Os juro que os lo devolveré.
-Claro, cielo- dijo una de ellas sacando dinero de su bolso- Ten
-Gracias
-¿Quieres que te esperemos?. Te veo muy perdida
-Os lo agradecería

Me fui a probar varios vestidos y oí que ambas hermanas iban hablando mientras tanto.

-No me gusta, Daphne. ¿Y si es una ladrona?
-Ay de verdad hermanita, ¡cómo eres!
-No estoy exagerando
-¿Por qué crees que lo es?
-Mira su "ropa" eso no lo lleva una señorita. ¿Por qué la hemos traído con nosotras a Harrods?. Seguro que quería desde un principio robarnos.
-Ha dicho que es francesa, si fuera una fugitiva no nos diría de dónde es.
-Se lo puede haber inventado- insistía una de las hermanas
-Además, ya has visto que Coco Chanel lleva pantalones. Las francesas son muy modernas.

¿Una ladrona? ¿Yo? ¿Por qué iba a pensar eso?
Me miraba en el espejo ¡Qué vestido más mono!. ¡Ay adoro ir de compras!.

-Muchas gracias- le dije a Daphne.
-Nada, Vivian
-Os juro que os lo devolveré

En ese momento, se oyó un cristal roto. Cientos de chicas gritaban en las calles "Votes for women". Daphne, su hermana y yo gritamos al oír el cristal romperse. Todos los que estábamos en Harrods.
Una de las hermanas sacó un rosario y se puso a rezar en italiano. Daphne le dio la mano para que se relajara. Sentí que fueron horas pero no llegaron ni a la media hora. Las mujeres fueron arrastradas por las calles londinenses por los policías.

Salimos como pudimos.

-¡Jamás había vivido una cosa así!.
-Esto es el siglo XX.- dijo Daphne- El nuevo siglo, lleno de modernidad y renovación en el mundo.
-Daphne y sus fantasías.
-Hermanita, deberías de estar contenta por lo que hemos vivido. Las mujeres salen a la calle a reivindicar sus derechos, presiento que ya queda menos para la igualdad.
-Me he ensuciado el vestido cuando me he tirado al suelo- se quitó uno de los guantes que llevaba y empezó a limpiarse el vestido.
-Opino lo mismo que tú- me dirigí a Daphne- También presiento que queda menos.

Ay Dahne, si supieras todo lo que ocurre en los próximos 100 años...

-Íbamos a reunirnos con nuestra hermana, ¿quieres venir con nosotras?
-¡Daphne!
-Claro

Ambas hermanas me iban hablando sobre su hermana para cuando la conociera.

Vimos a su hermana salir de la universidad hablando con un chico.

-¿Quién es? ¿Tú sabías algo?
-Ni idea, nunca nos habla de ningún chico en las cartas.
-Cuando lleguemos al hotel, voy a llamar a mamá a decírselo
-No, Beatrice. Tú no le vas a decir nada a mamá.
-Pero bueno, ¿qué bicho te ha picado, Daphne?
-Es la vida de Elinor
-¿Recuerdas cuando conociste a Matteo?
Beatrice se sonrojó
-¡Cómo olvidarlo, hermanita!
-¿Quién sabe? A lo mejor después de la boda de Anastasia y de la tuya, la siguiente en casarse en Elinor

¿Elinor? Ay no. No puede ser verdad.

-¿Qué te pasa Vivian? Te veo mala cara.
-Necesito tomar el aire.-dije con la voz entre cortada. Ahora vuelvo
-Pero si estamos en la calle- dijo Beatrice- De verdad, ¡qué chica más rara!. ¿Ves cómo era una ladrona?. La tratas como a una hermana y ni la conoces. Lleva un vestido carísimo que le has pagado tú y ahora sale corriendo.
-Ay Beatrice, no me trates como a una niña.

Empecé a correr. Me había sobrado dinero que me había dado Daphne. Fui a la primera tienda que vi y me compré un gorro para taparme la cara.

-¿Dónde estabas, Vivian?. Te has ido corriendo
-Ves como tenía razón- cuchilleó Daphne
-Me he comprado un gorro porque me estaba mareando con el sol que hace hoy.
-Estamos en marzo. Apenas hace sol.
-Vivian, te presento a nuestra hermana pequeña, Elinor.

Elinor se levantó y se acercó hacia a mí.

-Encantada, Vivian.

Vivian Bellerose: El secreto del Jane Austen's girls school Donde viven las historias. Descúbrelo ahora